GRUPO PLAZA

entrevista a la portavoz del pp en valència, maría josé català

"El plan A es bajar impuestos; sólo dar ayudas a pymes es pan para hoy y hambre para mañana"

4/05/2020 - 

VALÈNCIA. La fundamental brecha ideológica existente a la hora de enfrentarse a la crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus es si centrar los esfuerzos en bajar los impuestos o dedicar este dinero a implementar ayudas directas a los sectores afectados. Aquí, la portavoz del PP en el Ayuntamiento de València, María José Català (València, 1981), lo tiene claro: las ayudas están bien, pero si no van acompañadas de una bajada de impuestos, son "pan para hoy y hambre para mañana". Su plan A, como ha venido repitiendo, es una rebaja fiscal para pymes y autónomos, así como la congelación de la subida de impuestos general aprobada por el consistorio para este año.

Para la popular, el gobierno municipal ha reaccionado "tarde y de manera insuficiente", tanto en las medidas económicas como en la adquisición de material. "Desde luego, otras capitales españolas se han adelantado en todo", explica, tanto Madrid en bajar impuestos como Barcelona en la implementación de medidas por valor de 25 millones. Aquí, explica, son de 11,5 millones de euros. ¿De dónde sacar el dinero para aumentar esta cifra? Del superávit de 57 millones de euros cuya disposición ha de permitir el Gobierno central, de la partida de inversiones de la que se ha gastado un 5%, del fondo de contingencia o incluso pidiendo un crédito.

Sobre la EMT, Català sostiene que los trabajadores no tienen que pagar "una mala gestión del equipo directivo". La estafa de cuatro millones de euros sucedida hace ya más de medio año "abunda" sobre las pérdidas ocasionadas por el frenazo de la actividad, por lo que se debería "dar ejemplo y sacar de su puesto de trabajo al equipo directivo que perdió los cuatro millones" antes que rebajar las condiciones laborales de los trabajadores. La peatonalización de la Plaza del Ayuntamiento y las obras de Colón se hacen, a ojos de la popular, "con confinamiento y alevosía", y se trata de actuaciones "improductivas", motivo por el cual este "no es el momento" para llevarlas a cabo.

¿Se precipitó el alcalde, Joan Ribó, al anunciar la posibilidad de unas Fallas en julio? "No acuso tanto al alcalde de precipitarse en aquel momento", sino de no haber afrontado "con gallardía la verdad" sobre el futuro de la fiesta con los falleros. Una verdad que, según Català, seguramente conoce porque "está en permanente contacto con el Gobierno".

Para responder sobre estas y otras cuestiones, Català accede vía telefónica a una entrevista con Valencia Plaza vía telefónica.


- ¿Cómo están trabajando? ¿Están yendo al Ayuntamiento estos días?
- Nos organizamos de manera que no acudimos al Ayuntamiento todo el grupo por las medidas de distanciamiento y seguridad. Siempre hay un equipo de entre cinco y seis personas todos los días en el Ayuntamiento. Eso sí, cada día hacemos videoconferencia con todo el equipo para organizar el día. Todos tenemos acceso al teletrabajo y podemos acceder al sistema desde casa. Hay una parte muy complicada personal y humana. Nos duele no ver a nuestros familiares, no visito a mis padres desde hace más de un mes. Eso duele a todo el mundo. Y a nivel de organización laboral, nos hemos puesto al día en algunas dinámicas que nos pueden servir más adelante.

- ¿Cómo cree que ha reaccionado el gobierno municipal para hacer frente a la crisis?
- Por desgracia, València ha reaccionado tarde y de manera insuficiente. La adquisición de test y de EPI para el personal de los servicios esenciales ha venido con muchísimo retraso. Ha sido muy insuficiente para policías, bomberos y el resto del personal. Y también las medidas económicas llegaron tarde y fueron muy improvisadas. Las ayudas para autónomos y pymes estresaron mucho al tejido productivo de la ciudad porque el sistema de acceso a la plataforma falló y era un sistema de concurrencia competitiva, por lo que hubo gente que pasó la noche sin dormir para poder presentar toda la documentación. Todo el mundo sabe que la aportación del Ayuntamiento es insuficiente y va a llegar a pocas personas y eso acrecentaba el estrés.

Desde luego, otras capitales españolas se han adelantado en todo. Por ejemplo, la bajada de impuestos de más de 60 millones de euros de Madrid... Todas las medidas económicas que está implementando Madrid, incluso Barcelona. También Zaragoza o Alicante. Llevan semanas poniéndolas en marcha, pero en València estamos llegando tarde. Y lo que se ha puesto en marcha es insuficiente. Como dije en el último pleno, tenemos un presupuesto de cerca de 1.000 millones de euros, y contabilizando todo el gasto extraordinario para la Covid-19 tiene un sumatorio de 11,5 millones de euros. Estamos destinando poco más del 1,1% del presupuesto para la que seguramente sea la mayor crisis económica y social de la ciudad.

- Es cierto que ha sido el primer ayuntamiento en implementar ayudas a autónomos y empresas.
- Pero fijémonos. El contraste es que, por ejemplo, Barcelona ha puesto en marcha un paquete de medidas de 25 millones de euros. Nosotros, un presupuesto muy limitado, llegará a muy poca gente. Este tipo de medidas ayudan, pero siempre y cuando alcancen a todo aquel que cumpla los requisitos, no a todos, evidentemente. Vamos a cubrir muy pocas pymes y autónomos de la ciudad.

- ¿Dónde hay que poner el límite? ¿Hasta cuántos autónomos y pymes se debe poder ayudar?
- Sinceramente, creo que hay que intentar llegar a todos aquellos que cumplan los requisitos. No todos van a cumplirlos porque los criterios son complejos. Se ha de manifestar unas situación de pérdidas bastante gravosa. Lo ideal sería llegar a todos los que cumplan. No todos, pero si en el mayor porcentaje. Al final, yo siempre hablo de estas ayudas como el mal menor. Para mí no era el plan 'A'. Para mí, el plan 'A' real era la bajada de impuestos. No creo que sólo las ayudas sean una buena dinámica: son pan para hoy y hambre para mañana. 

Lo que realmente puede ayudar a la gente es bajar los impuestos. Las ayudas siempre fueron para mí un plan 'B'. Está bien pero nunca me acabó de encajar. Hubiera preferido bajar impuestos, bonificar el 50% del IBI para aquellos inmuebles dirigidos a la actividad económica y que garanticen el empleo, rebajar el impuesto de tracción mecánica para aquellos trabajadores o autónomos que usen el vehículo para su actividad, bonificar el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), etcétera. De hecho, Madrid ha hecho una bajada de impuestos de 60 millones de euros y ha implementado una serie de ayudas, pero para la fase de la reconstrucción. Nosotros tendríamos que haber aprobado una bajada o congelación de impuestos y luego pensar en ayudas para reconstruir.

- La crisis no afectará a todas las empresas y autónomos por igual, como dijo el alcalde Joan Ribó, por lo que, según él, tenía más sentido ayudar sólo a aquellos que lo necesitaran y evitar una bajada general de impuestos.
- Tendría que haber leído mejor nuestras propuestas. Cuando hablo de bonificar el 50% del IBI a inmuebles de actividad económica, los beneficiarios no son todos, sino aquellos que tengan actividad en la ciudad, hayan visto reducida su capacidad económica y acrediten el mantenimiento del empleo.

- Congelar la subida de impuestos [aprobada para este 2020] sí que es una medida general.
- Sí, es general. Es absolutamente innecesaria este año. No es año para subir impuestos. Ya no estoy hablando de bajarlos, sino de no subirlos. Quien más y quien menos, en esta ciudad, atraviesa una situación económica complicada o ayuda a sus familiares. Era un gesto necesario con la ciudadanía.

- ¿Se puede bajar impuestos y aumentar el gasto?
- Claro. Todas las propuestas que hemos hecho llevan una memoria económica. Hemos gobernado y tenemos claro que las propuestas no han de ser un brindis al sol. Por ejemplo, tenemos un superávit de 57 millones de euros. Hasta ahora sólo se ha podido utilizar el 20%, pero tenemos que reivindicar poder utilizar el 100% para cubrir las necesidades de la Covid-19. Y digo Covid-19 porque el gobierno municipal quiere incorporar al gasto los 5,7 millones de euros que necesita la EMT en mayo por la estafa de los cuatro millones de euros y su nefasta gestión. El superávit no tiene que ir a otras cosas que no sea el coronavirus.

Es cierto que el Ayuntamiento de València tiene una capacidad de endeudamiento de 18 millones de euros. Tiene un capítulo de inversiones del que sólo ha ejecutado a 31 de marzo el 4,8%. De 176 millones, sólo se ha gastado 8,4 millones de euros. El año pasado se quedaron 100 millones de euros sin gastar. Con este capítulo también podemos tener capacidad suficiente. O el fondo de contingencia, que estaba en 11 millones, el 40% se lo han gastado en facturas de años anteriores, lo que para mí es aberrante porque ese fondo es para situaciones sobrevenidas.

¿Hay capacidad? Claro. Y no hablo de medidas que podrían sonar al gobierno como populistas, como reducir altos cargos, que se han incrementado en un 100%. O renunciar a una línea que tienen para nuevas incorporaciones de cargos directivos que es de 600.000 euros y que está sin gastar.

- Trabajo rechazó el ERTE en la EMT, que ha presentado un recurso de alzada. ¿Comparte la decisión de batallar para intentar que se apruebe el ERTE?
- Advertí al alcalde que había un precedente de en la empresa municipal de transportes de Valladolid [donde se rechazó también el ERTE]. Me dijo que lo tenía hablado personalmente con la Dirección General de Trabajo. Por tanto, me sorprendió mucho lo que pasó. Que prospere el recurso de alzada es complicado desde el punto de vista jurídico. Considero que hay un problema de gestión clara de la EMT.

Lo que no puede ser es que los trabajadores paguen una mala gestión del equipo directivo. Entiendo la caída de ingresos, pero partimos de una situación en la que hay un agujero de cuatro millones de euros, cuya culpa no la tienen los conductores. Siempre lo he dicho: antes de que un trabajador que ha hecho su trabajo sufra unas condiciones laborales peores, la EMT debe dar ejemplo y sacar de su puesto de trabajo al equipo directivo que perdió cuatro millones por una estafa.

- El ERTE no es consecuencia de la estafa.
- No, ni mucho menos. Pero el agujero de los cuatro millones abunda sobre el déficit de tesorería que ahora tiene la EMT.

- ¿Sería necesario el ERTE sin el agujero de esos cuatro millones de euros?
- Tendríamos que hacer números. Ahora estamos en desescalada y pronto se irá volviendo a la normalidad, y la gente tendrá que ir a trabajar. A lo mejor la caída de los ingresos se puede asumir de otra manera. De hecho el alcalde ya ha dicho que lo asumirá el Ayuntamiento.

- ¿Qué cree que ha hecho bien el gobierno municipal?
- Qué quieres que te diga. Durante estos días, tomar algunas medidas de carácter social ha sido positivo. Por ejemplo, incrementar las partidas vinculadas a atención de servicios sociales, y a ayudas de emergencia que no tienen un procedimiento farragoso. De hecho, de los 11,5 millones de euros que se han dedicado a la Covid-19, sólo se han pagado 2,4 millones, que son efectivamente estas ayudas de emergencia. Es lo único que ha llegado hasta la fecha al bolsillo de los valencianos.

- Han empezado las obras en la calle de Colón y en la Plaza del Ayuntamiento. Sostiene el PP que han de paralizarse. ¿Por qué?
- Se hacen con confinamiento y alevosía. No es el momento oportuno para llevar adelante unas obras que no cuentan con el consenso de vecinos y comerciantes. Antes de que llegara el coronavirus, los comerciantes manifestaron ya su disconformidad. Se les había planteado que inicialmente se iba a empezar con la plaza de la Reina y después con la plaza del Ayuntamiento. Y luego se les dijo lo contrario, y encima con el cambio de líneas de la EMT y la restricción del tráfico en Colón. Los comerciantes se opusieron de una forma muy clara. Durante estas semanas, no ha habido ningún tipo de encuentro, tampoco por vía telemática.

Son criticables las formas, pero también el momento. Gastarse 300.000 euros en bolardos, pintura vial y jardineras cuando el Ayuntamiento es de los pocos que conozco del área metropolitana que no ha dado ni una sola mascarilla para poder proveer a sus ciudadanos, me parece tremendo. Con esos 300.000 euros llegamos a 100 autónomos o compramos 300.000 mascarillas, dotamos a la población de formas de protección. Más allá de todo eso, estoy de acuerdo en peatonalizar la plaza del Ayuntmaiento, pero no en convertir Colón en una estación de autobuses al aire libre con más de 800 buses al día. Pero en lo que estoy más en desacuerdo es en no invertir esos 300.000 en test y mascarillas.

- Es compatible una cosa y la otra, ¿no? Gastar dinero en mascarillas y hacer las obras.
- Sí, ¿pero qué pasa cuando haces las obras y no compras mascarillas? Que se hace más evidente que no estás haciendo lo que corresponde. No se ha comprado ni una mascarilla para los ciudadanos. Se han unido municipios del área metropolitana para comprar mascarillas, y el 95% de los pueblos del interior también lo han hecho. Y Alicante ha comprado mascarillas. Me parece poco lógico que nosotros no lo hagamos y sí destinemos dinero a obras improductivas. Y no estoy en contra de la obra pública: creo que el Ayuntamiento deberá salir con un plan de obra pública importante.

- Estas obras también permitirán subsistir a las empresas que las realizan. ¿En ese sentido se podrían considerar productivas?
- Sí, pero esta obra es de 300.000, un presupuesto muy reducido. No es una obra de puesta en valor arquitectónico de la plaza del Ayuntamiento, es una obra de bolardos, jardineras y pintura. No es excesivamente ventajosa y beneficiosa para el tejido productivo. Para mí, es prioritario, por ejemplo, diseñar una inversión en la franja marítima, que ha sufrido además un fuerte impacto por los temporales, para intentar ayudar a la hostelería e impulsar el turismo. Eso me parece una obra pública productiva, pero la plaza del Ayuntamiento es una obra improductiva. No va a ayudar al sector económico, posiblemente afecte negativamente al comercio. Hay que afinar mucho ahora en inversión pública productiva.

- Se van a adelantar algunas peatonalizaciones previstas haciendo actuaciones blandas, por ejemplo en Pérez Galdós o San Agustín. ¿Cómo lo ven?
- Es la hoja de ruta que tenía trazada el Ayuntamiento de peatonalización de algunas plazas. En ese sentido, siempre y cuando la inversión suponga un impacto positivo en la economía, me parecerá bien. No me parece bien que se emplee como excusa la distancia social a la que tendremos que acostumbrarnos para hacer unas obras que teníamos previstas. Si el equipo de gobierno decide hacer las plazas que quería hacer, que las haga. Pero que no diga que es por la distancia que vamos a tener que mantener con nuestros vecinos. Esto estaba ya presentado con maqueta. En todo caso, ¿son productivas? ¿vamos a necesitar este dinero en otras zonas de la ciudad? Yo creo que lo que se retrasa el Ayuntamiento en algunas medidas, se está precipitando en otras.

- ¿Los funcionarios que no están trabajando deberían continuar cobrando el complemento de productividad?
- Yo soy mucho de retribución en base a objetivos. No conozco en profundidad la plantilla del Ayuntamiento y tampoco a cuánta gente alcanza esto, qué tipo de negociación se ha hecho con los sindicatos y qué propuesta ha hecho el Ayuntamiento.

- Entrando en Fallas. ¿Cree que el alcalde se precipitó anunciando la posibilidad de celebrarlas en julio?
- Creo que en ese momento, todos veíamos que tal vez fuera posible. No acuso tanto al alcalde de precipitarse en aquel momento, sino de no afrontar la realidad con sinceridad con el colectivo fallero después de todo lo que ha pasado y todo lo que sabemos sobre cómo ha afectado el contagio. No ha afrontado con gallardía la verdad que estoy segura que sabe sobre las posibilidades reales de unas Fallas en julio.

Si es verdad, como dice, que está en permanente contacto con el Gobierno, estoy segura de que en esas conversaciones ha surgido la duda sobre las posibilidades de celebrar las Fallas en julio. Estoy segura de que esa información la ha compartido con el Ministerio y con la Generalitat y que sabe cuál va a ser el escenario de la ciudad en julio.

- ¿En base a lo que sabemos ahora, cree que sería acertado hacer unas Fallas con restricciones?
- Cuando el alcalde plantea esto, no sé a qué se refiere. No tengo los datos sobre cuánta gente se va a poder concentrar en un casal. Tengo muchas dudas de que sea un número representativo de la comisión fallera. A partir de ahí, no tengo claro en qué está pensando cuando habla de unas Fallas limitadas. Me parece que genera unas expectativas que a lo mejor no se van a poder cumplir. Yo no lo sé, pero estoy segura de que él sí que lo sabe. Y si lo sabe, me gustaría que lo dijera: "No se van a poder juntar más de 100 falleros, más de equis falleros". A partir de ahí, si fijamos cuánta gente va a estar en un casal, podemos hacernos una idea sobre cómo son esas fallas 'light' que plantea. Si no vamos a poder estar toda la comisión fallera en un casal, huelga decir que el resto de actos multitudinarios van por el aire.

- Cambiando de asunto, se ha visto durante las últimas semanas que el PP y Cs han seguido una línea diferente de oposición en València: una línea dura frente a una más blanda. ¿Lo ve así?
- Sólo puedo hablar por el Partido Popular. Ciudadanos es dueño de su estrategia. La gran diferencia que tiene el PP con Cs es que somos un partido de gobierno. En esta ciudad hemos gobernado muchos años y conocemos mucho esta ciudad.

- ¿Y en qué se nota esa diferencia en la práctica?
- Al Partido Popular le duele que no se tomen determinadas medidas. Haber sido gobierno hace que somos más exigentes con lo que sabemos que se puede hacer desde el Ayuntamiento.

Noticias relacionadas

next

Conecta con nosotros

Valencia Plaza, desde cualquier medio

Suscríbete al boletín VP

Todos los días a primera hora en tu email


Quiero suscribirme

Acceso accionistas

 


Accionistas