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VALENCIA. En los 80' había 12 salas en Valencia que todas las noches ofrecían cabaret. Era una época en que el público necesitaba evadirse de dificultades económicas y políticas. Los maquillajes exagerados, los vestuarios extravagantes, los números musicales, el humor... el espectáculo era una puerta abierta a otra realidad donde no había tabúes sexuales, los géneros estaban por definir y la alegría era la norma. Locales como Belle Époque o La Bôheme y figuras como Margot o Miguel Brass hicieron de Valencia la cuna de un género que arrasaba en todo el país.

Allí triunfaron Carmen Cardo, Luis Llamas, Pascal Peris y Annie Tebar, cuatro artistas que, tras arrancar su carrera en la compañía de Belle Époque y pasar por los principales escenarios del cabaret valenciano, formaron 1920 Company y recorrieron el país con actuaciones en Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao... una lista interminable de ciudades a dondeexportaron el music-hall valenciano, único por su humor, su carácter caricaturesco y su espectacularidad.

Treinta años más tarde, los informativos repiten las noticias que entonces entristecían a los españoles, los cinturones están más apretados (si cabe) y las ganas de evadirse son más patentes que nunca. El cabaret, music-hall y burlesque,géneros que beben de la misma fuente, resurgen y Sala Russafa ha querido recuperar el que hiciera furor en su época dorada.

TODOS LOS SÁBADOS POR LA NOCHE

Los valencianos Carmen Cardo, Luis Llamas, Pascal Peris y Annie Tebar, se reúnen de nuevo en SomShow, la nueva apuesta del ciclo de programación ‘Las Golfas de Russafa', para hacer cada sábado (23h) un homenaje al cabaret valenciano de los 80'. Pero, actualizándolo con la mirada de quien ya ha aprendido de la vida y se ríe con más ganas; de a quien no le amarga la experiencia, sino que encuentra en su propia edad un gancho de complicidad con los espectadores.

"Somos conscientes de que no tenemos la misma energía que hace 30 años, es una vitalidad distinta, menos explosiva y más expansiva. Mantenemos las ganas de bailar, de cantar, de hacer bromas y de acompañar a los espectadores en una hora y media de show en el que les abrimos una puerta de escape a una realidad que cada día es más agobiante", explica Pascual Peris, uno de los fundadores de esta nueva compañía.

"Los cuatro seguimos en contacto con el mundo del espectáculo, yo me encargo de elaborar vestuarios, por ejemplo, y mucha gente nos animaba a volver al cabaret, a recuperar los espectáculos de aquella época", comenta Peris. Así surgió la idea de regresar a los escenarios. Preparación física, clases de canto y baile, colaboración de grandes amigos de todas las edades como el coreógrafo Andrés Torres o los dramaturgos Chema Cardeña, Jerónimo Cornelles, Nacho de Diego y Eduard Costa... un intenso trabajo previo ha sido necesario para poner en pie SomShow.

Desde la nueva compañía reconocen que no saben cómo va a recibirles el público, ya que gran parte de los que les seguían en su momento, hoy tienen más de 50 años. "Pero pensamos que muchos mantienen sus ganas de reír y también que es un buen momento para que la gente joven conozca qué se hacía aquí, cuando esta ciudad era una de las más activas a nivel escénico", apunta Peris. Por eso SomShow hace un recorrido por los principales lugares, géneros y estilos que animaron la noche valenciana de los 80': "Vamos contando a los espectadores lo que ocurría en la trastienda, en los camerinos y las anécdotas de las principales salas. Cada número está asociado a un género y a un local donde hace 30 años la gente se reunía diariamente para disfrutar del cabaret", comenta Peris.

Desde el 1 de noviembre, cada sábado los espectadores podrán divertirse en Sala Russafa con este revival creado a cuatro manos por los componentes de la compañía, que han trabajado "como una comuna", escribiendo letras originales para músicas que homenajean a grandes musicales comoChicago o Nine, aportando ciertos toques críticos y una visión absolutamente lúdica de la vida, llena de pluma, fantasía y humor.

"Sabemos que el público de hoy está muy estimulado visualmente con Internet, la televisión, los smartphones... la imagen ya no es tan impactante, pero tenemos a nuestro favor la magia del directo, de establecer una conexión directa y en vivo con el público. Eso es insuperable" concluye Peris.