"Tengo 66 años, ya había esperado un año más de la cuenta", relata el empresario. Saurí cuenta que no ha podido llegar a un acuerdo para el traspaso del conjunto del negocio, que además de la céntrica tienda de Baró de Càrcer cuenta con otra en Arquebisbe Fabián i Fuero -tras la Escuela Oficial de Idiomas-; y dos más fuera de Valencia, ubicadas en Burjassot y Alboraya. Al tratarse de una jubilación, las cuatro cierran en bloque.
El establecimiento original abrió sus puertas en 1889. Lo hizo en la calle Barcelonina para trasladarse a En Sanz a principios del siglo XX. "Picó es el apellido de los fundadores, pero siempre se ha mantenido. Era el apellido de la madre", indica. Allí estaría alrededor de ocho décadas hasta que hace 33 años se mudó al emplazamiento de Baró de Càrcer que ahora echa el cierre. "Los dueños pedían el doble de repente. Estábamos pagando 3.000 y pico euros de alquiler y nos lo querían subir a 6.000", afirma.