X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA

Consejos para la no jubilación

CRISTÓBAL PAUS MOSCARDÓ. 03/07/2013 "Las prejubilaciones han generado la paradoja de que en algunas ocasiones el tiempo durante el que un prejubilado percibe la pensión puede ser superior al tiempo que estuvo en activo..."

HUMANOS CON RECURSOS

Artículos anteriores

Comparte esta noticia

VALENCIA. "Hacerse viejos no es para blandengues" le recordaba el jefe al arquitecto sesentón interpretado por William Hurt, en la película Tres veces veinte años. En España no ganamos para sustos. Con el informe de los expertos para la reforma del sistema de pensiones, a la presión por conseguir o mantener un empleo en el país con la tasa de paro más alta del mundo occidental, se suma ahora la dificultad de alcanzar una pensión suficiente y a tiempo para jubilarse con dignidad.

Lo cierto es que con una esperanza de vida cada vez mayor, que se incrementa 16 meses más cada década, y una tasa de natalidad de apenas 1,36 hijos por mujer, que hace que cada generación resulte un tercio menor que la precedente, parece difícil pensar en jubilarse con una pensión. Más allá de la advertencia bíblica de que debemos ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente, y que la madre Teresa de Calcuta (1910-1997) actualizó al afirmar que "no puedo parar de trabajar, tendré toda la eternidad para descansar", los datos son tozudos porque el ratio trabajador/pensionista, continua en retroceso, habiendo pasado de 2,71 trabajadores por cada jubilado en 2007 a 2,32 en la actualidad, con lo que no parece fácil que podamos obtener la pensión con el sudor del de enfrente.

Especialmente porque como se sabe, en algunos países, las prejubilaciones han generado la paradoja de que en algunas ocasiones el tiempo durante el que un prejubilado percibe la pensión puede ser superior al tiempo que estuvo en activo.

Peter Drucker (1909-2005), el gurú más longevo del management, ya reflexionó sobre la probabilidad de que los trabajadores tuvieramos una vida laboral de cerca de 50 años, mientras que la de las empresas exitosas apenas es de 30 años. Esto implica que los individuos vivan más que las organizaciones y, consecuentemente, un desafío nuevo: ¿qué hacer con la segunda mitad de nuestra vida? Drucker propone tres líneas de actuación: primera, empezar una segunda carrera profesional, lo que puede concretarse cambiando de un tipo de organización a otro, o desarrollando una línea diferente de trabajo pero relacionada con el anterior; segunda, desarrollar una actividad paralela a la principal; tercera, los "empresarios sociales", personas que destacaron en su primera profesión, pero que ahora le dedican menos tiempo, e inician otra actividad, por lo general sin ánimo de lucro.

Ahora bien, si en España es difícil encontrar un empleo, también lo es mucho más para los mayores de 55 años, de los que sólo el 44,5% siguen manteniendo su puesto de trabajo, frente al 72,3% de Suecia, el 59,9% de Alemania, o el 47,4% de la Unión Europea, según un informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE) realizado a partir de datos de la agencia Eurostat. Es más, se observa que los países con mayor tasa de empleo entre los trabajadores mayores, son los que presentan tasas de desempleo más bajas, incluso entre los jóvenes, y al revés. Y es que el empleo de los colectivos más jóvenes y más mayores no son excluyentes, sino que ambos resultan igualmente productivos e innovadores, según declara el químico Reiner Klingholz, director del Instituto de Población y Desarrollo de Berlín.

En cualquier caso, pretender conservar nuestra faceta laboral hasta los 70 o 75 años, exige al menos tres elementos: prepararnos para la segunda parte de nuestra vida mucho antes de ingresar en ella, seguir formándonos adecuadamente, y aprovechar nuestras mejores capacidades para generar un portfolio de alternativas generadoras de ingresos. Porque aunque "el valor esencial de la vida no es el dinero sino el tiempo", como dice el personaje de Michael Douglas en Wall Street 2, la verdad es que será necesario gestionar flujos de ingresos en una vida más larga.

Sobre este asunto, el experto en gestión organizativa Charles Handy, distingue cinco grandes categorías del portfolio susceptibles de capitalizarse y comercializarse: el trabajo asalariado convencional, el trabajo por honorarios contra resultados (típico de los profesionales), el trabajo en casa, el trabajo voluntario, y el estudio-trabajo. Y como afirma Maggie Smith en El exótico Hotel Marigold, interpretando a una intransigente jubilada que trabajó toda su vida al servicio de una familia, y que acaba ayudando a la gestión del hotel, no olvidemos que "lo que acaba pasando a veces es mejor que lo esperado".

HUMANOS CON RECURSOS

Artículos anteriores

Comparte esta noticia

comentarios

Actualmente no hay comentarios para esta noticia.

Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad