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VALENCIA (EFE). Alfonso Grau, el considerado "hombre fuerte" de Rita Barberá en el Ayuntamiento de Valencia, defensor de sus grandes proyectos y su escudo ante la oposición, ha vuelto a ser imputado en el caso Nóos, lo que le obligará con toda probabilidad al ostracismo de la vida pública municipal.

La Audiencia de Palma ha decidido que se le impute en contra del criterio del juez José Castro, que levantó su imputación cuando cerró la instrucción, lo que motivó el recurso ahora estimado del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Valencia, personado en el proceso, para que volviera a ser imputado.

En su primera imputación, a Grau se le acusaba de los supuestos delitos de prevaricación, malversación de fondos públicos, fraude a la Administración y tráfico de influencias en relación a los contratos firmados por la Fundación Valencia Turismo -que él preside- con el Instituto Nóos, que dirigían Iñaki Urdangarin y Diego Torres.

Su desimputación permitió a Grau y a Barberá sacar pecho sobre su buena gestión y el carácter privado de la fundación, pero volver a ser imputado le impedirá estar en la lista para las próximas elecciones municipales, según el criterio de la "línea roja" marcado por el presidente de la Generalitat y del PPCV, Alberto Fabra.

Según la denuncia de los socialistas, "existen indicios" de que en el desarrollo de los convenios de las cumbres Valencia Summit, celebradas en Valencia entre 2004 y 2006, Grau "ha podido tener decisiva e imputable intervención", como presidente de la fundación que firmó estos acuerdos, con el Instituto Nóos.

El auto de la Audiencia asegura que el descarte de Grau "resulta imposible" y señala que el Ayuntamiento "ha utilizado deliberadamente" la Fundación como "vehículo para externalizar el área de turismo y dificultar el control de la gestión municipal en ese ámbito de actividad y en la aplicación de los fondos" que recibe del consistorio.

Alfonso Grau, de 72 años, viudo y con dos hijas, es médico cirujano, vicealcalde de Valencia y responsable del área de dinamización económica y empleo del Ayuntamiento, así como concejal de Turismo y de gestión delegada del Parque Central y Plan del Cabanyal.

Entró en el Ayuntamiento valenciano como segundo teniente de alcalde en 1995, durante el segundo mandato de Barberá al frente del consistorio y el primero en que el que el PP lograba una mayoría absoluta que no ha perdido desde entonces.

Su trayectoria pública ha estado dedicada a la política municipal, donde ha ocupado diferentes concejalías como las de Fiestas, Presupuestos y Hacienda y Grandes Proyectos, hasta situarse como "número dos" de Barberá, que creó una Vicealcaldía a su medida tras las últimas elecciones municipales de 2011.

Aunque Barberá ha demostrado que se basta para plantar cara la oposición, Alfonso Grau ha sido su gran aliado y le ha servido de escudo para afrontar las críticas y acusaciones recibidas por la gestión de la ciudad por parte de la oposición, especialmente en sus grandes proyectos, como el Plan del Cabanyal.

Grau ha mantenido siempre una actitud dura y desafiante, calificada incluso de soberbia y prepotente, con los grupos de la oposición, a quienes apenas ha dado margen en sus críticas a cualquier proyecto o iniciativa abanderada por el consistorio.

Ha sido el encargado de defender los grandes proyectos de Valencia y ha formado parte de todos los equipos de negociación de las grandes obras acometidas en ciudad durante los mandatos de Barberá.

Algunos de los patronos de la Fundación Valencia Turismo apuntaron hacia él como máximo responsable de los contratos con Nóos en su declaración como testigos en Valencia ante el juez Castro.

Sin embargo, Grau siempre ha mantenido que no temía "en absoluto" su imputación en un caso donde ya declaró como testigo hace más de dos años y que Valencia Turismo contrató con Nóos porque le parecía "una propuesta razonable", que serviría para proyectar la ciudad porque traería a personalidades relevantes a la ciudad.