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VALENCIA (VP). "Como un poco de paraíso" así definía Antonio Machado a la huerta valenciana. Una huerta que ha sido fuente de inspiración para grandes artistas valencianos como Joaquín Sorolla, José Benlliure o Vicente Blasco Ibañez y que ha sido objeto de protección y reivindicación por el lugar que deber ocupar en el presente y futuro de Valencia.  De sobra son conocidos todos los elementos que caracterizan a la capital del Turia. Sus tradiciones, su modernidad, su carácter mediterráneo o sus playas, pero, sin duda, uno de sus rasgos que más la diferencian es la huerta, cuya necesidad de poner en valor ha sido objeto de muchas investigaciones.

Precisamente, una investigación de la Universitat de València, que forma parte del banco de estudios de la iniciativa ESTUDIA VLC de la Fundación InnDEA, defiende la necesidad de proteger la huerta "como espacio verde que aporta calidad ambiental, como zona de ocio y esparcimiento y como elemento con un gran potencial económico tanto por su posible explotación agrícola como por su capacidad de atraer turismo".

La investigación "La Huerta de Valencia: evolución, influencia del planeamiento urbanístico y perspectivas" del geógrafo Víctor Soriano, explica cuáles son las principales causas que han llevado en cuestión de medio siglo a reducir la huerta a una tercera parte de lo que fue en su esplendor, pasando de 15.000 a 6.000 hectáreas.

"La falta de relevo generacional, la baja rentabilidad de las explotaciones agrícolas y cuestiones urbanísticas como la falta de estrategias sostenibles han sido las tres amenazas principales", explica el investigador, que recalca la importancia de preservar la huerta ya que "es parte de nuestra identidad como pueblo".

Además, Soriano ha informado que precisamente ahora sería un buen momento para volcarse en este sector al estar en boga, aprovechando "la concienciación que tiene ahora el consumidor sobre los productos que consume". Cada día los ciudadanos toman más conciencia sobre el consumo ecológico y asumen su responsabilidad social. "Ahora el consumidor quiere saber el origen, el proceso de producción y la logística de las verduras y frutas que consume".

El investigador ha detallado medidas fundamentales para revalorizar la huerta. "Además de crear políticas urbanísticas de preservación, hay que desarrollar estrategias que ayuden a conseguir que sean rentables los cultivos. De alguna manera hay que retribuir el trabajo de los agricultores, les debe salir rentable trabajar para que no abandonen los campos. Y ahí debemos implicarnos todos los ciudadanos ya que todos nos beneficiamos de tener huerta", explica.

Por otra parte, Soriano ha incidido en la importancia de que las Administraciones se conciencien de que la huerta "no es como la Albufera que es un paisaje natural que se puede dejar que evolucione sola, es decir, la huerta si no se dinamiza, si no cuenta con la interacción humana no es nada, acaba siendo un vertedero".

En este sentido el geógrafo ha reivindicado los usos alternativos para aprovechar este potencial natural. "Hay muchas posibilidades. Desde montar mercados ecológicos, a destinar espacios para el ocio o para la educación, entre otros". Precisamente respecto a la formación, Soriano ha indicado que hay una carencia palpable de conocimiento entre los más jóvenes de la huerta y de los productos típicos valencianos. "Hoy en día llevamos a los niños de excursión a los sitios más remotos pero, por el contrario, no los acercamos a que conozcan la huerta y ahora no saben ni reconocer una chufa ni saben nada sobre nuestro sistema de regadío".

La Directora de la Fundación InnDEA Valencia, Paula Llobet, ha recordado que esta investigación está disponible para todos aquellos que quieran consultarla y ha animado a los investigadores que estén realizando sus trabajos de fin de grado, máster o tesis sobre Valencia que los presenten a ESTUDIA VLC. Asimismo, ha informado que hay otros estudios interesantes depositados al respecto, como la tesis de la Universitat Politècnica de València "El caso de la Huerta del Gran Valencia" de la investigadora Beatriz Giobellina, entre otros.

"Además aún podrán optar a participar en los Premios ESTUDIA VLC 2015. En esta edición se premiará con 1.000 euros al mejor Trabajo de Fin de Grado o Fin de Máster presentado y con 3.500 euros a la Mejor Tesis Doctoral", ha informado Llobet.