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Podemos: ascenso, estancamiento y... ¿caída?

GUILLERMO LÓPEZ. 03/05/2015 Las expectativas del partido no hacen sino moderarse por dos motivos, la aparición de Ciudadanos, y por los vaivenes e inconsecuencias estratégicas

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Guillermo López García

Profesor titular de Periodismo de la Universitat de València
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VALENCIA. Hubo un tiempo en que casi todo el mundo hablaba de Podemos, para satisfacción de los dirigentes de este partido, que habían logrado ubicarse en la "centralidad del tablero". Pero, meses después de alcanzar su punto álgido, liderando incluso la intención de voto en muchas encuestas, las expectativas no hacen sino moderarse. Fundamentalmente, por dos motivos: la aparición de una peligrosa competencia, Ciudadanos, por una parte; y los vaivenes e inconsecuencias estratégicas que menudean en Podemos en el período más reciente, por otra.

LA MARCHA DE MONEDERO

El hasta ahora número tres de Podemos y fundador del partido, Juan Carlos Monedero, anunció esta semana que dimitía de sus cargos orgánicos y abandonaba la política activa. Si nos atenemos a lo declarado por Monedero, a decir verdad, sus motivos parecen bastante razonables: Monedero piensa que el partido se está alejando de sus esencias ideológicas y programáticas e -implícitamente, al menos- que se estaría prestando a cierto juego de'‘pasteleo' con el poder, totalmente contradictorio con lo que inicialmente se supone que buscaba este partido. Monedero también se queja de la colusión de sus principios e inquietudes ideológicas con la fría realpolitik, con la que no se encuentra a gusto. 

Por otra parte, objetivamente la pérdida de Monedero, a efectos prácticos, no tendría por qué resultar trágica para Podemos, dada la querencia del ya exdirigente por meterse en problemas y hacer declaraciones extemporáneas; y, sobre todo, por el asunto -en absoluto menor- de sus informes pagados por Venezuela a precio de oro, que Monedero explicó de forma harto peculiar, en una rueda de prensa, por momentos, surrealista.

Sin embargo, y a pesar de las consideraciones previas, es indudable que, en términos de imagen, su marcha puede ser muy dañina para Podemos, por lo que simboliza. Y en un momento, además, particularmente delicado, en el que a Podemos, por primera vez desde que apareció en la escena política española, se le acumulan los problemas.

AUMENTO DE LA COMPETENCIA POR LA DERECHA

El primer problema, y posiblemente el principal, es la aparición de Ciudadanos, que ha monopolizado la atención pública como hasta ahora lo había hecho Podemos. Sea este un ascenso genuino o fabricado por quién sabe qué poderes ocultos (como también se dijo en su momento de Podemos), es indudable que a efectos electorales da igual: en estos momentos, mucha gente se ha acercado a Ciudadanos viendo en este partido un voto de protesta, y de cambio, respecto de la política tradicional. Un cambio mucho más liviano, por supuesto, que el que inicialmente proponía Podemos, y al que se han acercado muchos exvotantes conservadores, hasta ahora en el PP, en la abstención, ... o en Podemos.

La irrupción de Ciudadanos en un espacio que, en parte, había ocupado Podemos se explica mejor si observamos que muchos votantes perciben a este último partido muy escorado hacia la izquierda, con lo que su capacidad para alcanzar el voto de centro, si hay competencia real (en el contexto del voto protesta frente a "lo viejo"), disminuye drásticamente. Ahí es donde Ciudadanos ha debilitado las expectativas electorales de Podemos. También lo ha hecho, por supuesto, con el PSOE (y más aún, singularmente, con el PP).

Pero en el caso de Podemos se suma el importante matiz de que este partido, como Ciudadanos, explica su crecimiento, sobre todo y ante todo, por una cuestión de visibilidad pública y percepción ciudadana: que el público piense que este partido es el que realmente les conviene, y se ajusta más a su visión de las cosas, para conseguir el cambio político que están buscando (fuera cual fuera este).

PERDER BUSCANDO LA CENTRALIDAD DEL TABLERO

La reacción de Podemos ante la irrupción de Ciudadanos ha sido imprimir, de manera muy poco sutil, un viraje hacia el centro político. El problema de esta estrategia, sin embargo, es múltiple: por un lado, este centro ya está copado por Ciudadanos, cuyas propuestas se ajustan mucho mejor a los intereses de muchos de sus votantes, que no en vano provienen del PP. Es el mismo problema que tiene el PSOE cuando se dedica (como en la segunda legislatura de Zapatero, y después también) a asimilar como propios los preceptos del PP: que, puestos a elegir, el público prefiere confiar en el original que en la copia.

Por otra parte, los votantes que en un momento pensaron confiar en Podemos y ahora ya no lo hacen difícilmente volverán si el giro al centro consiste en mostrarse como un partido idéntico, en la práctica, y sobre todo en lo que se refiere a sus relaciones con la "Casta", que los partidos que, en teoría, Podemos aspira a sustituir. Y a sustituirlos no sólo para ponerse en su lugar (que es la sensación que da ahora), sino para hacer algo más que ellos si logra acceder al poder; que es la sensación que trataba de dar Podemos en un principio, y con la que alcanzaron el éxito.

#prayfor... ¡Cuidado, valencianos! ¡Ciudadanos son... catalanes!

Naturalmente, Ciudadanos no solo molesta a Podemos; también molesta al PP, y mucho: tener competencia en el mismo espacio ideológico es algo que los conservadores españoles no experimentaban desde los años ochenta (cuando su techo electoral a duras penas superaba el 25% de los votos). Por supuesto, Ciudadanos también reporta ventajas: permite recuperar "para la causa" un voto que quizás se perdería en la abstención (o, peor aún: ¡en Podemos!) de no existir Ciudadanos como opción de "conservadurismo para todos los públicos", sin corrupción, amnistías fiscales, cuatro años de exitosa gestión de Rajoy (más de veinte, en el caso del PP valenciano) y demás galería de monstruos que hoy por hoy ofrece el PP a su electorado.

Pero Ciudadanos tal vez sea pan para hoy y hambre para mañana: pactos de gobierno para hoy, un serio peligro de la hegemonía del PP en el campo conservador para mañana. Como lo segundo, si se consumase, es mucho peor para el PP que lo primero, y como estamos en campaña electoral, la reacción inicial del PP está siendo más bien hostil. La cuestión es si están acertando con las teclas adecuadas. Tarde o temprano, pero más bien temprano, sale el comodín: mucho cuidado con Ciudadanos, que son catalanes. Ni siquiera importa que sean catalanes "buenos" (desde la óptica del PP: catalanes españolistas). El hecho de que sean catalanes les hace ser sospechosos.

El PP ya jugó esta carta (con recordado éxito electoral) en las recientes elecciones andaluzas. Y, por lo visto, no tuvo suficiente, porque esta semana Rita Barberá volvió a abundar en el argumento (por llamarlo de alguna manera): cuidado con Ciudadanos, que estaríamos poniendo Valencia en manos de los catalanes. Y ya se sabe lo que pasa a continuación: te roban la paella y te obligan a hablar en catalán normativo, como si el valenciano no viniese directamente del íbero. ¡Qué escándalo, que pretendan gobernar a los valencianos desde Cataluña, con lo bien que nos ha ido estos años, con el gobierno teledirigido de Mariano Rajoy desde Madrid!

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10 comentarios

mandalore2 escribió
07/05/2015 13:21

"Escasa preparación intelectual y académica" como dice Borja, precisamente en Podemos, diría que no, sobre todo comparada con otros partidos (me viene a la cabeza el caso de cierta concejala de "cultura"). Me parece que es más bien escasa experiencia en política práctica, la dichosa realpolitik

Jesus Raza Mescalero escribió
07/05/2015 09:33

Brillante artículo, Guillermo. También felicito a Borja. Estos de Podemos son un subproducto de la "izquierda Disney", que es, a su vez, heredera de las "storys" de Abuelito Frank Capra. Cómo se nota que sus "lideres" provienen de ambientes pseudofuncionariales -profesores- y subvencionados para constituirse en "lobby" "proVenezuela" y, ahora, en un proceso de inclusión en el "establishment" al que simulan odiar, pero que aman con todas sus fuerzas. El estallido de sus contradicciones internas está al caer. Vale.

Carlangas escribió
06/05/2015 10:26

Brillante artículo Guillermo. Pero me gustaría lanzar una pregunta. Normalmente se hace una lectura de la acción de los partidos políticos en relación a sus resultados electorales , así como de lo que dicen los políticos, etc muy desde el punto de vista del marketing, de estrategias más o menos afortunadas o efectivas para venderse a los ciudadanos. Finalmente si la gente no compra el producto es porque no se ha sabido vender bien. Parece caerse así en el error de fondo de asumir que todos los vendedores están en las mismas condiciones de vender su producto, independientemente de éste y de los compradores. ¿No se echa en falta en estos modelos de análisis otros elementos, tal vez por obvios no tenidos en cuenta, pero cruciales para entender de qué va la cosa? Es decir: 1) hay grupos políticos con muchos más medios para influir en la opinión pública que otros mucho menos relacionados con poderes económicos y mediáticos; 2) No todos los mensajes se venden por igual ni son todos iguales, hay mensajes más simples y más complejos, más inteligentes y más tontos, con o sin trampa…; 3) la opinión pública no es susceptible de aceptar por igual cualquier cosa, la opinión pública tiene una historia, una trayectoria, sino múltiples historias y trayectorias. Y aunque para los actores políticos sea lo suyo verlo así, no todo ni mucho menos depende de las estrategias de los partidos por hacerse con el poder político, la cuestión ¿no es realmente más compleja?

Borja escribió
05/05/2015 23:23

Podemos llegó a la playa para vender los helados en un dirigible prometiendo para los que no podían pagarlos. No pisó la playa. Llegado el momento de aterrizar, trató de ponerse en el centro de la playa pero no tenía helados que vender. Sin ir más lejos, hoy ha prometido la dación en pago ¡con efectos retroactivos! En otras palabras, pretende cambiar el Código Civil mediante la modificación de la ...umm Ley de Bases de Régimen Local porque entiendo que el programa es para las municipales y/o autonómicas.. Creo que el problema no es tanto de ataque de los medios ni de Ciudadanos sino más bien de indigencia ideológica y de escasa preparación intelectual y académica. Ciudadanos andaba por ahí y se ha puesto en el centro. Y se va a llevar la clientela si no comete ninguna torpeza –como abstenerse en Andalucía. Y los otros dos que quedan, se me viene a la cabeza el chiste de Martes y Trece del bote de Ariel. Su carrito no tiene ruedas, los helados son aquellos polos de la posguerra, hielo coloreado pero para un 50% de los veraneantes es su polo y no van a cambiarlo aunque les den otro que parece ser mejor.

Lluís escribió
05/05/2015 10:42

Coincido parcialmente con Guillermo. Las críticas procedentes de medios de la casta (y en particular, de la derecha) no influyen demasiado en el izquierdoso. Y a cualquier rojo de pro lo que le hundiría (por lo menos anímicamente) sería que los de La Razón o Libertad Digital le alabasen día si día también. Es evidente que han gestionado muy mal asuntos como los de Monedero o Tania Sánchez, pese a que ésta ni siquiera militaba en el partido. La centralización cada vez más pronunciada del mando en la dirección central quizá sea buena para impedir que eso se convierta en un galimatías, pero viola el espíritu que animó a muchos a fijarse en ese partido. Y condenar, incluso purgar, a los críticos, tampoco ayuda demasiado a venderse como algo nuevo y diferente. Al final, parece una copia barata de UPyD. Y lo que también ha fastidiado un poco es la irrupción de Ciudadanos. Aunque su potenciación sea el último intento de la casta y, en particular, de la derecha, para impedir cambios traumáticos, lo cierto es que muchos ciudadanos de ideas más bien moderadas (desde el liberalismo a la socialdemocracia) han encontrado en la formación de Rivera una opción que parece incomodar algo al PPSOE sin necesidad de tener que arriesgarse votando a los bolcheviques. Y admitámioslo, el programa de Ciudadanos puede gustar más o menos, pero por lo menos hay un programa algo más consistente que en Podemos. Que eso de prometer 700 € a todo el mundo sin necesidad de pegar sello gusta mucho, pero hay gente que se pregunta de dónde van a sacar el dinero.

Deng Xiaoping escribió
05/05/2015 09:04

Yo creo que la cuestión de la caída de Podemos es que el ascenso no era tal. En muy pocos casos el fondo ideológico de los fundadores de Podemos es lo que había calado en la gente que se supone los iba a votar. Las propuestas de gente como ellos no son nuevas en absoluto, eran defendidas por grupos minoritarios desde hace años, grupos que para la mayoría de la población son unos flipados, unos cantamañanas y unos colgados. Esa percepción no ha cambiado. Pero ante la crisis y el bombardeo de corrupción (en los medios asimilable a la información de sucesos), que ha desgastado (en parte) la imagen de PPSOE, sube la popularidad de Podemos, se ponen de moda sus muchachos-tertulianos, su tono, su actitud pero no su crítica, ni sus propuestas, que difícilmente se pueden abrir por ellas solas un hueco en la mentalidad de la mayoría de la gente. Y efectivamente en el momento en que aparece otro tipo con un tono y una actitud también molona, pero que además va con traje y corbata, es más guapo y da encima esa imagen de persona eficaz, responsable, sensata, formal pero con cierta picardía que es lo que en el fondo le mola a mucha gente, pues Podemos se desinfla. O sea que al fin y al cabo a día de hoy hay mucha gente muy adocenada, que le da miedo el cambio, que sigue teniendo respeto y admiración por el señorito y el señor marqués, en fin que si los conoces un poco aprecias en seguida que son más bien de derechas y que aunque los chicos de Podemos se puedan poner de moda un rato la mentalidad neoliberal ha borrado de muchas capas de la población los discursos de izquierda, y no triunfan así como así, y si triunfan es de forma muy peregrina, casi pudiendo afirmar que lo mismo podría ponerse de moda Podemos como ponerse de moda un partido de extrema derecha con un discurso racista, antiinmigrante, etc

uruk escribió
04/05/2015 15:20

si un posible votante de podemos lo considera muy escorado a la izquierda....es probable que sea un lector asiduo de La Razón

Guillermo López escribió
04/05/2015 09:01

Gracias por su comentario, Alfredo. En otros artículos he hablado también de las cuestiones que comenta, sobre las críticas desaforadas a Podemos y demás. De todas formas, sí que creo que el estancamiento de este partido no se debe tanto a esas críticas o invenciones de sus adversarios, cuanto a sus propios errores en las últimas semanas / meses. Un cordial saludo

Alfredo escribió
03/05/2015 20:38

Creo que las apreciaciones del artículo son acertadas pero no entiendo que pase por alto el, a mi parecer evidente, acoso y derribo perpetrado desde muchos medios y la inaudita cantidad de mentiras y medias verdades vertidas por doquier en contra de una formación que da miedo a muchos.

petra escribió
03/05/2015 09:11

Señora Rita Barberá: POner los valencianos en manos de los catalanes es lo que ha hecho el PP impunemente: Entregar el Banco de Valencia a La Caixa por 1 euro. Entregar la CAM al Banco de Sabadell. Y la mejor joya de la corona a Caja Madrid, 'per a ofrenar...'. ¿Se puede ser más antivalenciano que destruir todo lo genuinamente valenciano que teníamos? Menos lobos, CaperuRita.

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