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Vicent Martínez: «El diseño me hace sentir integrado en la sociedad»

| 20/03/2017 | 5 min, 15 seg

VALÈNCIA.- Frente a la redacción de Plaza se encuentra el nuevo estudio de uno de los referentes del diseño en España. Vicent Martínez (Burjassot, 1949), el hombre que fundó Punt Mobles junto a Lola Castelló y Francisco Fernández, vuelve a la primera línea.

— Nuevo espacio, nuevos proyectos. ¿En qué momento profesional ­—y vital— se encuentra?

— Profesionalmente, en el tercer acto de mi vida, con una larga experiencia acumulada, la cual me proporciona una visión amplia. Un periodo en el que he decidido volver a ejercer únicamente como diseñador. Esta nueva fase coincide con un momento particular de mi vida en el que me siento ilusionado. 

— Creo que si esta entrevista se hubiera dado hace unos años, su respuesta no habría sido la misma.

— Entre 2009 y 2011 Punt Mobles, que considero el proyecto «de mi vida», atravesó todas las tormentas perfectas posibles. Finalmente esa situación llegó a buen puerto y comenzó un nuevo Punt, tras lo cual pude reorientar mi vida profesional. 

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— Con su trayectoria tenía el derecho a plegar velas.

—No me lo he planteado porque todavía tengo ganas de diseñar y proponer. No he perdido nunca la pasión por el diseño. Miguel Milá decía «diseño para que me quieran». Yo diseño para sentirme vivo. El diseño me hace sentir útil e integrado en la sociedad. No siento la edad como un límite. Mientras me sienta capacitado quiero continuar en la profesión.

— ¿Qué le queda por contar en el diseño?

— No me planteo esta etapa como un reto, sino parapoder dar respuestas a las empresas que me llaman y confían en mí. Deseo realizar un trabajo honesto, correcto y exitoso.

  Ha sido emblema de Punt Mobles (ahora, Punt). ¿Cómo valora su trayectoria en esta compañía y su momento actual?

— Punt Mobles fue un trabajo de equipo. La valoración, pese a lo sufrido, es de satisfacción. Conseguimos ser referentes en el imaginario del diseño desde València. Punt ha sido relanzado con el grupo Zriser al frente. Me gusta que se siga respetando la filosofía inicial del proyecto. 

— En el pasado compatibilizó su faceta de diseñador con la de empresario. 

— En Punt Mobles fuimos editores y productores. Ser diseñador a veces entra en contradicción con ejercer como empresario, ya que es necesario dar viabilidad a la compañía, pensando en el mercado. No es sencillo compatibilizar esto. Falta una mayor formación específica que complemente los estudios de Diseño

  EASD Valencia rindió este año homenaje a ‘La Literatura’, ¿qué le debe a este diseño?

— Le debo mucho a La Literatura. Me permitió desarrollar una empresa, dotándola de un relato de buen hacer desde el rigor, la sencillez y la austeridad. Tuvimos la suerte de que en muy poco tiempo fue reconocida internacionalmente como un clásico contemporáneo.  

  ¿Cuál es su visión del sector en la actualidad?

— Tras la crisis económica y la caída del consumo hay un nuevo panorama en el que las empresas que trabajan con rigor, apoyándose en el diseño y con vocación internacional están muy bien posicionadas. En este sentido, soy optimista.

  La exposición de algunos diseñadores a las redes sociales es tan —o más— importante que su labor, pero usted se mantiene un tanto alejado.

— Hay una tendencia muy grande a «mostrarse» . Tengo interés por las redes sociales y pienso que son muy útiles. A mis alumnos les digo que tienen muchas más herramientas para contar un relato personal pero es necesario el contenido. Al contrario no tiene sentido. El ámbito digital me interesa hasta cierto punto.

  Compatibiliza el despacho con la docencia en la UCH-CEU y Elisava, ¿cuál es el panorama desde la tarima?

— El problema que veo con los estudiantes es el mismo que veo en otros futuros profesionales: la precarización. Para consolidar proyectos empresariales hace falta más compromiso y menos precarización. Ha mejorado la formación y hay estudiantes con una gran vocación que se verán obligados a marcharse si desde las instituciones no se facilita su incorporación a las empresas.

  Hábitat Valencia vuelve a volar de nuevo en solitario. Regresa en septiembre, su temporada original. 

  Quiero verlo con optimismo. Hay trabajo y voluntad para revertir la situación pero es una lástima lo que Feria ha perdido por el camino. Creo que con el cambio busca tener un protagonismo más claro. Hábitat era el escaparate de una industria en València que ha perdido muchos activos, mientras que Milán ha resistido y ha focalizado el interés internacional. Un retorno que justifica la presencia de las empresas. 

  Las Naves se había conformado como un espacio de interés para el diseño. ¿Qué opina de la nueva situación con las posibles salidas de ADCV o CDICV?

— Sinceramente, me parece un error. Para el nuevo sentido que se le quiere dar creo que las propuestas de estos colectivos se podían haber integrado perfectamente dentro de esta nueva política. Se había conseguido articular en ese espacio una historia en torno al diseño sobre la que poder seguir construyendo. 

  La nueva Agencia Valenciana de la Innovación puede colaborar en la construcción de este discurso.

  Me genera expectativas muy positivas. García Reche es muy válido. No puedo dejar de recordar los 80, en los que se incorporó el diseño y la innovación de una manera notable a la industria valenciana. Los estudios realizados para lanzar la Agencia permiten ser optimistas en poder recuperar el tiempo perdido. Otra cuestión será resolver la infrafinanciación para destinar los recursos necesarios para ganar el futuro.

* Este artículo se publicó originalmente en el número 29 de la revista Plaza

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