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VI EDICIÓN

Wáchina Wáchina: hay un festival en Valencia que lo hace todo (bien)

La sexta edición del Wáchina Wáchina, el festival dedicado algarage rock, se celebra este sábado en Loco Club y 16 Toneladas

2/02/2017 - 

VALENCIA. “Quisiera saber el significado exacto de esta expresión: ‘eres una wachina’. Así, quisiera que me ayudaran y me dieran un concepto claro para saber”. Para que luego digan que Valencia sólo exporta tramas de corrupción y celebraciones fastuosas. Ahí está el Wáchina Wáchina, en Yahoo! Respuestas… Lejos de la coincidencia idiota, el Wáchina está para exportarlo como ejemplo de proyecto concebido en la diferencia y fraguado en la atención al detalle en cada una de las necesidades de un festival. Su sexta edición, que se celebrará este sábado 4 a caballo entre Loco Club y 16 Toneladas, es una confirmación que en tiempos de devaluación del largo plazo confirma la excepción: el trabajo bien hecho funciona.

Si algo caracteriza ya al Wáchina Wáchina es su capacidad para servir de termómetro de la escena garage y rhythm and blues; especialmente la europea. Es algo que sucede prácticamente desde sus inicios: la segunda edición del festival en 2013 ya contó con la participación de los dublineses The Urges y, sobre todo, con la de los legendarios Downliners Sect, que entonces encabezaron el cartel con su única fecha en España. Las escenas de Reino Unido, Francia, Suecia o Italia han quedado representadas en las últimas cuatro ediciones del festival con grupos como The Crimson Shadows (reunidos para su segundo concierto en España), King Salami & The Cumberland 3, The Branded, Thee Gravement, The Maggots, Blackberry’n Mr. Boooho, Les Playboys y The Barbacans.

The Stollers y The Baron Four: el atractivo internacional

Este año la intervención extranjera vuelve a ser uno de los atractivos del Wáchina Wáchina. La selección de grupos más allá de las fronteras nacionales ofrece, de nuevo, un corte transversal del género bastante preciso; lo cual no deja de tener mérito si consideramos la policromía del genero que trabaja el festival. Los conciertos empezarán desde bien pronto para volver a acercarse a la experiencia de las 24 horas, y lo harán con la habitual cita matinal en la que este año participarán los canadienses The King Khan & BBQ Show (16 Toneladas, 12 horas); se trata de un dúo del rhythm and blues más académico, ese que mezcla igual soul y el punk más amable, surgido de las cenizas de Spacehits.

Tal y como dicta la lógica, el Wáchina Wáchina vuelve a cerrar este año los conciertos con dos referencias internacionales (en Loco Club). La primera de ella es la continuación de los malogrados Thee Vicars tras la desaparición de Chris Langeland en 2012: The Baron Four sigue la estela de garage y beat británico en su vertiente menos domesticada. Junto a ellos, The Stollers se encargarán de poner el broche del directo a la sexta edición del festival. Formados a principios de los 90, finiquitados por tensiones internas en 1999 y reunidos años después, la principal incógnita de los suecos será comprobar en qué estado se encuentra ese garage punk que tira de farfisa y de Sonics, otrora salvaje.

Los Bengala y Las Munjitas del Fuzz: garage punk de quilates

Si los carteles del Wáchina Wáchina siempre han sido un buen termómetro del estado del garage europeo es, en gran parte, porque la representación nacional ha sido sobresaliente en todo momento. Desde los comienzos, con aquella primer edición de 2012 que encabezaban Los Salvajes y su concierto en Sala Wah-Wah, hasta el pasado el año con la presencia de The Smoggers o la de Hollywood Sinners (y su emblemática ‘Quiero Ser Como Wau y Los Arrrghs!!!’) en 2014. Los carteles del Wáchina han disfrutado siempre de ese equilibrio invisible entre el garage consolidado y el más prometedor; entre los sonidos que llegan desde diferentes lugares del país y los que salen de los locales de ensayo valencianos.

Este año, Garganta!! y los Chicos de la Calle inaugurarán el festival en la sesión matinal (16 Toneladas, 12 horas) y ejercerán el papel de representación local que en anteriores ediciones han ejercido Ukelele Zombies, Los Glurps!!, Thee Vértigos o Tumba Swing. Junto a ellos, la selección nacional es este año especialmente poderosa; al nivel, en cuanto a atractivo, de la oferta de nombres más grandes del cartel. Los Bengala (Loco Club, 18.30 horas) se encuentran ahora mismo en una posición de privilegio en la escena nacional en tanto en cuanto poseen, de manera indiscutible, uno de los mejores directos del momento; en el último año, los aragoneses han pasado por el Vida Festival o el Low, y en 2017 ya tienen confirmada su presencia en festivales como el Montgorock.

La presencia nacional se completa este año con Las Munjitas del Fuzz. Así, a simple vista, puede sonar a poco más que al típico nombre de grupo que la Fiscalía tiene vigilado en Twitter, pero detrás hay historia viva del garage punk español y los más veteranos del lugar lo sabrán. Las Munjitas son, en realidad, Jorge Muñoz-Cobo, Félix Domínguez y Álvaro Coalla, la columna vertebral de Doctor Explosion, uno de esos grupos que sobrevivieron con dignidad al boom español de los 90. A finales de la década, su bifurcación en las hermanas de la caridad ya se manifestaba con cierta asiduidad (“las monjitas son más pías, son ye-yes, pero de las que no hacen el gamberro”, explicaban en una entrevista del 99 en Mondosonoro).

 

Un cartel único y dos sedes

Al Wáchina Wáchina no sólo lo hace grande la excepcionalidad de su propia supervivencia; la continuidad de un proyecto que, como el Surforama, explora las alternativas al monopolio ideológico del festival de música (mal llamada) indie. De hecho, la lógica de los acontecimientos apunta a que el festival que han construido Let's Go y 22 TeARs fundamenta esa pervivencia, además de en su exquisito ojo para elaborar su line-up año tras año, en una filosofía que otorga tanta importancia al cartel como a todo lo que lo rodea. La afortunada alianza del Wáchina con el talentoso Mik Baro es, sin duda, uno de los elementos diferenciadores: la imagen del festival consolidada a partir de un mismo ilustrador termina por dotar al evento de una marca propia que va más allá del cartel de turno. 

Lo que pasa alrededor importa, y algo que sería necesario poner en valor del Wáchina Wáchina, más allá de la generosa excentricidad de las paellas gratuitas (Café Museu, 15 horas) y de la cada vez mejor idea de los conciertos matinales, es la dispersión de su propuesta en diferentes locales. Aunque en los últimos dos años se ha reducido a citas en Loco Club y 16 Toneladas, desde sus comienzos el festival se ha caracterizado por repartir su oferta en diferentes salas; el Wáchina ha llegado a celebrar ediciones en las que hasta cuatro locales han acogido conciertos o sesiones de djs. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber: es una labor que no sólo alimenta la relación entre promotores y salas, sino que crea un recomendable flujo de espectadores entre salas tremendamente saludable para la ciudad.

 

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