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ADQUISICIONES INMOBILIARIAS

El bar Líbano cierra después de 55 años en el corazón de la calle Colón

A. MOHORTE. 13/01/2015 Dos importantes empresarios de Castellón se hacen con la propiedad del local

VALENCIA. Pincho de tortilla, calamares, chivito, brascada y dos tercios de cerveza. Con estas referencias, el bar Líbano era ya una anomalía en el cruce de las calles Colón y Hernán Cortés de Valencia. Abierto en 1959, la adquisición del bajo por parte de los hermanos Manuel y Héctor Colonques, copropietarios de Porcelanosa, ha puesto fin a esta historia de plancha y tirador de cañas que ha durado 55 años.

Según fuentes conocedoras de la operación, la venta fraguó antes de las navidades y fue el pasado sábado 10 de enero el día elegido para bajar las persianas del local de forma definitiva. El inquilino actual del inmueble tomó el traspaso en 1975, después de haber contado entre sus explotadores a distintos empresarios, entre los que se contó el histórico jugador brasileño del Valencia CF Walter Marciano, conocido simplemente como Walter.

Los Colonques han indemnizado al arrendatario con dos millones de euros y plantean un futuro más en sintonía con el resto de actividades de la vía, aunque aún está en proceso de comercialización. La familia ha realizado recientemente diversas operaciones inmobiliarias, entre las que destacan la venta de la antigua sede del Consell Juridic Consultiu el pasado año.

EL COMERCIO TRADICIONAL, ABANDONA EL CENTRO

Con el cierre del bar Líbano se reduce la nómina de comercios clásicos del centro de Valencia que poco tienen que ver con la actividad dominante en el zona: grandes superficies y negocio de moda y complementos.

Años atrás, un veterano de la zona como la tienda de recambios y material audiovisual Radio Colón trasladó su actividad a la calle Barón de Cárcer, frente al Mercado Central, dejando un bajo de considerables proporciones en el número siete de la calle.

Sí se mantiene en el número 14 el establecimiento de toldos y estores Salvador Lledó y, en la calle Pérez Bayer, el almacén de Suministros Eléctricos Llorens, o en la calle Pascual y Genís la tienda de artículos de bellas artes Civera.

En el caso del bar Líbano, el cierre nada tiene que ver con la extinción y finalización de los arrendamientos de locales comerciales de renta antigua en España, que han dispuesto de 20 años de carencia.

EL FIN DE LA RENTA ANTIGUA

Según esta norma, que entró en vigor el 1 de enero de 1995, este enero de 2015 expiraba el plazo para la puesta al día o extinción de los contratos de alquiler de inmuebles firmados antes del 9 de mayo de 1985, que venían regulándose por la Ley de arrendamientos urbanos de 1964.

Aunque fuentes del sector reconocen que todavía se han renegociado algunos alquileres de renta antigua al filo de la extinción del plazo, se estima que los inmuebles afectados por esta situación son entre 6.000 y 8.000 en toda la Comunitat Valenciana.

A pesar de que se debían de haber renegociado las rentas hasta diciembre de 2014, no faltan excepciones tras las cuales van distintas consultoras inmobiliarias, tanto para asesorar a los propietarios que quieran maximizar la rentabilidad como para ofrecer sus servicios a los inquilinos, que tienen una opción de alquiler preferente en el caso de que se establezca un nuevo precio.

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