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EN LA LISTA MUNDIAL DE KAIROS SOCIETY

PLD Space, los jóvenes alicantinos que influirán mundialmente abaratando los viajes en cohete

ESTEFANÍA PASTOR. 09/01/2015 Raúl Torres y Raúl Verdú son los impulsores de esta compañía que fabricará el primer cohete con combustible líquido en España



VALENCIA. Si algo tiene emprender en el sector aeroespacial es que el asunto va para rato. Nada de tenerlo aquí y ahora, de poder montar una empresa y ponerse a andar. Hace falta caminar, investigar e inversión y la empresa alicantina PLD Space lo ha conseguido. En unos meses esta compañía, capitaneada por Raúl Torres y Raúl Verdú, realizará el primer banco de ensayos de motores de cohete de propulsión líquida de España.

¿Ensayos? ¿Propulsión líquida? Sí, todavía ensayos para abaratar el combustible de los cohetes. Pero por el camino ha conseguido 400.000 euros de inversión privada, 250.000 euros del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) a través de su iniciativa Neotec, 200.000 euros del IVF y 100.000 euros de Caixa Capital Risc. Prácticamente un millón de euros para empezar con las pruebas de un producto del que se encuentran totalmente convencidos.

Desde 2011 llevan tocando todas las teclas que permiten el avance de este proyecto y esto les ha valido para que la organización estadounidense Kairos Society les haya incluido entre los 100 mejores emprendedores del mundo menores de 30 años, los jóvenes más influyentes del futuro.

"La diferencia de nuestro desarrollo está entre el combustible líquido y sólido", explica Raúl Torres, uno de los fundadores. "Como hay excedentes militares, no hay suficientes guerras para dar salida a tanto armamento y hasta ahora el combustible se ha hecho con los misiles, se mandan al espacio". Sin embargo estos motores sólidos que utilizan armas para partir no son reutilizables, mientras que el combustible líquido sí lo es.

 "El coste se reduce y a nivel legal también hay grandes diferencias", apunta Raúl. Los misiles son explosivos y están muy regulados mientras que su carga es el kerolox, una mezcla de oxígeno líquido y queroseno que se utiliza para los aviones convencionales, un carga que se recuperaría mediante paracaídas. Su intención no es solo la utilización de este combustible menos lesivo, sino que el lanzar en 2017 su propio cohete suborbital, el Arion-1. Aunque también pretenden desarrollar otro orbital.

Actualmente la compañía se encuentra inmersa en las obras para construir en el aeropuerto de Teruel el primer banco de ensayos de motores cohete de propulsión líquida o como Raúl lo define, su producto mínimo viable. Estas obras suponen una inversión de entre 30.000 y 40.000 euros y el éxito será la clave para conseguir una nueva ronda de financiación y continuar con el desarrollo. Esto proporcionará un mayor acceso científico y comercial al espacio. Reconoce que conseguir la primera ronda fue bastante complicado.

"Una empresa de Internet, con poco dinero puede llevar a cabo el desarrollo", apunta. "El dinero inicial es poco y el producto sale enseguida". Sin embargo, su inversión mínima era de un millón de euros y podía salir bien o mal y si saldría la mercado. "Al no tener mucha experiencia en el sector no podíamos decir que éramos expertos en propulsión", destaca Raúl, licenciado en Aeronáutica, y quien empezó a desarrollar el proyecto cuando era estudiante. "Finalmente encontramos inversores que buscaban empresas con algo más de riesgo, que su tecnología a futuro iba a tener sentido".

Los dos primeros lanzamientos que realizarán serán de prueba y no serán vuelos comerciales, pero sí que introducirán clientes a los que no cobrarán. Sin embargo, el modelo de negocio pasará porque los clientes paguen por kilo lanzado de una forma más económica gracias al tipo de combustible utilizado. El tipo de elementos que se mandarán al espacio son pequeños satélites para la investigación, desarrollo tecnológico, observación terrestre, militar o astronomía, entre otros. "Nuestro caso es como si quisieras montar una empresa como Seur y no pudieras comprarte las furgonetas, entonces te las montaras tú mismo".

Raúl apunta a que este tipo de motores de combustible líquido están desarrollados desde los años 50, desde la segunda guerra mundial, pero normalmente se utilizan motores mucho más grandes. "En parte no se utiliza por dar salida a los excedentes militares y también hay que hacer un gran inversión en el cohete para meter un motor que funcione bien", apunta. De hecho, asegura que la lógica de utilizar los excedentes militares mientras haya excedente la van a ser utilizando, "pero no es óptima, es contaminante y peligrosa". "Esto nos dará ventaja competitiva frente al resto".

Entre su competencia, existen otras empresas españolas que trabajan para ir al espacio, pero son la única que lo hacen de forma convencional ya que el resto utiliza otros artilugios como los misiles. "En cuanto a desarrollo tecnológico, no creo que muchas empresas tengan tanta ambición como las aeroespaciales", destaca el fundador, quien considera que este año van a marcar su punto de inflexión en el que van a pasar al primer nivel.

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