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¿Y si el final de la historia fuera Bankaixa?

JOAQUIM CLEMENTE. 18/01/2012 La posible fusión entre Bankia y CaixaBank toma cuerpo con el paso de los días y abre un escenario en el que el peso de Bancaja podría diluirse hasta por debajo del 5%, eso sí, en el mayor negocio financiero de España

VALENCIA. El mundo financiero español es un hervidero de rumores sobre el futuro de las concentraciones de bancos que aún está por escribir. El ambiente es muy propicio. Las nuevas condiciones de solvencia, el empeoramiento de la economía o la voluntad del nuevo Gobierno de acelerar los procesos para que solo queden un puñado de grandes grupos bancarios en España son alicientes demasiado golosos para que no se crucen quinielas sobre quién se fusionará con quién o qué entidad absorberá a cuál otra.

En este escenario, el último y preferido rumor (o más que eso, según la fuente que se consulte) de todo el sector es la fusión de Bankia con CaixaBank. No es una opción nueva, al menos en el trazo grueso. De hecho, durante años fue la operación más esperada en el mundo de las cajas de ahorros, que especuló con un acuerdo entre Caja Madrid y La Caixa, fusión que nunca llegó a cuajar.

Sin embargo, ese acuerdo parece estar tomando forma en las últimas semanas, lo que supondría la creación de la mayor entidad financiera de España o al menos capaz de tratar con el negocio nacional de Santander y BBVA. El objetivo es que todas las fusiones estén en marcha antes de que arranque el mes de julio.

Distintas fuentes -y los medios informativos de la capital dan cuenta de ello de forma casi unánime en las últimas horas- señalan que sería la apuesta preferida por el Gobierno de Mariano Rajoy y, en particular, del ministro de Economía, Luis de Guindos, para dar salida a una Bankia con fuertes vencimientos, nuevas coberturas por la depreciación de activos y las exigencias de capital, obligan a la entidad que preside Rodrigo Rato a encontrar una salida con relativa urgencia.

De hecho, las estimaciones de dotaciones adicionales que se calcula deberá afrontar Bankia oscilan entre los 5.000 y 6.000 millones de euros (si se alcanza el 50% en las nuevas coberturas) a los que habría que añadir otros 1.300 por las nuevas exigencias de capital que marca Europa. Unas cifras que el mercado entiende son demasiado altas para que el banco que preside Rodrigo Rato las pueda alcanzar.

Y pese a que a propia entidad asegura que podrá cumplir con sus objetivos, lo cierto es que se ha convertido en el principal objetivo de la reforma pendiente del sector financiero. El hecho de que La Caixa sea el banco español que tiene menos necesidades de capital la convierten en candidata a digerir Bankia como opción prioritaria.    

El Banco de España está al corriente de esta posibilidad, que no vería con malos ojos, aunque sí que habría que plantearse una manera de llevarla a cabo. La operación no podría realizarse sin ayudas públicas, ya que por muy solvente que sea CaixaBank la digestión de Bankia, según todas las fuentes, obligaría a realizar un fuerte esfuerzo (que podría superar los 10.000 millones de euros de refuerzo de capital según algunos analistas) que no se cubriría con el Fondo de Garantía de Depósitos, como en el caso de Sabadell y CAM, sino echando mano directamente del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

Sede social de Bancaja en ValencoaEFECTOS SOBRE LA PARTICIPACIÓN DE BANCAJA

De llevarse a cabo, la fusión de Bankia y La Caixa, que se vendería en plano de igualdad aunque en el fondo implicaría la supremacía de la entidad catalana, tendría repercusiones directas sobre el peso de los valencianos en el nuevo grupo, ya que la participación de Bancaja en Bankia, ejercida a través de Banco Financiero y de Ahorros (BFA), se vería diluida.

Actualmente Bancaja controla el 37,7% de BFA, que a su vez tiene una participación del 52,4% en Bankia, la entidad cotizada a la que se trasladó todo el negocio financiero y parte de las participadas. Esto supone que, sobre el papel, Bancaja tiene algo más del 18,5% del 'banco bueno' del grupo. Es el segundo mayor accionista por detrás de Caja Madrid, aunque la caja madrileña tiene una holgada mayoría en el capital de la matriz, superior al 50%.

En el aún hipotético caso de una fusión con CaixaBank, e imaginando el mejor escenario en el que las partes fueran a un fifty-fifty, la parte valenciana caería por debajo del 10%, aunque hay que destacar que sería de un banco mucho mayor. Ahora bien, según el valor en bolsa, donde cotizan ambas entidades, la catalana vale el doble que el banco con sede social en Valencia y operativa en Madrid. Con esos datos, la presencia de Bancaja en una entidad fusionada caería por debajo del 5%.

Estos datos, en todo caso, son hipotéticos, ya que en la operación habría muchos detalles que influirían sobre la valoración de las dos entidades -hay que reseñar que en los dos casos hay una entidad que cotiza (Bankia y CaixaBank) y otra que no (BFA y La Caixa)- así como condicionantes políticos que salvar. A favor de la operación juega la cultura de cajas de ahorros, que atraería a La Caixa, y la buena relación personal entre Isidro Fainé, presidente de La Caixa, y Rato. 

Por lo que respecta al impacto sobre la red de oficinas y el empleo en la Comunitat Valenciana, la fusión estaría muy lejos de ser inocua. Posiblemente sería uno de los territorios más afectados por la unión, ya que a la ya sobredimensionada presencia de Bankia en el territorio natural de Bancaja, habría que sumar las oficinas de La Caixa. Hay que recordar que antes de la fusión de Bancaja con Caja Madrid llegó a existir un acercamiento de La Caixa que fue rechazado por la entidad valenciana.

Según los últimos datos disponibles en el Instituto Valenciano de Finanzas y los facilitados por las entidades, La Caixa tiene en la Comunitat Valenciana algo menos de 450 sucursales, mientras que Bankia supera ampliamente las 700. La duplicidad que se produciría en muchos puntos obligaría a cierres de oficinas con el consiguiente impacto laboral. 

No dejaría de resultar paradójico que al final la entidad resultante acabase llamándose algo muy parecido a Bancaixa, la ya casi olvidada marca en valenciano de la caja.

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