Foto: KIKE TABERNERVALÈNCIA. Frenar la proliferación de bajos turísticos ilegales. Esa es la principal pretensión de 'La Mataobras', una plataforma vecinal que nació hace apenas un mes y que ya ha presentado más de un centenar de denuncias ante el Ayuntamiento de València para combatir la reproducción de pisos turísticos en distintos barrios de la ciudad. En particular, persigue aquellos que se convierten en tal sin que ni siquiera sus propietarios hayan realizado las obras de reforma con los permisos y licencias municipales pertinentes que marca la ley.
El movimiento vecinal ha dado a conocer su actividad a través de sus redes sociales -está presente en todas-, pero especialmente a través de Instagram, donde su responsable y portavoz se hace eco de los bajos comerciales que han logrado localizar en los que presuntamente se estaban acometiendo obras ilegales con el objetivo de convertir esas plantas bajas en pisos turísticos. Se trata de un trabajo en equipo. "Hemos recibido más de 100 avisos a través de Instagram y vía e-mail. Y desde que empezamos, hemos remitido al Ayuntamiento de València más de un centenar de instancias para que realicen las inspecciones oportunas", explican en declaraciones a este diario.
Es el 'modus operandi' de La Mataobras: cuando les llega algún aviso de algún vecino, lo remiten a los servicios municipales de la ciudad para que comprueben si el bajo en cuestión tiene los papeles en regla y si la obra que se está acometiendo cuenta con la licencia adecuada. La portavoz explica que muchos suelen pedir una "declaración responsable" o una "licencia de obra menor" con la que aprovechan para realizar una reforma integral que acaba convirtiendo un antiguo comercio en una vivienda con cocina, baño, salón y todas las comodidades. O lo que es lo mismo, con un permiso menor que no permite ese tipo de modificados, acaban haciendo una reforma ilegal.
Sin embargo, la multa a la que se enfrentan los propietarios por cometer esta infracción tampoco es que tenga un efecto disuasorio. En Madrid las multas por hacer obras sin licencia van de los 30.000 a los 600.000 euros mientras en la Comunitat Valenciana van de 300 a 3.000 euros, por lo que desde la propia plataforma consideran que el Ayuntamiento de València debería impulsar una reforma de la normativa para endurecer sus sanciones y que estas puedan, de alguna manera, frenar la proliferación de bajos turísticos ilegales.
Desde el 6 de noviembre que arrancaron con la actividad, la portavoz de la plataforma explica que las asociaciones de vecinos se han volcado con ellos para colaborar con la labor que realizan. En especial, la del barrio de la Isla y Benimaclet, así como la Federació d'Associacions Veïnals que preside María José Broseta.
"No solamente se trata de bajos turísticos, también nos hemos encontrado con que hacen lo mismo para hacer viviendas habituales en bajos, por ejemplo, que al final también afectan al comercio de proximidad", exponen. A menos bajos disponibles, menos comercio de barrio. "Queremos barrios vivos donde pueda haber una óptica o poder comprar una camisa, por ejemplo", añaden.
En este sentido, también enumeran que uno de sus cometidos es informar a los vecinos que pueden evitar que los bajos que se encuentran en sus fincas acaben convirtiéndose en pisos turísticos. "Simplemente puede hacerse cambiando los estatutos de la comunidad de vecinos", subraya la responsable del portal de Instagram.
De hecho, según el Plan General de Ordenación Urbana de València en un mismo edificio no pude haber bajos comerciales y bajos destinados a pisos turísticos. En caso de que existiera ya un comercio, obligatoriamente la vivienda destinada al alquiler turístico debe ubicarse en el entresuelo o primera planta del edificio en cuestión.
