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Sacar tiempo para practicar deporte debería ser un objetivo más entre los que condicionan la agenda de un emprendedor. Analizamos la receta ideal

VALENCIA. Si algo tienen en común las personas emprendedoras es la falta de tiempo y dinero, así como la firme convicción de que la aventura en que se embarcan les llevará a acabar, al menos, con lo segundo. Apurados y con un calendario plagado de días en rojo colgado del cuello, hacer hueco para relaciones sociales, cuidar alimentación y cuerpo o incluso coger una gripe resulta complicado de gestionar. Digamos que no se lo pueden permitir. Entre muchas otras asignaturas pendientes -esas actividades que deben ir dejando pasar y que encajan con el "ya lo haré cuando haya levantado inversión"- está generalmente la práctica de deporte. Sin embargo, podría (o debería) plantearse como un objetivo semanal más, por la salud del interesado y de la propia startup/empresa.

Pero ¿cuál sería el deporte ideal para un emprendedor? Es decir, uno que se pueda permitir cualquier bolsillo, logre dar frutos dedicándole poco tiempo, no conlleve ‘contraindicaciones' y aporte valores interesantes y suficientes en esta dura etapa. Obviamente la respuesta dependerá de cada persona, sus hábitos previos y las circunstancias presentes, pero tras tratar el tema con diversos emprendedores y entrenadores, llegamos a una conclusión crucial: quedan descartados aquellos deportes que entrañen un excesivo esfuerzo físico y riesgo de lesiones y los que dependan de aparatos y/o personas. Estas premisas también nos lleva a desmontar algunos mitos y un amplio catálogo de opciones en busca de aquellas que no aten a horarios y rutinas...

"Los deportes colectivos nos permiten comprender la importancia del trabajo en equipo y el reparto de roles en el campo, con un capitán al frente y compañeros que toman sus propias decisiones con un objetivo común", afirma Diego Moya, CEO de Entrenar.me. En este apartado el rugby se presenta como un buen candidato y con un fuerte componente solidario, "ya que la pérdida del balón de un miembro del equipo supone la pérdida por parte del equipo entero, con un tercer tiempo en que el equipo local agasaja al visitante tras la competición y con el reconocimiento del trabajo realizado del equipo ganador al perdedor haciéndolo un pasillo después del encuentro", matiza Moya.

El remo es otro de los posibles deportes en equipo interesantes que es "como una startup flotante", según Clara Montesinos, CMO de Influencity. Compite a nivel autonómico y nacional y concibe este deporte como "duro y sacrificado, pero muy gratificante, en que el esfuerzo individual es fundamental para trabajar en equipo". En este sentido dice, "es muy similar a la vida en una startup porque cada uno tenemos que intentar ser los mejores en nuestro área para brillar de manera conjunta".

Por su parte, "los deportes individuales nos aportan una intensa capacidad de sacrificio y una perspectiva diferente de la responsabilidad", matiza Diego Moya. En ese paso intermedio están disciplinas como el Judo, "en las que das todo por el todo y que si arriesgas y pierdes, estás eliminado". También sobre el tatami encontramos parecidos razonables con la vida real de un emprendedor.

Un experto en la materia es Ismael Labrador, CMO de Tuvalum, startup dedicada a la compra y venta de, precisamente, material deportivo. Especializado en defensa personal dice que se trata de "una disciplina que requiere de mucha constancia pasa saber ejecutar bien las técnicas. Esto supone mucho entrenamiento personal pero también mucha coordinación en grupo", explica. "Y con un porcentaje infinitamente inferior de golpes y lesiones que el fútbol, por ejemplo, en contra de lo que mucha gente cree", continúa.

En la del individualismo, muchos apuestan (emprendedores o no) como una vía de escape en el running. Y nunca mejor dicho, corriendo hacia ¿ninguna parte? Según el CEO de Entrenar.me sería interesante buscar una finalidad, una meta -¡no correr por correr, vaya!-.Más allá de las modas, las carreras deberían medirse en tiempo e intensidad, con una lógica y "con preparación previa. No podemos levantarnos de la cama y creer que podemos hacer una maratón", afirma Alfredo Lloria, fisioterapeuta y preparador físico ampliamente experimentado. "La adaptación debe ser progresiva y con conocimiento", continúa.

Las carreras, por tanto, sirven para desarrollar capacidades aeróbicas y de resistencia. "Pero a esto nos faltaría sumar ejercicios para fomentar el equilibrio, la fuerza, la flexibilidad y la coordinación", añade Moya. La suma, afirma el experto, sería la receta perfecta: una tabla de ejercicios personalizada con una dedicación de 30 minutos dos o tres días a la semana y adaptable a interiores y exteriores -por aquello de los muchos viajes y poco equipaje que deben llevar a cuestas muchos emprendedores-. "Contar con un entrenador personal es una opción al alcance de todo el mundo hoy por hoy, ya no es cosa exclusiva de famosos o políticos. Somos como psicólogos que acabamos conociendo los problemas y hábitos de los clientes y en función de ellos adaptamos ejercicios", continua Moya.

De este planteamiento sabe bastante Jaime Rabadán, entrenador de, entre otros muchos perfiles de personas, empresarios y emprendedores. "Con sesiones de ejercicio suave solucionamos problemas de sueño, nervios y fatigas", dice, males habituales de CEOs, CMOs, CDOs, CTOs... Durmiendo bien y pasando los nervios justos, ganamos más energía, positividad y habilidades sociales.

Y, ¿pensar o no pensar? esa es la otra cuestión. Los entrenadores recomiendan desconectar cuerpo y mente de la oficina, la agenda, el móvil y el ordenador. Pero, seamos sinceros, "lo que nos ayuda es a ver desde otra perspectiva las decisiones de despacho", como apunta Labrador, sea remo en mano, corriendo sin destino, haciendo catas, robando balones o reuniendo a un grupo de amigos con ruedas en los pies o botas de montaña para compartir un 'almuerzo socializador'. Cada quien que elija su modo. Pero que elija alguno.