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EVA PALOMARES / VALENCIA. 'Sociedad Avanzada de Biometría' (SAB) es una firma valenciana especializada en tecnologías de identificación. Está participada por un fondo de capital riesgo vinculado a Juan Roig y espera registrar sus primeros beneficios este mismo año

"Las comparaciones son odiosas, pero superaremos a Microsoft, porque nosotros no tenemos limitaciones geográficas". Son palabras de Carlos Fontes, director general de Sociedad Avanzada de Biometría (SAB), una empresa valenciana dedicada a la tecnología de la identificación que ha conseguido destacar por sus revolucionarios sistemas y tener como socio financiero a Juan Roig. Su fundador está convencido de las posibilidades de la empresa, "no tiene precedentes", y quiere convertirla en el primer desarrollador español de esta tecnología.

La propuesta empresarial de SAB está dirigida a sustituir objetos tan cotidianos y molestos como las llaves, tarjetas y cualquier tipo de documentación relacionada con la identificación de las personas, por huellas dactilares, el iris de los ojos, la voz o las venas de las manos. Y convertirlos al formato digital. "Nuestros productos en hardware se basan en el control de accesos y presencia. Se consigue ofrecer mayor seguridad porque se eliminan todas las herramientas que puedan acreditar a un individuo y centra la identificación en los propios rasgos físicos de la persona", comenta Fontes (en la imagen de la derecha, con Enrique Alberola, gerente de la firma).

CON GANAS DE COMERSE EL MUNDO
Estos sistemas empiezan a desarrollarse en todo el mundo y SAB no quiere quedarse a la cola. "No tenemos limitaciones geográficas porque estamos presentes donde están nuestros distribuidores. Y queremos llegar a todos los mercados del mundo. Para ello, estamos fomentando la rotación de nuestros productos y traduciéndolos a cualquier lengua", explica el empresario.

Los últimos productos de hardware que está comercializando esta empresa de Mislata son un sistema de pago por huella dactilar (Finger4pay) y un sistema de seguridad revolucionario para establecimientos como joyerías, en el que un timbre de puerta se convierte en un lector de huellas dactilares, para posteriormente combinar la imagen de la persona que entra con la huella de ésta. La información resultante se mantiene en una caja negra que, sólo en caso de necesidad, se desencriptaría por el Cuerpo Nacional de Policía, para localizar al individuo.

PIONEROS EN IDENTIFICACIÓN BIOMÉTRICA DACTILAR
SAB es la primera empresa que ha fabricado un dispositivo móvil que permite identificar a individuos. Se trata de una identificación automática desde el mismo momento en que se pone la huella en el dispositivo. Las primeras empresas que se han interesado por estos productos han sido constructoras, ETTs.

La compañía se encuentra en plena fase de introducción de sus productos a través de acuerdos con grandes distribuidoras nacionales e internacionales, instaladores e integradores, y prevé cerrar el ejercicio 2010 con sus primeros beneficios después de cinco años de inversiones constantes en desarrollo y fabricación de producto, y consolidación y formación de su equipo humano. Recientemente han firmado un acuerdo con compañías como Eulen y Adi, así como con cadenas hoteleras y empresas de sanidad.

Los socios de la empresa han previsto una ampliación de capital de 500.000 euros para afrontar nuevas inversiones en cuanto a fabricación y desarrollo de producto. Las próximas inversiones se irán realizando en la medida que el mercado vaya demandando sus productos.

SAB no tiene prevista la entrada de más socios porque con Angels Capital ha encontrado la horma de su zapato. "Nuestro compañero de viaje comparte la misma visión de empresa y, más allá de enriquecerse, busca afianzar SAB. En más o menos cuatro años, cuando se haya consolidado la compañía, recompraremos sus participaciones, según lo acordado. Pero no hay prisa". Y es que la participación de Angels Capital FCR en la empresa consiste en una aportación como socio y otra como préstamo participativo. "Me ofrecen facilidades de pago para que no me descapitalice".

DUROS INICIOS
El camino de este emprendedor ha estado lleno de baches. Aunque Carlos Fontes está convencido del potencial de SAB y su equipo -"sin ellos no tendría sentido la empresa"-, le costó encontrar socios que entendieran su leit motive. De hecho, sin su actual socio, el fondo de capital riesgo Angels Capital FCR, gestionado y promovido por Atitlan Capital SGECR (Juan Roig, Roberto Centeno [a la izquierda de estas líneas] y Aritza Rodero) era casi imposible desarrollar SAB. Sólo la matriz de uno de sus productos, el Plug-D (su lector de huella), tiene un coste de 40.000 euros.

Y Carlos Fontes, como cualquier emprendedor, no disponía del capital necesario para poner en marcha el proyecto con las dimensiones que le correspondían. Por lo que tenía que hipotecar todas sus propiedades. "Cada vez que iba a solicitar un préstamo iba con las escrituras de mi casa y aunque dijeran que era un buen proyecto, no dejaban de mirarme como a un científico loco".

HIPOTECADOS
La primera entidad que financió a SAB fue Bankinter. Concretamente fueron 50.000 euros a cambio de hipotecar todas sus propiedades. El primer socio de Fontes finalmente se rindió, no entendió la dimensión de la empresa que quería alcanzar Fontes, y abandonó el proyecto. Posteriormente, se unió a la empresa un joven economista, Enrique Alberola, quien desarrolla labores de gestión en la empresa.

Finalmente, Fontes y Alberola decidieron que era necesario un socio capitalista. "Si estábamos pensando a lo grande y queríamos jugar en las grandes ligas a nivel mundial, era necesaria una inversión en este sentido, por lo que la fórmula del capital riesgo nos pareció lo más adecuado".

Realizaron las suficientes entrevistas con distintos fondos para entender que, como en todos los sectores, existían profesionales y tiburones. Y se decidieron por el fondo de Roig en 2008 gracias a Jaime Esteban, director del fondo y anteriormente interlocutor de SAB en Bancaja. "Aunque es financiero, era el único que intentaba entender lo que hacíamos en la empresa, que ya es algo", recuerda Fontes.

Además, las entidades financieras ya no tratan con SAB de la misma manera. "No es lo mismo solicitar un préstamo si dices que Juan Roig está en el proyecto", comenta el emprendedor. Ahora, con mejores perspectivas de futuro a la vista, la compañía estudia trasladar su sede del Centro Europeo de Empresas Innovadoras (CEEI) de Valencia al parque empresarial Táctica.

ANGELS CAPITAL
El socio que respalda financieramente a SAB, Angels Capital, es el primer fondo por tamaño de España orientado al capital semilla y a las 'start up'. Surge a iniciativa del presidente de Mercadona, que apoya con su capital personal las nuevas iniciativas empresariales. El fondo cuenta con una aportación de 15 millones de euros procedentes de la gestora Atitlan y otros 2 millones como aportación del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF). Hasta la fecha ya se han invertido 500.000 euros en SAB.

La intención de Angels Capital es respaldar con una inversión de entre 150.000 y un millón de euros un máximo de 25 proyectos de emprendedores que tengan capacidad, buenas ideas y planes de negocio rigurosos y bien elaborados. Roig se ha rodeado de expertos en las finanzas para gestionar este tipo de inversiones a través de la sociedad Atitlan. Uno de ellos es su yerno, Roberto Centeno, procedente del banco de inversión Goldman Sachs. El otro socio del presidente de Mercadona en Atitlan, Aritza Rodero, procede de Merrill Lynch International Bank, Ltd.

Estos profesionales a los que se une Jaime Esteban como director del fondo, aportan su experiencia en el ámbito financiero así como orientación estratégica y red de contactos para facilitar relaciones con terceros a las empresas participadas. Como la ayuda que le hubiese gustado poder obtener a Juan Roig en sus inicios hace 20 años. Por este motivo, el fondo no tiene una necesidad urgente de rentabilidad dado que "Roig pretende devolver a la sociedad lo que ha recibido de ella", según comenta Fontes.