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tras la decisión del cierre de la factoría de sagunto

El rechazo de Thyssen a vender Galmed levanta sospechas sobre un posible pacto con Arcelor

E. PASTOR / C. SIERRA. 24/07/2013 Ambas multinacionales habrían acordado repartirse el mercado europeo de producción y distribución de acero. Esa es la sospecha que está tomando cuerpo en medios del sector ante la la reiterada negativa de Thyssen a las propuestas que eviten el cierre decidido de su factoria Galmed en Sagunto

Sede central del grupo Thyssen en Essen (Alemania)VALENCIA. ¿Existe un pacto de reparto de mercados entre las multinacionales ThyssenKrupp y ArcelorMittal? Nadie lo quiere decir en voz alta pero la sospecha sobre su existencia ha sido trasladada confidencialmente a este diario por fuentes del sector implicadas en las actuaciones que estos días se están realizando en torno al cierre de la fábrica de acero de Sagunto, Galmed, anunciada por su propietario, la multinacional alemana ThyssenKrupp.

Se trata solo de una deducción surgida tras el extraño comportamiento de ThyssenKrup ante las interesantes ofertas de comptq que ha recibido para la factoría de Sagunto. Al menos dos sociedades ya han mostrado su interés en firme por la compra de la factoría, ofertas ambas rechazadas. Una de ellas, la realizada por un fondo de inversión que de momento prefiere no ser identificado y en cuya negociación participa el conseller de Economía e Industria Máximo Buch, ya ha recibido sucesivas ‘calabazas' por parte del grupo germano.

Falta por celebrarse una última reunión entre las partes que, en opinión del conseller, podría ser "la prueba del algodón" acerca del interés real de esta multinacional por aceptar una solución positiva al problema laboral que representa el cierre de una fábrica que da empleo a 165 trabajadores.

Otra de las soluciones ofertadas a los alemanes psra evitar el cierre del Galmed, que no sería mal vista por los sindicatos de la empesa, consiste en una reducción de empleo que afectara solo a los trabajadores más recientemente incorporados a la factoría -lo cual implicaría un coste relativamente bajo- y la aplicación al resto de la plantilla de una jornada reducida que permitiera mantener los compromisos de suministros sin comprometer la continuidad de la factoría.

Esta idea, igualmente rechazada desde la sede central de la multinacional en Essen (Alemania) habría sido sin embargo bien vista por el poderoso sindicato alemán del sector, IG Metal, que la consideraría una buena solución, según ha podido saber este diario de fuentes municipales de Sagunto, cuyo ayuntamiento se está moviendo activamente para intentar salvar la fábrica y los puestos de trabajo.

Estos rechazos y la falta de esperanza en que Thyssen acepte finalmente la oferta de compra del fondo de inversión, está consolidando un estado de opinión dentro del sector acerca de un hipotético acuerdo de reparto de mercados entre esta multinacional y su competidora el grupo indio ArcelorMittal, el mayor productor del mundo de acero, con fábricas en el norte de España y una también ubicada en Sagunto. Según estas sospechas, por supuesto no contrastadas, los alemanes se quedarían con la producción y distribución en los mercados del norte de Europa mientras que el grupo Arcelor haría lo propio en los del sur.

Contribuye a la generalización de esta sospecha la confirmación por parte de la multinacional de que es su intención seguir atendiendo a sus clientes españoles, entre ellos la Ford de Almussafes, transportando desde Alemania las bobinas de acero, lo cual representaría, según fuentes sindicales, un aumento de costes del 15%, cifra que convierte en poco creíble esa intención manifiesta.

La factoría de Galmed fue adquirida por el grupo Thyssen hace diez años, cuando Arcelor, su propietaria en aquellos momentos (se había quedado con la privatización de todo el grupo público siderúrgico, Ensidesa, Altos Hornos de Sagunto...), fue invitada por la Comisión Europea a desprenderse de ella para 'disolver' su monopolio de producción de acero en España entre otros fabricantes.

Thyssen se comprometió entonces a mantener la producción durante al menos diez años. Pero el compromiso tenía fecha de caducidad: el 30 de junio de 2013. A partir de ese momento, hace apenas unas semanas, la firma alemana podría actuar libremente con la factoría en función de sus propios intereses... como así está haciendo.

En todo caso, con acuerdo de reparto o sin él, lo cierto es que a medida que van pasando los días el optimismo de la Administración autonómica acerca de una solución que evite el drama de un nuevo cierre industrial tan emblemático como el de Galmed para toda la comarca de Sagunto y para la propia Comunidad Valenciana, va abriendo paso a un pesimismo galopante. "Estamos seriamente preocupados por la evolución de los acontecimientos", ha lamentado el conseller Máximo Buch.

LA GENERALITAT, IMPOTENTE

El conseller mantiene sus esfuerzos negociadores y cada vez más desesperados por evitar el cierre de la planta Galmed, en Sagunto, productora de acero galvanizado. Pero la multinacional es como el perro del hortelano, ni fabrica ni deja fabricar, y torpedea las propuestas de la Administración valenciana para lograr un un comprador que evite el cierre.

Al titular de la cartera de Economía se le empiezan a acabar las alternativas. Este miércoles se reunirá con el personal de la dirección del Ministerio de Industria para coordinar una estrategia conjunta que evite el cierre de la planta. Pero las esperanzas se van esfumando a medida que pasan los días. Al fin y al cabo, ThyssenKrup es una empresa privada -más que eso, una poderosa multinacional alemana-, y ya ha señalado que le resulta más rentable trasladar la producción a su pais y desde allí atender a cliente como Ford o la General Motors de Zaragoza.

Arcelor controla el 10% de la producción mundial de acero.A pesar de que el Gobierno valenciano está aunando esfuerzos para revocar la decisión de los propietarios de Galmed, ésto siguen tramitando el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que llevará a la extinción, y cada día de forma más acelerada, como si les molestara el tener que aceptar la oferta ofrecida desde Conselleria.

Buch deseaba en una de sus últimas intervenciones que no fueran ciertos los rumores de que la compañía no tienen interés de vender y esperaba que si se encontraba una oferta razonable, ThyssenKrup se desviara por el camino de la venta. Sin embargo, esto depende de la buena voluntad de la compañía, que hasta ahora no ha mostrado.

El conseller de Economía explicaba que no existe una oferta en firme, sin embargo se ha afirmado en algunas ocasiones que interesados en la compra hay y que más bien los interesados en no vender es Galmed. "No es lo mismo comprar una fábrica vacía de pedidos a que Thyssen se comprometa a mantener parte de los pedidos" apuntaba Buch.

Pero el 4 de agosto finaliza el proceso del ERE y nadie sabe en qué condiciones estaría dispuesta a vender la compañía alemana. Buch insiste e insiste: "Hay interesados y reuniones", pero no trasciende ningún tipo de voluntad.

Según ha publicado el diario Levante-EMV, la firma ha anulado todos los pedidos previstos para el mes de septiembre. El último envío de material, entre 2.000 y 3.000 toneladas, llegará a la planta el próximo 25 de julio. Eso permitirá mantener la actividad otros quince días. A partir de ahí, toda la producción se trasladará a Alemania.

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