GRUPO PLAZA

EXPERTA EN HÍPERPATERNIDAD

Eva Millet: "Cuando un niño se cae en el parque, no debemos correr a socorrerlo de inmediato"

12/03/2017 - 

VALÈNCIA. Hasta hace un par de años el concepto de ‘hiperpaternidad’ era tan desconocido para Eva Millet como para el resto de los mortales. La periodista catalana comenzó a interesarte por los temas de educación en 2002, a raíz del nacimiento su primer hijo. Desde entonces ha puesto en marcha un blog especializado en la materia y publicado el libro Hiperpaternidad, del modelo mueble al modelo altar’. Sabe cómo definir este fenómeno contemporáneo, acuñado en Estados Unidos, en alusión a un modelo de crianza donde los padres ofrecen una atención excesiva a los hijos. La intención es confeccionar esa prole perfecta que la sociedad demanda, pero que en realidad ¿necesita?

Millet, que ha visitado la Comunitat estos días para impartir un taller divulgativo entre los padres del American School de València (Puçol), se opone frontalmente a tanta devoción. Incluso se atreve a poner nombre a los distintos modelos de paternidad. Así, habla de los padres helicóptero, que sobrevuelan sin tregua las vidas de sus retoños; los apisonadora, quienes allanan su camino para que no se topen con dificultades; los guardaespaldas, extremadamente susceptibles ante cualquier crítica sobre sus hijos y los padres bocadillo, quienes en el parque sostienen, con infinita paciencia, la merienda del niño o la niña.

- ¿Cuántas veces se ha enfrentado a esta escena?
- ¡Puf! Mira, me contaban algunos profesores de infantil que cada vez hay más niños que se caen en el patio y no se levantan porque no saben que son capaces de hacerlo. Cuando un niño se tropieza en el parque, no debemos socorrerlo a la primera de cambio. Es lo mismo que si tiene un problema con un compañero, no debemos apresurarnos a intervenir. Con buena intención, les estamos convirtiendo en personas poco autónomas.

"los niños parecen pequeños ejecutivos con agendas repletas de actividades"

- Para combatir todo ello, usted habla del underparenting, o sana desatención.
- Es muy simple: solo tenemos que relajarnos un poco. A nuestro alrededor hay infinidad de familias estresadas. Ahora los niños parecen pequeños ejecutivos con agendas repletas de actividades de todo tipo. Queremos conseguir que sean sujetos perfectos. Esto no solo genera estrés en los hijos, sino también en las madres.

- Las madres, ¿no los padres?
- Más en las madres porque todavía seguimos cargando con el peso mayoritario de la crianza. Pero, por supuesto, también es un modelo aplicable a los padres. Hay muchos en el mundo del deporte con el modelo híper. Sobre todo los que yo llamo padres manager, que son aquellos que esperan que sus hijos sean como Messi o Ronaldo. 

- ¿En qué momento nos hemos dejado llevar por esta corriente?
- La corriente se empieza a detectar en los Estados Unidos a principio de siglo, diría que con la generación de los millennials. Han sido niños sobreprotegidos, con padres que les resuelven sistemáticamente los problemas, que les justifican a ultranza.

"Lo de estar todo el día enganchado, o que sea el hijo quien decida el momento del destete… SINCERAMENTE, no lo veo"

- ¿El mensaje no se contradice con nuevas ideas como la crianza por apego?
- Es que la crianza por apego me parece una corriente de hípermaternidad alternativa. Es un término un poco engañoso, porque el apego también está en otro tipo de familias. Los niños necesitan afecto y mimos, pero también límites y autonomía. Lo de estar todo el día enganchado, o que sea el hijo quien decida el momento del destete… no lo veo.

- ¿Cómo se está reflejando este hecho en el marco educativo?
- Hubo un momento en el que los responsables de los centros se empezaron a quedar sorprendidos. Ya hay padres que hacen los deberes por los hijos, que montan huelgas para que no les manden tantos o que exigen quitar exámenes. El híperpadre tiende a entrometerse en el funcionamiento de la escuela. Esto se debe a que pretende que el colegio se adapte al niño, y no al revés. Una madre llegó a pedirle a una maestra que cambiara a su hijo de clase para que sus compañeros tuvieran la misma altura y el pequeño no se sintiera extraño.

- Es un modo de cuestionar, también, la autoridad de los profesores. 
- Incluso hay padres que se oponen a que el profesor le llame la atención a su hijoLos expertos reivindican que familia y escuela deben ir de la mano. Y si hemos dedicado tanto esfuerzo a tener una escuela de calidad, con buenos profesionales, ¿por qué nos empeñamos en entrometernos? Así solo conseguimos tener a los padres preocupados con problemas que son de los docentes y a los docentes asustados por los padres.

"Los padres,en Whatsapp, pueden ser explosivos"

- De hecho, están los temidos grupos de padres en Whatsapp… 
- Tremendos. Antes podías estar en desacuerdo con algo sucedido en el colegio, pero no lo manifestabas con esa beligerancia. Los padres, en Whatsapp, pueden ser explosivos. Hay que controlar para que se usan estos porque parecen cajas de resonancia y se termina caldeando el ambiente más de la cuenta.

- ¿Las nuevas tecnologías tienen algún tipo de incidencia en la híperpaternidad?
- Yo creo que afectan de dos maneras. Por un lado, se está perdiendo el juego sin estructura y al aire libre. Como los niños tienen agendas de ministro... Y la educación no es solo la formal de la escuela, sino también el carácter y la tolerancia a la frustación. Por otro, los niños siempre tienen una pantalla delante. Se está perdiendo el tiempo de aburrirse, y del aburrimiento salen muchas ideas. Del aburrimiento sale la creatividad.

...

  • TÍTULO: Hiperpaternidad
  • SUBTÍTULO: Del modelo «mueble» al modelo «altar»
  • AUTOR: Eva Millet
  • EDITORIAL: Plataforma Editorial
  • COLECCIÓN: Actual
  • FECHA: 11 de enero de 2016
  • ISBN: 978-84-16620-03-6
  • FORMATO: 140 x 220 mm
  • TEMÁTICA: Educación-Paternidad
  • PÁGINAS: 168
  • PVP: 16 €
next

Conecta con nosotros

Valencia Plaza, desde cualquier medio

Suscríbete al boletín VP

Todos los días a primera hora en tu email


Quiero suscribirme

Acceso accionistas

 


Accionistas