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SERIE DE ESPACIOS DE TRABAJO CREATIVO

En tu ofi o en la mía: Tiovivo

Cuando la naturaleza es la gran invitada a la fiesta. Nos colamos en una nueva oficina, donde pájaros, peces, polacos, argentinos y valencianos dan vueltas juntos

15/08/2018 - 
Lugar: Tiovivo Creativo
Dirección: C/Pintor Gisbert, 8 Valencia.
Metros cuadrados: 90.
Año de inauguración: 2016
Trabajadores: 4 (espacio interiorismo), 11 (espacio coworking)

VALÈNCIA. La serie ‘En tu ofi o en la mía’, destinada a perfilar los espacios con la forja creativa, va alcanzando algunas conclusiones. Una de ellas es la mezcolanza dispar de usos, la escasa rotundidad en las nomenclaturas propias.

Para acceder a Tiovivo, una oficina de interiorismo, un lector digital de huellas da el pase. Dentro, la conjunción de varias finalidades en una misma área. Polacos, holandeses, argentinos y hasta locales trabajan en un primer sector, con oficios diversos dedicados a la programación, el diseño, la comunicación o el uso de bitcoins. Tras éste, aquel sector como tras una celosía, donde el estudio de interiorismo propiamente dicho se distingue en una suerte de cabaña que es a la vez estudio y sala de reuniones, además de un bucólico núcleo donde en la Valencia cercana a la Estació del Nord y al Parc Central, se escuchan pajaritos cantar y dos peces, Pepa y Pepe, habitan en un pequeño estanque.

Foto: EVA MÁÑEZ

Entre medias, un carrusel invisible que pone en común la oficina de interiorismo y el coworking, retroalimentándose de trabajo. Dan vueltas juntos. Nuevas fórmulas para viejas necesidades. 

Y una regla al vuelo: la poca convencionalidad, la adaptación visceral al gusto propio. Lo hace en este espacio el responsable de Tiovivo, Vicente Ortuño, y lo volcó en varias de sus intervenciones externas: Casa Árbol, para unos propietarios que buscaban en un ático las sensaciones de un bosque nórdico; o en Lord Loft, donde un deportista quería compactar todo su universo.

En 2016 les surgió el reto vital: “Después de trabajar en distintos coworkings mientras creábamos y diseñábamos espacios para empresas y particulares, decidimos dar el paso y diseñar nuestro propio estudio. Teníamos muchísimas ideas a las que dar vida dentro de un espacio de 90m2, y en muchas ocasiones nos sentíamos como niños cuando tienen que elegir un sólo sabor de helado o un único juguete”.

Les consulto por una estrategia espacial a medio camino entre el espacio compartido y el estudio individual. “Queríamos promover la no repetición de los perfiles laborales que se van incorporando para garantizar la colaboración efectiva. Como si estuviéramos subidos en un auténtico tiovivo, en el que cada equipo trabaja de forma independiente, pero giramos en equipo para proyectos de mayor envergadura abarcando un amplio abanico de necesidades en el campo del diseño, interiorismo, arquitectura, paisajismo, desarrollo web, audiovisual, online, gestión…”.

Foto: EVA MÁÑEZ

En la búsqueda del local idóneo fue clave el aporte natural, una vocación constante de contar con las ventajas del centro de ciudad y algunos retazos del aroma vegetal: “buscábamos un espacio que nos permitiera tener una conexión especial con la naturaleza para experimentar los beneficios que supone trabajar rodeados de ella, ¡y lo encontramos! El patio interior descubierto fue clave para decidirnos por el local y así diseñar a medida los diferentes ambientes de trabajo en torno al espacio verde, creando nuestro particular micro-jardín de los sentidos en medio de la ciudad”.

Foto: EVA MÁÑEZ

En ese punto aplican diseño biofílico. “Una tendencia en áreas de oficinas que cada vez cobra más fuerza en el interiorismo y la arquitectura para poner en práctica los beneficios que supone la biofilia, una conexión innata que tenemos los humanos con la naturaleza”. Tiene que ver con la pulsión por encontrar puntos de fuga en el trabajo diario.

Entre los estantes, en una caja se guardan las fotos “personales” de los primeros propietarios del local. Surgieron cuando lo vaciaban. Imágenes que retrotraen a los cincuenta y sesenta en una vivienda de los zapateros del barrio, donde residían y a la vez trabajaban. “Las tenemos guardadas con la esperanza de que algún día vuelvan a sus manos o a las de sus familiares”.

Recomendaciones para trabajar juntos con identidades distintas:

“Las oficinas deben generar experiencias positivas en los trabajadores, utilizar todos los recursos posibles, que hay muchos, para crear sensaciones. Por ejemplo, jugar con la aromaterapia, el sonido, las emociones… El diseño interior debe ser un catalizador integral de la personalidad de la empresa para favorecer el bienestar de los trabajadores que la integran. Nos pasamos casi media vida en el trabajo, qué menos que sean espacios donde se quiera estar y, sobre todo, que se pueda trabajar a gusto en todos los sentidos”.

Foto: EVA MÁÑEZ

“Respecto al diseño del espacio como coworking es importante crear un equilibrio entre la privacidad de cada puesto de trabajo y que favorezca la interrelación con los compañeros. Hay muchos espacios donde no hay separación visual entre una persona y otra, o predominan mesas grandes con poco margen para parcelas privadas de concentración o desconexión”.

En mitad de una reunión, en este interior de la calle Pintor Gisbert, los pájaros siguen a todo trapo. Pepa y Pepe se miran con distancia. El tiovivo gira.

Foto: EVA MÁÑEZ 

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