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TEATRO COMPROMETIDO

González vs. Gabilondo

CARLOS AIMEUR. 04/02/2015 El director y dramaturgo valenciano Gabi Ochoa estrena en Madrid su obra de teatro sobre la famosa entrevista televisiva acerca de los GAL

VALENCIA. "¿Usted no sabe absolutamente nada del GAL?". No es Robert Frost el que pregunta, ni Richard Nixon el que contesta. Es Iñaki Gabilondo y el entrevistado es Felipe González. No es una historia ambientada en California, sino en Madrid. Hay otra diferencia. "Frost no le llega ni a la altura de los talones a Gabilondo", comenta el dramaturgo y director Gabi Ochoa, autor de la obra Las guerras correctas que se estrena este jueves en Madrid.

"Es falso, radicalmente falso. Quien impute al Gobierno una responsabilidad en ese sentido, está simplemente mintiendo, está falseando la realidad", replica el ex presidente de Gobierno. Pero nadie le cree. Es un duelo, una lucha, un diálogo con connotaciones intelectuales a largo plazo y políticas en el corto, "un western de palabras", dice Ochoa. Es también una reflexión sobre los límites del Gobierno. Es una obra de teatro, la demostración de que el arte puede tener un sentido político.

Le señalaba el propio Robert Frost a Begoña Donat en una entrevista, publicada hace ya cinco años, que los políticos hoy día resultan más sutiles. "En las décadas de los sesenta y setenta, los políticos solían espetar a los entrevistadores: ‘¿Alguna vez ha dirigido un departamento del Gobierno que gestiona dos billones de libras al año?'. Por supuesto que no. Vaya basura de respuesta. Pero así se desasían de la contestación. Hoy día contestan con una frase y en una exhalación cambian de tema. Han ganado en perspicacia. Este oficio es una inagotable partida de ajedrez. Así que ahora nos toca el turno de contrarrestar con una nueva pericia".

Algo de lo que puede dar fe Gabilondo quien tuvo que echar mano de todo su talento de ajedrecista para poder enfrentarse a González, quien a su vez empleó su oratoria para no admitir la posible implicación de su Gobierno en la creación de los GAL. Una desvinculación que nadie creyó y que ha sido sistemáticamente negada por los principales responsables del GAL, los policías Amedo y Domínguez. Sin ir más lejos, Amedo publicó hace dos años en La Esfera de los Libros Cal viva, en el que volvía a señalar al ex presidente y su Gobierno como los instigadores de la Guerra Sucia contra ETA.

La obra nació en una comida durante el rodaje de El amor no es lo que era. Ochoa y uno de los protagonistas de la película, Alberto San Juan, comentaban durante los descansos diversas cuestiones políticas. En una de esas conversaciones, Ochoa recordó la entrevista de Gabilondo a González y San Juan, que estaba a punto de poner en paréntesis a Animalario y quería poner en marcha El Teatro del Barrio, mostró su interés por las posibilidades dramáticas. Vio, en defintiva, que había una historia que merecía contarse.

La periodista valenciana Mariola Cubells le facilitó a Ochoa el contacto con Gabilondo, quien desde el primer momento mostró su predisposición a colaborar. Otro tanto sucedió con Jordi García Candau, entonces director de RTVE. No sucedió lo mismo con Felipe González ni con el entonces ministro Alfredo Pérez Rubalcaba. "¿En qué reunión no ha estado Alfredo? ¿En qué conferencia, cita, mesa redonda, comida, cónclave, debate, conjura, acuerdo o yo-que-sé, conspiración, no ha estado Alfredo Pérez Rubalcaba?", se pregunta el Gabilondo de ficción en la obra.

La entrevista, que se emitió por TVE hace ahora veinte años, el 9 de enero de 1995, es el cuerpo central del montaje pero, como rápidamente apunta Ochoa, el "cómo se gestó y las consecuencias" constituyen el elemento fundamental de una producción que habla sobre el periodismo, sobre la verdad, la mentira pero también sobre los límites del Estado de Derecho.

"Era una buena oportunidad para medir a Felipe [González]", recita el Gabilondo de ficción en la obra. "Para medir el GAL. El GAL estaba en todo. En el desayuno, en la comida, en la cena, se metía en tu cama. El Mundo martilleaba con el tema día sí, día también; Amedo y Domínguez habían largado todo y más en El Mundo, dando por supuesto que esa X era el cargo más alto en el gobierno. Anguita y Aznar en aquel momento hacían la famosa pinza, ¿se acuerdan? Hasta en los telediarios de Televisión Española era portada. Se producen hechos insólitos como que el PP, sí el grupo popular en su totalidad, se pusiera en pie y aplaudiera a Barrionuevo a su entrada al congreso de los diputados mientras diputados del PSOE se removían en sus asientos. El dolor de cabeza de Felipe".

El título Las guerras correctas es un oxímoron según Ochoa porque "ninguna guerra puede ser correcta". "A mi y a Alberto San Juan nos gusta mucho precisamente por eso, por la contradicción que conlleva", añade. Producida por El Teatro del Barrio, La Rambleta de Valencia y Teatro del Temple de Zaragoza, la obra alzará su telón por primera vez este jueves con la presencia de Gabilondo entre el público.

Un Gabilondo que se ha mostrado en todo momento respetuoso con la visión de Ochoa de la historia. "Recuerdo que le llevé la primera versión del texto y me dijo: ‘No te he dicho que hicieras lo que quisieras. No necesitas mi permiso'. Eso es muy importante, porque él sabe muy bien que no es lo mismo la ficción que el periodismo, y me ha dejado mucha libertad".

Durante todo el mes de febrero la obra protagonizará la cartelera de este espacio que se ha distinguido desde su nacimiento por su carácter crítico y pegado a la realidad. Ahí está su celebrada pieza Ruz-Bárcenas sobre el interrogatorio en el que el ex tesorero del PP desgranó toda la contabilidad B del partido de Mariano Rajoy.

Ese mismo espíritu crítico con la realidad reciente se percibe en Las guerras correctas, no exento de análisis. Así, el jueves, a la conclusión de la representación, Gabilondo e Ignacio Escolar participarán en un debate con los espectadores sobre los límites del periodismo. Y el próximo martes 10 de febrero los invitados serán Pedro J. Ramírez, Íñigo Goyoaga y Manuela Carmena. "Eso es lo que más me gusta de esta obra, que da pie a que la gente medite", dice Ochoa.

Tras su estancia en Madrid, Las guerras correctas viajará a Zaragoza a finales de mayo. No hay todavía fecha para Valencia, donde está previsto que se represente entre finales de abril y principios de mayo, o en el mes de junio. Protagonizada por Manolo Solo (Felipe González) y Luis Callejo (Iñaki Gabilondo), con Chani Martín como Pérez Rubalcaba y César Tormo como García Candau, Las guerras correctas intenta encontrar esa abstracción que es la verdad, oculta tras las mentiras de las urgencias y los intereses, ir más allá. Un ejercicio insólito ("seguramente no estamos acostumbrados a afrontar la verdad, estamos más habituados a un entretenimiento más escapista", dice Ochoa) pero no por ello menos necesario.

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