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VALENCIA. Ni estaba ni se la esperaba. La consellera de Cultura, María José Català, decidió quedarse a apenas quinientos metros del Palau de les Arts y dedicarse a disfrutar de la proclamación de la Fallera Mayor Infantil, María Donderis, en el Palau de la Música, en lugar de asistir a la que era la primera representación operística del Palau de les Arts en su nueva etapa, ya con el turinés Davide Livermore como el director artístico.

Sólo la secretaria autonómica de Cultura, Julia Climent, acudió como dirigente política más destacada de la Generalitat, en un más que evidente vacío político. El desaire, empero, se tradujo en un ambiente de sosiego durante toda la representación del Don Pasquale de Donizetti. Con una amplia ocupación de sala, más del 90%, el complejo valenciano vivió una noche operística que fue coronada con seis minutos de ovación y aplausos espontáneos durante la representación.

Michele Pertusi como Don Pasquale, Nadine Sierra en el rol de Norina, Maxim Mironov como Ernesto y, especialmente, el barítono polaco Artur Rucinski, quien cantó el personaje de Malatesta, fueron muy celebrados por el público. Junto a ellos el joven cantante Shi Zong, perteneciente al Centre de Perfeccionament Plácido Domingo, el Coro de la Generalitat, la Orquestra de la Comunitat Valenciana y el director musical del montaje, Roberto Abbado, quienes fueron ovacionados. 

La producción del Maggio Musicale Fiorentino, estrenada en 2001 y que llega a Valencia tras haber recorrido algunos de los escenarios más importantes del mundo, como La Scala o el Covent Garden, se convirtió así en el bálsamo ideal para sanar la abrupta despedida de la intendente Helga Schmidt, quien fue destituida por la Generalitat en cuanto fue imputada durante una investigación emprendida por el juez Vicente Ríos, quien está intentando comprobar si hubo o no falsedad documental, prevaricación y malversación de fondos en el coliseo valenciano.

En un contexto de constante zozobra, y más tras el ERE que sufrió el año pasado el complejo, el Palau de les Arts renacía por segunda vez en esta temporada, esta vez de la mano de la ópera bufa, la "más perfecta de Donizzeti, la más equilibrada y sin bajones", según la describió Abbado durante la presentación del montaje. Con un concepto escénico creado por Jonathan Miller, que ha sido dirigido en la reposición valenciana por Rodula Gaitanou, y escenografía de Isabella Bywater, el estreno en Valencia de Don Pasquale constituyó un agradable éxito con el que se daba carpetazo a los días más amargos del joven complejo operístico.

Un centro que desde su inauguración oficial hace tan solo una década ha sufrido la rotura del montacargas del escenario que inutilizó el complejo durante semanas, unas inundaciones que obligaron a cancelar las representaciones de 1984 de Lorin Maazel, la caída de trencadís que obligó a cancelar las representaciones de Manon Lescaut que iba a ser dirigida por Plácido Domingo y que tuvo que ser reprogramada para esta temporada, y, este enero, el asalto y registro al complejo por parte de efectivos de la Policía, con tres furgonetas de la UIP y una veintena de agentes de la Policía Judicial.

Este sábado noche, todo el agitado pasado del complejo pasó a un segundo plano y se impuso la lírica, con un montaje que despertó las risas del público en diversos momentos y que fue ovacionado por los aficionados, con momentos destacados como la obertura, el dúo 'Aspetta, aspetta, cara sposina', la famosa romanza de Ernesto y coro (‘Com'e gentil') y el siguiente dúo de amor con Norina (‘Tornami a dir che m'ami...'). Unos aplausos que no oyeron los miembros del Consell.