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ANÁLISIS. Joan Ribó, de 'rara avis' del PC a candidato del ecosocialismo

JORGE GALINDO ALFONSO (*). 07/05/2011 A primera vista, el candidato de Compromís a la alcaldía de la capital parece lo que es: profesor de física y química en un instituto...

VALENCIA. A primera vista, el candidato de Compromís a la alcaldía de la capital parece lo que es: profesor de física y química en un instituto. Tiene una imagen cercana y llana, de camisa blanca y vaqueros, pero que mantiene un poso de conocimiento. De bicicleta y huerto, donde dice que le gusta pasar su tiempo libre. De política municipal de base, y de sindicato. Una persona que gusta del trabajo, en definitiva.

Es uno de esos raros casos de migración de norte a sur: nació en Manresa (Barcelona) hace 64 años, y vivió allí hasta que vino a Valencia a estudiar Ingeniería Agrónoma en la Universitat Politècnica. Y en ella se doctoró, de hecho, mientras se convertía en perro viejo de la izquierda política. Comenzó su militancia en organizaciones cristiano-socialistas, para integrarse posteriormente en el Partido Comunista, y con él, en la coalición de Esquerra Unida del País Valencià. Tras una ardua trayectoria interna, en 1997 se convertía en su Coordinador General. Justo cuando toda Izquierda Unida estaba en máximos históricos gracias al desgaste del PSOE por la crisis, la corrupción, el GAL y los años de gobierno. Sin embargo, Ribó y el resto de líderes de la coalición se llevaron una decepción al ver que en 1999 (Autonómicas) y 2000 (Generales) los votos de la izquierda caían bajo mínimos.

Mientras las ilusiones se desvanecían, nuestro hombre hizo de rara avis en el PC: tenía un deje nacionalista y de construcción de "país" del cual carecían por completo otros de sus compañeros. Siempre fue defensor de la unión con otras fuerzas de izquierda ajenas a la coalición EUPV y cercanas al nacionalismo y al ecologismo, favoreciendo los pactos de candidatura de 2003 y 2007. Los nefastos resultados electorales y las consiguientes luchas por los menguantes asientos en Les Corts y en la cúpula de EUPV jugaron en su contra: en 2007 se marchaba para cofundar Iniciativa del Poble Valencià, un partido nuevo surgido de la corriente nacionalista de Esquerra Unida.

Entonces, del PC dijo que "no sólo ha perdido la capacidad de transformar la sociedad en un sentido emancipador, sino que también ha perdido la capacidad de analizarla de una forma adecuada". Es una reflexión que otros muchos políticos de la izquierda comunista habían hecho antes, primero en Europa y luego en España. Ellos han venido alimentando la nueva corriente del "ecosocialismo", ese espectro ideológico que comprende la socialdemocracia más firme y el ecologismo militante sin las ataduras de la vieja guardia comunista.

Ribó coloca su discurso en este marco. Así, siempre tiene entre los labios la necesidad de un debate público "participativo". Este debate hablaría de "educación pública" (por algo es maestro), especialmente para niños de 0 a 3 años. También sobre transporte público, que él defiende que debería ser gratuito para estudiantes, parados y jubilados. Y, por supuesto, de cultura y país, si bien más como un medio que como un fin: la construcción nacional la supedita a la "integración", y la encamina a propuestas del día a día. Esto, por cierto, contrasta con el programa electoral, consensuado con el BLOC, en el cual ‘Valencianisme' es punto primero y principal como un fin en sí mismo. Otros conceptos habituales en su universo son el "comercio de proximidad", la "bicicleta", el "coche eléctrico", la "contaminación" y el "trabajo de barrios".

En ocasiones puede sonar excesivamente ideologizado y forzado, herencia de décadas de militancia en una organización tan vertical como el PC. Se nota, además, una falta de análisis más profundo, rasgo habitual de los partidos pequeños de cualquier tendencia ideológica, que no cuentan con los medios necesarios para estudios y asesoramiento. Sin embargo, su bien cultivada imagen de profesor de instituto a pie de calle suple estas carencias, y hace de él un candidato que no es es una mala carta de presentación para Compromís en Valencia.

Para los pocos analistas electorales que le prestan atención, Ribó aspira a conseguir un asiento, y en el mejor de los casos, a "sentar" también a su segunda de lista, Consol Castillo. Pero quizás que su objetivo es otro, más modesto a corto plazo y más ambicioso en el largo recorrido: el de dar a conocer su proyecto y su organización como la auténtica alternativa de izquierdas en la ciudad, cubriendo un espacio que EUPV está dejando al descubierto, aprovechando la debilidad patente del PSPV, y la falta de un discurso de cultura y país alternativo al del PPCV. Que a nadie extrañe que, ya con 68 años, este profesor de instituto (o, si no, alguien de su entorno inmediato) se presente en 2015 con el objetivo de convertirse en la tercera fuerza de la ciudad.

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(*) Jorge Galindo Alfonso es sociólogo

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3 comentarios

Francesc escribió
08/05/2011 20:11

Es pot estar més o menys lluny de les seues idees, però no es pot negar que, dins de l'oposició, Ribó és l'únic candidat treballador i amb un programa. El PSOE está encantat en una estratègia de "jo estic a l'oposició amb 12 ó 13 escons i ni m'he de menejar", i a EU tenim a uns marcianos que parlen de fer revolucions a la Cubana.

juanvi escribió
08/05/2011 14:01

Mucho ruido y pocas nueces. Ribó es el prototipo de que en la izquierda, real o supuesta, también existen los que estás dispuestos a todo menos a trabajar por tener poltrona, escucharse a mismo mientas hablan, psar para los fotográfios y no volver jamás alo suyo. Menuda panda de frívolos. Ahora de currarse el voto nada de nada, Eso es trabjar y toso son alérgicos al contacto con el ciudadano.

Ventura escribió
08/05/2011 12:54

La coalición Compromís no es nada conocida en la ciudad de Valencia, así que es casi imposible que entre en el ayuntamiento. Una lástima, sería bueno para la ciudad que Ribó hiciera oposición a Rita, porque lo que es Calabuig ya veremos si hace lo mismo que Alborch: volverse casi invisible desde que perdió las pasadas elecciones.

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