GRUPO PLAZA

francisco contreras, el niño de elche

«Soy hijo de Elche como de otros lares»

El ecléctico cantaor mira al futuro con la misma intensidad con que retrata su pasado. Publica libro autorreferencial bajo el título No comparto los postres, colabora con Toundra en el primer disco de Exquirla y saca tiempo para hablar con Plaza

| 21/04/2017 | 3 min, 3 seg

ALICANTE,- Francisco Contreras Molina, Francis, Paco, Niño de Elche (Elx, 1985), actúa desde hace tiempo como molécula reactiva del panorama cultural, produciendo efectos inductivos, estéricos o de resonancia en función del agente que ataca su creatividad. Cantaor multidisciplinar que ha conjugado géneros tan diferentes como el flamenco, la poesía, el minimalismo, el rock, la libre improvisación, la performance, la electrónica o la música contemporánea, mezclándolos, agitándolos y transformándolos en un cóctel particular, uno de esos que seducen y te convierten en asiduo de los locales donde se sirve.

Siempre es un riesgo mapear su territorio, porque a cada pregunta se expande o se contrae entre los límites borrosos de su actividad frenética. Su producción, a día de hoy, va abriendo nuevos senderos en la selva sonora. Desde el niño prodigio de los palos más tradicionales del flamenco y la ruta de festivales y tablaos más selectos, con el ya lejano Mis primeros llantos (2007), hasta la reciente colaboración con el grupo de post-rock y noise Toundra, en el proyecto Exquirla y el disco Para quienes aún viven (2017). Entre medias, el Sí, a Miguel Hernández (2013), las colaboraciones con el grupo alicantino Seidagasa, plasmadas en los trabajos de 2012 Las malditas órdenes del coronel y Calle de Arriba, 73, una tirada limitada de cien cassettes con una sesión de grabación improvisada en la casa natal de Miguel Hernández.

La propuesta de minimalismo flamenco junto al guitarrista José Sánchez, ESTRATES. La electrónica demente junto con Los Voluble, en las diferentes encarnaciones del proyecto Raverdial, o el definitivo, en cuanto a repercusión en el universo indie, la última 'gran minoría', Voces del extremo (2015), con letras de Begoña Abad, José Luis Checa, Antonio Orihuela, Inma Luna, Francisco Fenoy Rodríguez, Bernardo Santos, Jorge Riechmann, Conrado Santamaría, Antidio Cabal y Enrique Falcón, representantes, la mayoría, de la poesía de la conciencia y el movimiento libertario.

Su impulso verbal y reflexivo le ha llevado a publicar en 2016 el difícilmente clasificable, como no podría ser de otra manera en un artista que huye de las etiquetas como de la peste, No comparto los postres (editorial Bandaàparte), un compendio de aforismos, conversaciones e iluminaciones.

Lea Plaza al completo en su dispositivo iOS o Android con nuestra app

-La primera parte de No comparto los postres (la memoria de retina agujereada de la infancia ilicitana) se encuentra bajo el epígrafe Francis. ¿Quién es (o era) Francis?

-«Francis» es como me llama mi familia, mis vecinos de Elche y mis amigos de la infancia. El nombre de Francis comienza a tomar otro plano de prioridad en el momento en que empiezo a dedicarme a cantar por Murcia y Andalucía donde era más común que me llamaran Paco que Francis.

-Elche se ha calcificado en tu nombre de marca, perdiendo parte del sentido de pertenencia. ¿Lo mantienes casi como una provocación?

-Lo mantengo por costumbrismo y de paso se da la curiosa situación de que mi nombre artístico suena a cantaor de flamenco de los años 20. 

(Lea la entrevista completa en el número 1 de la revista Plaza de Alicante)

next