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David Graebe: "La deuda es siempre un arma política"

Londres Plaza/ VÍCTOR JIMENEZ. 09/01/2011

Antropólogo y anarquista, acaba de escribir un libro sobre la historia de la deuda. Sus opiniones acerca de la cuestión ponen en duda el papel de las instituciones internacionales: "El FMI es el representante de los acreedores y no se halla aquí para encontrar soluciones sino para obligar a pagar la cuenta. Debería de estallar algún tipo de reacción social contra él. Yo no pierdo la esperanza..."

 

LONDRES. David Rolfe Graeber (Estados Unidos, 1961) es antropólogo y en la actualidad ocupa el cargo de profesor académico de Antropología Social en el Goldsmiths College de la Universidad de Londres. Graeber adquirió protagonismo político durante su participación en las protestas contra el Foro Económico Mundial en Nueva York en 2002. Desde 1987 ha escrito varios libros sobre la antropología de la esclavitud y el anarquismo y trabaja en estos momentos en la redacción de una historia de la deuda bajo el título de "La deuda: los primeros cinco mil años". En 2005, la universidad norteamericana de Yale se negó a renovar su contrato como profesor asociado. Fue invitado recientemente apronunciar la Conferencia Malinowski en la London School of Economics y es considerado en estos momentos uno de los mayores especialistas en atropología del mundo.


-Profesor Graeber, ¿hay alguna relación entre sus tendencias anarquistas por las que tuvo que abandonar la universidad de Yale y venir a ejercer de antropólogo al Goldsmiths College de Londres) y el hecho de que haya elegido el concepto de deuda como tema de su próximo libro?

-Usted comprenderá que no comente sobre mis tendencias: son personales, ¿sabe? El hecho es que nadie ha escrito una historia de la deuda antes, lo cual es bastante sorprendente porque vivimos en economías de consumo. La noción de deuda ha estado con nosotros desde hace más tiempo de los que nos imaginamos, y ha provocado conflictos sociales... ¿cuál es la primera decisión que toma un gobierno revolucionario?

-¿Deshacerse de los anteriores gobernantes?
-No, eso pertenece a la fase previa a formar el nuevo gobierno. Lo que hacen es abolir la deuda y distribuir la riqueza.

-¿Qué es la deuda?
-Pues la deuda es un arma política para convertir la víctima en culpable, pero de manera que esa transformación disponga de una apariencia legal. La deuda impone una jerarquía en las relaciones humanas, que se convierten en relaciones de intercambio arbitradas según los intereses económicos y políticos de las elites. Le pondré un ejemplo con el que usted debería estar familiarizado: los PIIGS. Es lo que han hecho con el invento de la palabra PIIGS [las siglas en inglés de Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España], lo ve? Han individualizado la deuda y señalan así al chivo expiatorio. La culpa de la crisis europea está ahora sobre los hombros de las economías periféricas, no de la estructura y las interrelaciones del sistema. La deuda es un acto económico que debe medirse con exactitud para adjudicar el ejercicio del poder, y ¿cuál es el elemento necesario para obtener datos exactos? la violencia. Sólo mediante la fuerza, en este caso los recortes en el presupuesto público de carácter social, la deuda deja de ser un valor arbitrario. Es por ello que el capital cuenta con un cuerpo de jurisprudencia propio.

-¿Cuando aparece la deuda en las sociedades occidentales?
-Abramos un poco más el punto de mira, que estamos en un mundo globalizado, según parece: ¿Sabe que Buda dice que si una persona muere debiendo dinero a otra, acabará reencarnado en un animal de granja, propiedad de la familia del acreedor? La inyección del factor moral es clave, porque asocia la deuda con la corrupción de espíritu. La introducción de dinero para hacer transacciones pequeñas requirió mucho más tiempo del que generalmente creemos. El siguiente paso, una vez que todo el mundo debía a alguien, fue el de hacer valer este poder y las religiones jugaron un papel decisivo. El dinero ya existía bastante antes, en la sociedad medieval inglesa, por ejemplo, e incluso los valores que más tarde darían paso a las acciones bursátiles. Pero en aquel momento, sólo las clases militares y la corte utilizaban estos instrumentos de riqueza. La expansión de su uso es la ampliación de su poder.

-Entonces, ¿cómo describiría a las hipotecas subprime?
-Simplemente son un paso más en la liberalización del crédito, y por tanto de la deuda, como objecto de consumo. Está ocurriendo lo mismo aquí, en el Reino Unido, con la educación y los créditos universitarios: se trata de conseguir que los mercados sean los que marquen el valor del trabajo y del conocimiento, en vez de la sociedad. La escalada en los déficits de cualquier tipo provoca siempre la pérdida de poder de la gente y su traspaso al capital. En los años 70, los sindicatos británicos era mucho más fuertes que hoy, lo que obligaba a las empresas a compartir mayor porción de los beneficios con sus plantillas de asalariados; la primera ministra Margaret Thatcher derrumba estas relaciones porque eran el mayor obstáculo para que los ciudadanos requiriesen más créditos para adquirir un televisor, un frigorífico, o un hogar.

-¿Hemos de acabar con los mercados financieros?
-Mire, los primeros mercados que aparecieron en la historia fueron los mercados de esclavos. La cuestión es, ¿cuánto han cambiado los mercados desde entonces?

-¿Cómo piensa usted que evolucionará la crisis del crédito y la deuda soberana en Europa?
-El Fondo Monetario Internacional es el representante de los acreedores contra los deudores, no se halla aquí para encontrar soluciones sino para obligar a pagar la cuenta. Si la historia nos puede servir de guía, debería de estallar algún tipo de reacción social contra el Fondo. Yo no pierdo la esperanza.

 

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3 comentarios

jordi escribió
10/01/2011 22:22

La cuestión, caro Marlango, es si a los valencianos les importa tanto esa ingente deuda que tendrán que pagar. Porque igual prefieren -colectivamente- n que paguen los que vengan. Y los que no lo prefieren, no logran convencer a la mayoría de que mejor sería no endeudarse (quizá porque los valencianos perciben que son leninistas poco dados al trato con los ciudadanos y a solucionar sus problemas). de forma que sólo os queda el derecho al pataleo y a pensar que a pesar de todo tienen/eneis la razón. Pero la razón, socialmente, la tienen los resultaos electorales.Menos para los leninistas que a pesar de ser barridos una y otra vez siguen convencidos de tener la razón y, a més es a més. la solución a los problemas de la sociedad. Pero la mayoría de los ciudadanos, adultos, con estudios secundarios la mayoría, capaces de tomar decisiones y responsables legalmente de sus actos, no se lo cree. Las sociedades democráticas se endeudan porque quieren y porque la mayoría lo permite (ahí está Argentina y su historia). Y el "malvado" sistema lo que exige es que se paguen las deudas. Quien las pague es cuestión del prestatario no del prestamista que lo que quiere es recuperar su pasta.

Marlango escribió
10/01/2011 20:54

"Una vanguardia preclara que sabe lo que pasa y una plebe que no sabe cuáles son sus verdaderos intereses". No se podía haber explicado mejor cómo está gestionado el mundo de hoy. Una élite de financieros, da igual si son del sector público o del privado, comunicados entre ellos y cuando les sale mal el juego (por pasarse), como está ocurriendo ahora, se reparten de nuevo las cartas y que la cuenta sea a escote, por favor. ¿De verdad cree usted que el ciudadano valenciano de a pie tiene algo que ver con los miles de millones de euros que adeuda la Genealitat? ¿De verdad cree que los platos rotos no los van a pagar todos los valencianos, todos menos esa élite preclara que siempre está a resguardo?

Jordi escribió
10/01/2011 20:10

Excelente muestra que no sólo dicen tonterías sin fín en la Universidad española. También el la inglesa. Menuda sarta de lugares comunes y tópicos para consumo de los que piensan que la mejor manera de luchar contra un sistema injusto como el capitalismo es echarle toda la culpa de las consecuencias de sus decisionse. Porque quiero creer que la decición de endeudarse no la considerará el tal Graebe como resultado de una manipulación del sistema. Primer eslabón para considerar a los humanos como retrasados mentales que toman decisiones abducidos por los cantos de sirena de los malvados capitalistas. De ahí al leninismo sólo hay un paso: una vanguardia preclara que sabe lo que pasa y una plebe que no sabe cuáles son sus verdaderos intereses.

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