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MADRID (EP). El Banco de España ha incoado expediente a Bartolomé Díaz, exdirector regional de Murcia del Banco de Valencia, y a Federico Michavila Heras, exvocal del Consejo de Administración de la entidad.
Díaz y Michavila han sido expedientados junto a otros miembros de la entidad. Su expediente se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del sábado debido a que a la institución que dirige Luis María Linde no le ha sido posible localizar a ambos exdirectivos en el domicilio que consta en el expediente.
El Banco de España les concede un plazo de cinco día para que puedan tener conocimiento íntegro del acuerdo de incoación de este expediente. Según el informe del gobierno corporativo de la entidad, Michavila causó baja como consejero independiente el 21 de noviembre de 2011.
Coincidiendo con la publicación de este expediente, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha avanzado que la junta rectora del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) analizará "esta semana" la posible interposición de siete acciones penales contra exdirectivos del Banco de Valencia, adjudicada a CaixaBank por un euro en noviembre de 2012.
Lo ocurrido al Banco de Valencia se podría interpretar como cosa propia de incompetentes, de malos administradores. Pero tal cosa no existe; quienes lo administraban sabían muy bien lo que hacían. Pues mientras el banco fue administrado por sus accionistas y estos controlaban a sus administradores, el Banco de Valencia funcionó como uno de los mejores. El problema empieza cuando por decisión política los políticos valencianos deciden dominar la administración del banco, y a su vez ellos dirigirlo. Siendo a partir de dicho momento cuando el banco da dinero a quienes no lo devolverán, y regala a quienes políticamente lo chantajean. Incluso hace negocios en los cuales se sabe que todo cae en un pozo. Siendo los políticos valencianos al frente del banco los que engañan a los accionistas y el banco quiebra; o mejor digamos el banco es robado. Y de todo lo ocurrido los líderes de los partidos responsables de la debacle si se enteran, lo disimulan, o lo esconden. Engañan a sus accionistas. Pero las mentiras no se pueden ocultar toda la vida. Y bueno es que la verdad salga a flote. Sólo falta que de aquello que todos saben se enteren los jueces. So. Andrés Castellano Martí.
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