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Mariano Bolant: "Valencia ya no puede crecer más. Solo le queda regenerar su patrimonio arquitectónico"

MARÍA COSTA. 20/10/2014 Es presidente del Colegio de Arquitectos de Valencia y asegura que con la crisis, la arquitectura de hoy es más más social, eficiente, sostenible y económica

VALENCIA. Mariano Bolant (Valencia, 1956) es presidente del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia (CTAV), que cuenta con 5.000 colegiados. Cuenta que en 2014 el colegio ha visado un 80% menos de proyectos de los que autorizaban en 2007. Bolant tiene despacho tradicional propio donde al acabarse la obra nueva se tienen que centrar en aperturas de locales comerciales o edificios industriales. Habla alemán, pero no ha trabajado mucho con ellos. Tiene una minusvalía desde los tres años y circula en quad por Valencia.

-¿Qué ha pasado con la profesión de arquitectura? Según el INE uno de cada tres arquitectos está en el paro.
-Sí, es cierto y lamentable. Diseñar una vivienda unifamiliar al año no te permite vivir. Muchos nos estamos dedicando a la apertura de locales, licencia de actividad, reparación de fachadas, instalaciones de ascensores... Lo que está claro es que visamos un 80% menos de proyectos de los que autorizábamos en 2007. Esta es la realidad. En paro, paro total no están. Pero tampoco se cubre el año.

-La tendencia es abandonar los despachos tradicionales por los pluridisciplinares, ¿no?
-Sí. Abarcan más campos de acción en el diseño, interiorismo, rehabilitación... se reinventan. A mis alumnos les pregunto a veces ¿por qué vosotros no podéis diseñar gafas o cualquier otra pieza? Tenemos los conocimientos de materialidad, diseño, composición... pero claro, nos asocian solo con las casas. Esta asociación está ya en declive. No podemos pensar que un arquitecto solo va a diseñar obra nueva. Porque ni está, ni se la espera. Estamos acabando lo que quedó pendiente antes de pasar a manos de la banca.

-Existe una especie un boom de extranjeros comprando casas en la costa alicantina...
-No me atrevería a llamarlo boom, quizá se queda en bo. Hay un pequeño repunte con el mercado extranjero que está rehabilitando casas. Ahora, hay que ver si esa mancha se extiende por la provincia de Valencia. Creo que tardará un poco. Tenemos un clima, servicios y condiciones de vida muy apetecible para vivir en él.

-Las televisiones europeas promocionan, incluso en sus telediarios, las ventajas de vivir en España y Portugal.
-Sí, en el caso de España te dan la nacionalidad si la vivienda supera los 500.000 euros y en Portugal exenciones fiscales muy llamativas. La diferencia es que en España llueve menos que en Portugal.

-El Colegio de Arquitectos expone una muestra con los 23 mejores edificios de la arquitectura real construidos en el último bienio en Valencia. ¿Este tipo de acciones fortalece a un sector tocado por la crisis de la burbuja?
-Sin duda sirve para fortalecer el espíritu de los arquitectos y recordar a la sociedad que seguimos aquí. No todo hemos hecho las maletas y desaparecido.

-En la muestra han seleccionado 12 viviendas protegidas de José Luis Alapont en Velluters, un Centro de Jubilados en Almàssera, de Antonio Altarriba, y una solución para 15 viviendas experimentales en el edificio VNL15 en Vinalesa, de Manuel Cerdá Pérez y Julio Vila Liante, entre otras obras, todo muy funcional, nada icónico.
-Han sido tres años de escasa actividad. Nada que ver con lo diseñado anteriormente, pero sí de mucha calidad e ideación. Los arquitectos han respondido con efectividad a las necesidades actuales. Son diseños más sostenibles y realizados con recursos ajustados. No hay nada de arquitectura icónica o grandilocuente. Hemos hecho arquitectura ciudadana ajustada a los tiempos.

-¿Cómo es esta arquitectura de crisis?
-No existe una arquitectura de crisis como tal, pero sí un ajuste. La arquitectura de hoy es más social, eficiente, energéticamente sostenible y más económica.

-¿Desde que estalló la burbuja ha disminuido el número de colegiados?
-Se han ido muchos arquitectos, pero sobre todo muchos jóvenes. Al carecer de experiencia y ver lo que pasa en nuestro país aprovechan y se van. Lo que sí sabemos es que están realizando trabajos de gran calidad. Posiblemente los expondremos en un futuro próximo. Por lo que respecta al número de colegiados se ha notado esta salida. Muchos de estos jóvenes se colegian en los países donde acaban trabajando. Otros aunque siguen colegiados aquí trabajan eventualmente en otros países.

-¿La internacionalización forma parte del cometido de los colegios profesionales?
-En nuestro caso desde hace tiempo. Regularmente realizamos actividades viendo el trabajo de arquitectos de otros países, Suecia, Holanda, Alemania, Brasil, etc. Vienen y cuentan su experiencia, ventajas e inconvenientes, de trabajar en sus respectivos países.

-Si la obra nueva no es el futuro, ¿la rehabilitación y recuperación de espacios urbanos requerirá, para impulsarla, nuevas leyes y mayor implicación de la administración?
-La Administración siempre tiene que estar implicada. Lo que es evidente es que ciudades como Valencia han llegado al límite de su expansión. No cabe más crecimiento. Está limítrofe con la huerta. Hay que mirar hacia dentro. Uno de los aspectos fundamentales es regenerar el patrimonio arquitectónico que tiene la ciudad.

-En Ruzafa se está haciendo, pero en el Barrio del Carmen con el Plan Riva no funcionó.
-Mejoró mucho. Lo que ahora se está viendo es que con actuaciones sencillas se está recuperando un barrio y creando espacios para la gente.

-¿Si comparamos las inversiones que se necesitan para devolver la vida a un barrio con las realizadas en arquitectura simbólica de qué porcentajes hablamos?
-Para rehabilitar un barrio se requiere solo el 10% de lo invertido en grandes obras. Con mucho menos regeneraríamos la ciudad y evitaríamos inundaciones que se crearían si cayera tanta agua como está cayendo en otras ciudades. Tenemos la costumbre de hacer actuaciones puntuales, estos parches nos hacen perder de vista la visión unitaria.

-¿Por falta de consenso político?
-Una parte sí. Todo se politiza. Basta que uno diga blanco para que el otro diga lo contrario.

-Me habla de un parvulario, más que de profesionales que se mueven por criterios técnicos de bienestar común...
-Lamentablemente es así. Los del 3% que vemos constantemente en la tele cuando van a una, van a una todos. Cuando una cosa interesa van todos en una misma dirección. Lo vemos estos días con las black card. La ciudad ganaría y nosotros también si no fuera así y se aplicarán criterios unitarios y técnicos para llevar a cabo la regeneración y rehabilitación de la ciudad.

-En 2012 usted construyó 42 viviendas de protección pública en Patraix, 26 en Quart de Poblet y 16 en Alcantara de Xuquer.  ¿En su caso nunca se frenó la construcción inmobiliaria?
-Hasta 2012. Mi crisis empezó como la de los demás, en 2007, pero los proyectos aprobados se fueron acabando unos años más tarde. Ahora lo que hacemos en mi despacho son locales comerciales, licencias de actividad...

-¿Las casas son tan caras como nos las han vendido?
-Han resultado caras porque el suelo lo era. El mercado elevó el valor del suelo a cotas inimaginables, porque el material, precio de construcción, mano de obra... era el mismo. Nos echan la culpa a los técnicos y se nos ha demonizado, cuando lo que repercutimos en una obra es un coste mínimo. Otra cosa es la de aquellos que han realizado actuaciones especulativas. La banca permitió que se sobrevalorara el valor del suelo. De hecho uno de los problemas de la banca, además de tener un elevado stock de viviendas, es poseer un stock de suelo inmenso. Muchos de ellos por desarrollar y con hipotecas y gastos financieros importantes. Es una asignatura que les queda pendiente.

-Dicen que se empieza a mover el crédito al 100%
-Ojo, al 100% financian lo suyo. Si uno va con un piso de un tercero no le financian el 100%. Quizá el 80% o el 70% y con garantías. Posiblemente  es lo razonable y lo que sucedía hace veinte años.

-Otro tesoro de la crisis es que tenemos un parque de viviendas vacías de museo. Aproximadamente superamos las 500.000 en la Comunidad Valenciana y crecen los desahucios, ¿cómo digerimos ambas cuestiones?
-Las cifras son fácilmente manipulables. Hace unos días el INE decía que el precio de las viviendas subía, pero tanto el Ministerio de Fomento como la calle lo niegan. Depende de cómo queramos ver el vaso tendremos la respuesta.

-Las cifras son del INE y de 2013.
-Lo que no cabe duda es que hay que poner en marcha el tejido productivo y la seguridad laboral de las personas. Tener un espacio privado es fundamental para la evolución de las personas.

-¿Desde el CTAV proponen algo o eso es problema de otros?
-La solución no es ocupar. La solución pasa por poner un justiprecio a las viviendas, crear estabilidad laboral, que el tejido productivo funcione y la situación por si sola se corregirá. La gente volverá a querer tener una casa a un precio razonable que pueda pagar sin acabar en la indigencia.

-¿Aprobarían nuestros políticos si tuvieran que dar una charla improvisada sobre arquitectura valenciana?
-Algunos sí, otros se quedarían en la superficie.

-¿En su casa se habla mucho de casitas?
-Y de moda porque mi hijo estudia diseño de moda. Es un mundo complicado, como otros, pero como a él le gusta a nosotros también. También comparto con él nuestras excursiones en Quad por la montaña.

-Pero usted tiene una minusvalía...
-Tengo polio desde los 3 años. Así que estoy acostumbrado y no me impide moverme. Es más, me muevo en un Quad megagrande por la ciudad. Como no puedo disfrutar de los paseos, ir en bicicleta, hacer montañismo... el Quad me permite acceder a espacios y vistas imposibles de otra manera.

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2 comentarios

Guillermo escribió
22/10/2014 20:35

Lo que el sr Bolant no dice es que buena parte de la situación es culpa de la inacción de los Colegios de Arquitectos que lejos de defender la profesión, únicamente se han preocupado de que el visado siga siendo obligatorio (y a precios escandalosos) para asegurar el llenado de sus estómagos.

José María Echarte escribió
22/10/2014 00:16

El CTAV no cuenta con 5.000 colegiados.

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