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vuelta al cole

El diseño infantil no rancio es posible

Es llegar septiembre, «la vuelta al cole», los coleccionables, y el mercado se inunda de los peores diseños aplicados al material escolar y a ñoñas campañas de comunicación. Evidencian la necesidad de actualización del lenguaje gráfico para el público infantil y juvenil

| 01/10/2015 | 2 min, 49 seg

VALENCIA. Por qué la barrera entre lo infantil y el feísmo es tan fina a veces? Desde cualquier tipo de utensilio para bebé a material escolar para preadolescentes, todo tratado con exceso y sin mucho gusto, por no hablar del lenguaje utilizado históricamente para comunicar a los niños, referentes visuales que ya en los 80 estaban obsoletos y hoy en día surten nulo efecto en unos chavales que gracias a las nuevas tecnologías y a decenas de canales de televisión están más en contacto con nuevos lenguajes gráficos, y de forma nativa, que la mayoría de los adultos. El panorama actual del diseño infantil parece más enfocado a unos padres con nula cultura del diseño que a unos hijos que terminarán por reclamar lo que vean anunciado en la tele.

Pero lejos de esos horribles estereotipos cutres y preestablecidos, y tal y como decía precisamente la letra de Septiembre, de Carlos Berlanga, "a veces sale algún rayo de sol", se puede diseñar bien para niños sin ceder a horribles patrones. Y para colmo, la Comunitat Valenciana siempre ha tenido mucho que decir en este campo. No es casualidad que tanto la Asociación Española de Productos para la Infancia (Asepri, por cierto, con logo diseñado por el Premio Nacional Dani Nebot) como el Instituto Tecnológico del Juguete (Aiju) estén afincados en la Comunitat, territorio desde el cual se diseñaron algunos de los más populares juguetes de las últimas décadas.

en paralelo al auge a finales de los 80 del diseño valenciano, hizo que confluyesen diseñadores y público infantil dando grandes trabajos

Esto, en paralelo al auge a finales de los 80 del diseño valenciano, hizo que confluyesen diseñadores y público infantil dando grandes trabajos como los del colectivo La Nave en el sector, Sandra Figuerola y Marisa Gallén para Toy, Kumi Furió diseñando para Nancy o Manuel Bañó para Famosa diseñando los míticos Pin y Pon, Nenuco o Barriguitas. Incluso Paco Roca comenzó como ilustrador publicitario creando centenares de trabajos para la firma alicantina, en unos años en los que la industria estaba en auge y no se escatimaba en inversión en diseño para las empresas. Y es que donde ha habido industria, el diseño se ha fortalecido y focalizado de forma evidente, pero un par de décadas sin políticas de diseño en la Comunitat han pasado factura al tejido empresarial del diseño actual.

Por suerte, aquel histórico caldo de cultivo de excelentes profesionales dejó su poso, y aun sin una industria especialmente fuerte (o más bien en horas bajas), cabe destacar una vez más que el talento valenciano sigue dando sus frutos ahora para un mercado internacional.

(El resto del artículo se puede leer en el número 11 de la revista Plaza, ya a la venta).

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