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VALENCIA. El pasado sale al encuentro de los gestores de la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) de la Comunitat Valenciana. El Banco de España ha impuesto una sanción de 200.000 euros a la entidad por el incumplimiento del coeficiente mínimo de solvencia durante los meses previos a la refinanciación de su deuda en julio de 2013.

Como notificó el pasado mes de enero la entidad regulatoria, durante más de seis meses, los recursos de la SGR se situaron por debajo del 80% establecido para poder avalar sus operaciones, como le exige la Ley 26/1988 de Disciplina e Intervención de las entidades de crédito y que contempla sanciones de hasta un millón de euros.

Aunque fuentes conocedoras del proceso reconocen que se incurrió en esta circunstancia, en defensa de la SGR advierten que esto se debió a la situación extraordinaria que atravesaba la entidad y que apunto estuvo que acabar con ella. Además, pese a que la sanción planteada es relevante para los escasos fondos de los que dispone y se están estudiando alegaciones a la sanción para reducirla, los 200.000 euros de multa son casi del mal, el menor.

DESPUÉS DE LA TORMENTA

"De no haber sido capaces de llevar a buen término la negociación de reestructuración con 35 entidades financieras y haber obtenido el visto bueno de la Generalitat, el Ministerio de Hacienda, la Comisión europea y el Banco de España, la SGR no habría estado en disposición de retornar ningún tipo de valor a sus accionistas, ya que antes de la reestructuración y del plácet de Bruselas el valor de la compañía era negativo", como advertió el consejero delegado de la entidad, Santiago de Santos, ante la junta general de accionistas del pasado año.

En los últimos meses, la SGR ha conseguido establecer acuerdos con Banco Sabadell, Caixa Ontinyet y Banco Cooperativo; además de con los centros innovadores CEEI y Red-it. La SGR de la Comunitat Valenciana cerró el ejercicio 2013 (el último cerrado) con unas pérdidas de 40,9 millones de euros, frente a las de 75,4 millones del ejercicio anterior.

Esta cifra se ajustaba a las previsiones realizadas por la sociedad y que recogen el plan de negocio. De acuerdo con este plan, la sociedad prevé obtener un beneficio acumulado de alrededor de 20 millones de euros hasta 2018 y espera finalizar con un riesgo vivo de 430 millones el periodo de refinanciación.