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MÚSICA DE MUERTE

Más allá de la vida: la música que rodea a la muerte

JORGE SALAS. 20/08/2015 Lejos de apagarse con las vidas, la música no deja de sonar y cada vez cobra más protagonismo en los funerales

VALENCIA. "¿Te acuerdas de cuando eras crío? Te pasabas todo el año esperando las vacaciones de verano y, cuando por fin llegaban, siempre pasaban volando. Es curioso, Jimmy, la vida parece pasar más deprisa que cualquiera de esas vacaciones de verano". Titulada a partir de una canción del nunca suficientemente bien ponderado Warren Zevon, Cosas que Hacer en Denver Cuando Estás Muerto (1995) es una de esas rara avis que, de vez en cuando y, sobre todo, si se observa con atención, se pueden descubrir entre tanta mediocridad rutinaria. Una perla de cine negro rodada fuera de lugar de forma integral: en Denver, y con Jimmy El Santo, un gángster que nunca mató a nadie cuyo bautismo llega por un tema de Bruce Springsteen (‘Lost in the Flood').

De forma mucho menos prosaica, pero casi siempre más fuera de lugar, la muerte se presenta a diario ante cualquier hijo de vecino; sin Andy García y su gesto de estar riéndose de todo el mundo, sin Steve Buscemi. Si la música, como decía Martín Lutero, se presta como casi ninguna otra cosa para alegrar al melancólico o entristecer al alegre, la combinación sale sin necesidad de buscarla con demasiado ahínco. Y lo dijo Lutero, responsable como músico de que la música popular entrara en la Iglesia.

El negocio de la música litúrgica sobrevive gracias a un catálogo en el que, de manera normalizadora y poco dramática, igual se trabaja en una boda que en un funeral. Ahí está Goran Bregovic y su Orquesta de Bodas y Funerales. Así, se puede encontrar con la misma facilidad sopranos, tenores o corales, solistas, dúos y hasta quintetos de cuerda, que, al final, se ofrecen con la misma naturalidad para cantar en enlaces matrimoniales y honras fúnebres. Un dúo de pianista y soprano por unos 250 euros, un coro gospel por algo más de 700, una soprano lírica por unos 200 o, en el más estupendo de los casos, toda una coral por entre 450 y 750 euros. El juego de palabras, esta vez, se presenta en bandeja: es un nicho de mercado evidente.

La dicotomía natural entre ambos mundos es la realidad diaria para el músico profesional y de banda. Muchos de ellos habrán interpretado en algún momento de su vida la ínclita ‘Amparito Roca', un pasodoble que el músico y compositor barcelonés Jaime Teixidor compuso como director de la Banda de Música Primitiva de Carlet en su etapa valenciana tras abandonar el ejército en 1924. Al otro lado de la luz, ‘Piedad Señor' y ‘Sueño Eterno', dos marchas fúnebres firmadas por el mismo compositor, pueden sonar con relativa frecuencia en muchas procesiones. El ordinario reverso de la moneda.

DUELO, MÚSICA Y DRENAJE DEL DOLOR

Lejos de lo accesorio, la música ha jugado siempre un papel protagonista en todo lo que rodea a la muerte. O, más bien, a lo postmortem. En la despedida, la música nunca es accesoria. Ahí están las nenias del universo romano, cantos fúnebres que se realizaban en presencia del finado; y las mastabas, edificaciones funerarias del Egipto ancestral que están repletas de iconografía musical. O, sin necesidad de desempolvar ningún libro para remontarnos al pasado, los jazz funerals de Nueva Orleans; despedidas en las que una banda acompaña al fallecido, en una ceremonia de influencia yoruba y haitiana, entre otras.

La relación de la música con la muerte va más allá del acto puntual; tiene un rol fundamental en el drenaje del duelo. Así lo explica Sara Losantos, psicóloga de la Fundación Mario Losantos del Campo, que ofrece un servicio gratuito de psicoterapia de duelo. "Conectarse con el dolor de la pérdida a través de la música puede ser tan beneficioso como hacer un ejercicio de introspección o permanecer junto a la tristeza y la pena sin tratar de evitarla", ilustra Losantos en un blog dedicado al duelo; en él recoge ‘Candle in the Wind', la canción que Elton John reescribió en 1997 para el funeral de la Princesa de Gales a partir de la versión original escrita por Bernie Taupin inspirada en Marilyn Monroe en el 73.

CUANDO LA MÚSICA ENTRA EN LOS FUNERALES

El vínculo entre música, muerte y duelo es tan indiscutible que muchas funerarias incorporan ya la opción del acompañamiento musical en sus servicios. La funeraria Albia va más allá y, en su innovador pack ‘Homenaje a una vida', realiza un guión personalizado con posibilidad de maestro de ceremonias en el que la música puede adquirir un rol muy importante. "Ofrecemos distintas modalidades en las que se puede combinar la presencia de un acompañamiento con uno o dos instrumentos junto a un maestro de ceremonias que guiará el acto de despedida, o bien prescindir del mismo y añadir un tercer instrumento", cuentan desde la funeraria. El repertorio del funeral va desde "bandas sonoras de películas, pasando por tangos y boleros, clásicos del rock y la música clásica, hasta himnos y un gran repertorio popular", según las peticiones de la familia, explican.

"Todos nuestros músicos son profesionales de conservatorio, con amplia experiencia en ceremonias fúnebres, lo que otorga la solemnidad, respeto y sensibilidad que se requiere en este tipo de situaciones", aseguran en Albia. Si bien dejan claro que es un servicio cada vez más demandado, también explican que depende "de la costumbre y la cultura de la zona": "en nuestros centros de Valencia ha tenido una gran acogida y aproximadamente un 40% de nuestros servicios funerarios contratan estas ceremonias en cualquiera de sus modalidades". En la funeraria valoran ese servicio, que incluye además desplazamiento de músicos, elaboración junto con la familia del guión y un libro recordatorio entre 90 y 260 euros (más IVA) "dependiendo de la combinación de interpretes".

Algunos servicios funerarios que corren a cargo de la administración pública también tienen la brillante idea de incluir la música en su catálogo. Sin ir más lejos, los "servicios de música" a cargo del Ayuntamiento de L'Hospitalet oscilaban en 2013 entre los 157,98 (un músico) y los 544,80 euros (cinco músicos), con un suplemento de 101,34 euros por intérprete. Entre materiales de embalsamamiento, tanatoestética, flores y proyecciones, las tarifas de la música.

AUSCHWITZ: LA MELODÍA COMO ANTESALA DE LA MUERTE

El lazo entre música y muerte es íntimo, y se manifiesta de forma más o menos visible que otras relaciones. Para bien, pero también para mal. Posiblemente uno de los más ilustrativos y retorcidos ejemplos de esto sea la referencia de Pascal Quignard en su libro ‘El Odio a la Música' (1996) al respecto de la música en los campos de concentración nazis. "La música atrae hacia ella a los cuerpos humanos (...) La música es un anzuelo que captura las almas y las lleva a la muerte", explica el autor francés, que también recuerda las experiencia de Simon Laks.

Laks, compositor y violinista polaco, fue el director de la orquesta de judíos que en Auschwitz era obligada a tocar en presencia de cazadores y cazados. "No escasean las publicaciones que declaran, no sin cierto énfasis, que la música sostenía a los prisioneros esqueléticos y les daba fuerzas para resistir", así reproduce Quignard las palabras del polaco en su libro: "otras afirman que esa música producía el efecto inverso, que desmoralizaba a los desdichados y precipitaba su fin. Por mi parte, comparto esta última opinión".

"Hay que escuchar esto temblando: los cuerpos desnudos entraban a la cámara de gas en medio de la música", detalla el escritor francés, que en su ensayo habla de Primo Levi y su libro ‘Si Esto es un Hombre' para iluminar la estrecha relación entre música y muerte en el escenario nazi. "Primo Levi desenmascaró la función más arcaica que ejerce la música. La música, escribe, se vivía como un ‘maleficio'. Era una ‘hipnosis del ritmo continuo que aniquila el pensamiento y adormece el dolor'", cuenta Quignard, que recalca la teoría de Levi: "los soldados alemanes no organizaron la música en los campos de la muerte para apaciguar el dolor, ni para conciliarse con sus víctimas", sino para "aumentar la obediencia" y por "placer estético y goce sádico".

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