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VALENCIA. El director del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Francisco Pérez, defendió la necesidad de impulsar reformas en las empresas, el sector público y en el sistema bancario con las que crear un clima social que reduzca la resistencia a los cambios. "El coste derivado del crecimiento perdido será mayor si no se abordan o no prosperan".

En la conferencia ‘Escenarios posibles para superar la crisis', pronunciada en la celebración del segundo aniversario de valenciaplaza.com, Pérez recordó la necesidad de afrontar el reto de propiciar internamente unos escenarios favorables para la recuperación que logren crear las condiciones para recuperar la confianza exterior que sigue necesitando la Comunitat Valenciana.

"Abordar los cambios es la forma de hacer creíble que se camina en la buena dirección que puede anticipar la recuperación a partir del momento en el que resulte creíble que podemos volver a crecer", aseguró.

La lentitud de respuesta y la resistencia a los cambios en cualquier ámbito aleja la recuperación de la confianza y dificulta la salida de la crisis. El director del IVIE ha advertido que la recuperación del crecimiento es complicada "porque los desequilibrios financieros a corregir son graves". No vale cualquier medida, ya que recuperar la confianza de los mercados exige "hacer reformas creíbles, que faciliten el crecimiento futuro mediante mejoras en la competitividad".

UNA DÉCADA DE ESTANCAMIENTO

El director del IVIE ha señalado que la economía valenciana atraviesa una situación muy preocupante por el retroceso a niveles de 2004 del producto interior bruto (PIB pc) y del empleo. "Estamos acercándonos a completar una década de estancamiento", aseguró.

Las principales trabas para la recuperación son diversas. Por una parte, pesan los altos niveles de endeudamiento y la pérdida de la confianza de los mercados financieros, especialmente en el sector privado (principalmente el financiero) y, por extensión, en el sector público.

La política económica no está favoreciendo la recuperación, ya que los estímulos externos están bloqueados al no haber una política fiscal europea potente y por el intenso ajuste fiscal impuesto por Alemania. A esto se suma que los estímulos internos están bloqueados por el desequilibrio fiscal acumulado y la disciplina impuesta por la Unión Europea y por los mercados.

Igualmente, se padece un problema de competitividad exterior. "Nuestro saldo comercial y por cuenta corriente negativo impulsa el endeudamiento exterior y nos hace muy dependientes de los mercados financieros internacionales". Esta situación resulta especialmente compleja ya que España no dispone de un tipo de cambio propio para ganar competitividad.

Las medidas que se han planteado para acometer las reformas estructurales que han de corregir los desequilibrios avanzan con dificultad porque se tarda en decidir y hay múltiples resistencias. Pérez ha advertido, además, que sus efectos no se ven de forma inmediato, pero pasan por la llamada devaluación interna que sí es apreciada a corto plazo: caídas de salarios y precios, debilitamiento de la posición negociadora de los trabajadores y saneamiento del tejido empresarial e intensificación de la competencia. 

UNA MEDICINA NECESARIA

El director del IVIE ha asegurado que merece la pena tomarse esta medicina para volver a crecer, crear empleo y mejorar la productividad. Sin esos cambios será difícil volver a crecer y sin perspectivas de crecimiento será difícil recuperar el crédito en los mercados internacionales, básico para financiar el déficit y refinanciar la deuda.

El objetivo es emular a las mejores empresas y a las economías más avanzadas, que pagan mayores salarios y crean empleo porque compiten gracias a sus altos niveles de productividad. Lograrlo requiere abundante capital físico, privado y público, mucho capital humano y tecnológico, además de lograr que un porcentaje alto del empleo esté concentrado en empresas grandes y muy productivas, dirigidas por profesionales que las gestionen adecuadamente.

Igualmente, es fundamental disponer de una especialización productiva orientada hacia actividades intensivas en conocimiento, con alto valor añadido por ocupado, y de un sector público que corrija desigualdades en la distribución de la renta, iguale oportunidades y ofrezca servicios de calidad a las familias y al tejido productivo.

ASIGNATURAS PENDIENTES

Para lograrlo, no faltan recursos sino aprovecharlos debidamente en el sector público y en el privado. "Menos grasa y más músculo", resumió. Igualmente, a pesar de la crisis, los recursos valencianos de trabajo y capital son muy superiores a los de hace una década, ya que se ha incorporado a las empresas mucho capital humano, mejorando sustancialmente la cualificación de los directivos. Del mismo modo, las dotaciones de infraestructuras también han mejorado, aproximando a la Comunitat a Europa.

Francisco Pérez apuntó como el origen de nuestra baja productividad en el contexto social e institucional orientado en otra dirección. "Durante el boom, el objetivo central no era la productividad: muchos proyectos no necesitaban ser productivos para ser rentables".

Igualmente, el mercado de trabajo tampoco colocó en el centro la productividad. Del mismo modo, el exceso de microempresas dificultó los avances, lo mismo que la especialización en actividades de bajo valor añadido, que adolecían de más innovación en el producto y en los procesos de proceso. Por otra parte, Pérez lamentó la falta formación entre muchos empresarios y la escasa actitud, motivación y compromiso de muchos trabajadores. 

LAS ARMAS VALENCIANA CONTRA LA CRISIS

La crisis ha enseñado que no es posible basar el crecimiento indefinidamente en el crédito: "el endeudamiento tiene límites, aunque estos límites no son precisos y los cambios en la valoración del riesgo de los mercados pueden ser rápidos y muy peligrosos", advirtió.

La superación de la crisis requiere volver a crecer a buen ritmo y eso será más fácil o difícil en función de circunstancias externas e internas. En lo que se refiere a los aspectos internos, estos son las únicas sobre las que hay capacidad de actuación, mientras que los externos facilitarán la recuperación "si son favorables".

De hecho, los mercados financieros se están normalizando; los ajustes fiscales avanzan, sin impedir el crecimiento; se están despliegando políticas europeas de impulso al crecimiento; y está aumentando la confianza en España.

De puertas para dentro, el profesor Pérez reconoció los avances en las reformas laboral y financiera. Incidió en la reducción que se está produciendo en el endeudamiento privado y público y destacó las reformas en el sector público para mejorar la eficiencia de la educación, la sanidad, la justicia y la administración, con una evaluación rigurosa de las inversiones y la profesionalización y despolitización de la gestión.

En el caso de las empresas, enfatizó el necesario saneamiento del tejido productivo, el crecimiento del tamaño de la empresa, la mejora de la cualificación de los empresarios y el cambio de la cultura empresarial, con una mayor atención al largo plazo y la intensificación de la innovación y de la internacionalización.

El director del IVIE recordó la importancia de cambiar el clima laboral con al vista puesta en la mejora de la productividad y de la transparencia, además del refuerzo de las conexiones entre empresa, universidad y centros tecnológicos.