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La nueva “locura” de Rubén Álvarez: un helado de edición limitada para maridar con música electrónica

Tras sus colaboraciones con chefs como Ricard Camarena, Paco Morales y Daniel Álvarez (Dalua), el prestigioso creador de helados artesanos con sede en Novelda ha dado un salto de pértiga. Se llama Earl Grey Blue Flowers y está inspirado en el disco Public Flowers, del artista británico Robin Sabille, que acaba de reeditar el sello Abstrakce Records. No se puede molar más.

| 08/10/2021 | 4 min, 43 seg

Puede que Rubén Álvarez (Madrid, 1979) no sea el primer cocinero aficionado a la música electrónica, pero es bastante probable que sea el único al que se le ha ocurrido crear un helado inspirado en un disco. No uno de Kiko Veneno ni de la Rosalía, sino una referencia de música ambient.

Todo en este insólito proyecto de colaboración cobra sentido cuando nos fijamos en la propuesta estética de Esneu, la línea de helados artesanos para consumidor final que lanzó Álvarez durante el confinamiento. Perfeccionista en lo suyo, pero también muy interesado en el arte, el diseño y la arquitectura, Rubén Álvarez ha creado un nuevo concepto: el “helado total”. Es decir, un helado que debe disfrutarse con el paladar, pero también con los ojos y los oídos.

Varios meses le ha llevado obtener una fórmula que transmitiese con fidelidad los relajados paisajes sonoros y el elegante minimalismo de Public Flowers, el nuevo disco en solitario del músico británico Robin Saville, que acaba de reeditar el sello independiente Abstrakce Records, considerado internacionalmente como la crème de la crème dentro del mundillo. Es un disco muy emocional, con grabaciones de campo y evocaciones a jardines llenos de flores.


A qué sabe un disco como este? “Al tratarse de un artista inglés -explica Álvarez-, nos hemos decantado por el té y para ello partimos de una maceración en frío de un Earl Grey Blue Flowers. Es un té de la casa barcelonesa SansiSans, concretamente el número 475, compuesto por té negro de Assam con bergamota y flores de aciano. Lo hemos combinado con leche, como los ingleses, con una cobertura de leche lactée supérieure 38% de cacao barry, con la que también preparamos las láminas que acompañan la crema”. El resultado es un helado con la textura característica de los helados de Esneu -como una delicada mousse de helado- y un sabor elegante y sutil, en el que ha conseguido que el sabor a chocolate no borre del mapa la sutilidad floral del té. Un helado para relajarse, podría decirse.

La historia de cómo empezó todo

Nos cuenta Guillermo Cerdá, socio junto a Jonathan Bordes de Abstrakce Records, que un día les escribió Rubén Álvarez a través de Instagram para decirles que acaba de comprar una de las referencias de su sello -Leimer / Marc Barreca-. Se declaraba fan del trabajo que hacían y quería enviarles unas tarrinas de helados como agradecimiento. No sabía por entonces que Cerdá y él tenían más cosas en común de lo que parecía.



La debilidad de Rubén Álvarez por el diseño gráfico e industrial -no hace falta más que ver las presentaciones de los helados de Esneu, con tarrinas cuadradas y planas con diseño de Made Studio o el “libro de instrucciones” en papel cebolla que lo acompaña- se adaptaba como un guante al trabajo que desarrolla Guillermo Cerdá en Obsolete, su taller de letterpress en Ruzafa (allí es de hecho donde se diseñan e imprimen a mano las portadas de Abstrakce Records).

El colmo de las serendipias fue descubrir que Guillermo había trabajado como cocinero en “otra vida” en restaurantes como Óscar Torrijos. Además, en su currículum consta haberse formando en Barcelona con uno de los mejores pasteleros del mundo, el francés Yann Duytsche. Sabiendo todo esto, a nadie le extrañará ya que Esneu y Abstrakce decidieran coordinarse para lanzar un loco maridaje de disco y helado.

Los helados Earl Grey Blue Flowers son de edición limitada; solo se producirán durante tres o cuatro meses. Los primeros pedidos -que pueden tramitarse a través de la web de Esneu- irán acompañados de unos tarjetones impresos y diseñados por el propio Guillermo en su taller Obsolette letterpress, y que corresponden a los incluidos en la edición del casette con el track list. El film que cubre el helado está personalizado con una interpretación visual de la portada del álbum y un QR que te lleva a la escucha del Public Flowers en el Bandcamp del sello.


“Siempre me ha gustado mucho la música electrónica. Viví la última etapa de la Ruta del bakalao, cuando todavía se pinchaba con vinilos -nos comenta Álvarez por teléfono desde su obrador en la localidad alicantina de Novelda-. Después fui metiéndome en la electrónica más underground, y de ahí a la música ambient. Al hacerme mayor, fui apreciando más los ritmos lentos y el estado de ánimo introspectivo en el que te mete este género musical. Me gusta mucho escucharlo cuando estoy solo en la cocina. El sello Guillermo y Jonathan es un referente a nivel mundial, y me hacía muchísima ilusión colaborar con ellos. La magia de la música, y la singularidad de proyectos como Abstrakce records y Obsolette Letterpress, nos alimentan el alma”, concluye.




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