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más de 8.000 alumnos

Universidad Popular, la ciudad abierta

Más de 8.000 alumnos, veintiocho centros repartidos por todos los distritos de la ciudad, casi uno por cada barrio, y un centenar de profesores conforman una población humana mucho más amplia de lo que cabe en un prejuicio. Cuando oímos Universidad Popular una ristra de tópicos nos vienen a la mente. En Plaza hemos querido escuchar algunas de las muchas historias que en realidad contiene

| 18/02/2016 | 2 min, 18 seg

VALENCIA. La única condición para ser alumno de la Universidad Popular es ser mayor de edad y estar empadronado en Valencia, lo que abarca a ciudadanos nacionales y extranjeros. Sólo con este detalle queda clara la variedad del espectro que se maneja y el potencial para la vertebración social de una institución que ‹‹tiene las puertas tan abiertas que cabe todo››, como dice Rosana Valero, una de las formadoras con las que hemos hablado.

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Su finalidad según el reglamento es ‹‹promover la participación social y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas de Valencia, a través de la educación continua, la animación sociocultural y la intervención social››. La imagen que se tiene de la Universidad Popular es la de un centro de mayores, con bailes de salón, gimnasia y pintura. Esas materias están también pero no son las únicas entre las casi treinta actividades que se ofertan. Por recoger algunas: cultura general, inglés, francés, informática, fotografía, medios de comunicación, español para extranjeros, alfabetización, danza valenciana o yoga. Aunque en realidad en todas las materias de lo que se trata es, en palabras de Eva Such, encargada del centro de Rovella y formadora desde 1990, “de vivir, aquí se aprende a ser persona, a convivir, dar y recibir››.

Entrar en cualquiera de los 28 centros que forman la red es tener la sensación de estar palpando el pulso desconocido de la ciudad, la realidad de la vida común sin velos ni etiquetas. Su función social es primordial y las conexiones que se establecen entre los estudiantes y con los profesores son fundamentales para entender la consolidación de la institución. El perfil del alumnado refleja el estado de las cosas: hasta el principio de la crisis abundaban los inmigrantes especialmente sudamericanos que ahora prácticamente han desaparecido y llama la atención la subida de la presencia masculina hasta llegar casi a la mitad de matriculados. Aún así el alumno tipo es mujer y la edad que prevalece, a partir de los 50.

(Lea el artículo completo en el número de febrero de la revista Plaza)

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