Una de porteros

VALÈNCIA. "Sus compañeros lo idolatran", "tiene ascendencia sobre el vestuario", "muchos lo respetan como si fuese un padre", "genera un buen ambiente en la plantilla". Todas estas frases se comentan sobre Jaume Doménech desde hace años a poco que preguntes. Con la prensa fuera de Paterna, lejos de los entrenamientos y con los periodistas más intrépidos obligados a subirse a alguna rama y a achinar los ojos para tratar de ver, a través de una rendija entre un par de lonas, qué demonios pasa en la sesión de un miércoles cualquiera, los medios funcionamos por referencias. Así que cuando preguntas por la respuesta de Jaume Doménech en los entrenamientos te responden que "es muy competitivo" o que "se entrena como una bestia". 

Nadie te habla de sus condiciones técnicas, de sus puntos fuertes o sus puntos flacos, de su estado de forma... Y tu referencia suelen ser dos eliminatorias de Copa al año o algún encuentro aislado de Liga. El del lunes pasado en Montjüic fue su primer partido de LaLiga desde que el 21 de mayo de 2022 jugó los 90 minutos ante el Celta de Vigo en aquel partido intrascendente que se recordará porque la afición vació Mestalla. Aquella temporada la inició jugando por la lesión de Cillessen.

Con un portero suplente se ha de ser comprensivo porque la falta de minutos es normal que lo penalice en alguna acción. Un meta suplente tiene complicado jugar si el titular responde, mantiene el tipo y no se lesiona, pero, al mismo tiempo, en la élite un club debe tener garantizado que el sustituto para la portería sea de garantías y no esté oxidado por el paso del tiempo. Y con Jaume sucede que el club, con el que tiene buena relación, ha naturalizado que sea el suplente hasta que se retire -lo acaba de renovar, por ejemplo- sin preocuparse de cuál será su respuesta cuando el titular, en este caso, Mamardashvili, coja un catarro. Esa situación puede suceder por falta de medios en un equipo amateur, no en uno profesional, pero vista la gestión de las últimas temporadas con el lateral izquierdo o los centrales, la de la portería es una pifia más en el desatino deportivo de Meriton Holdings.

Jaume ha jugado esta temporada un partido y medio importante: el de octavos de final de Copa del Rey ante el Celta en Mestalla del 17 de enero, donde el Valencia cayó eliminado, y los 45 minutos del otro día ante el Barça. Ante el Celta las críticas cargaron contra Javi Guerra, Yarek y Jesús Vázquez, pero, ¿os acordáis de Jaume? Revisad los goles. Fijaos en el primero y también en el tercero. Encontraréis algún parecido razonable con lo que sucedió en Montjüic.

Este domingo, en un partido comprometido en el esprint final por acceder a Europa el próximo curso, Jaume estará bajo palos. Y el técnico babazorro Luis García, que no es tonto, cerrará todos los saques de esquina buscando el error de un meta que apenas despega del suelo en el salto. Kike García ya se está relamiendo.

El temor se acentúa cuando haces una proyección a futuro de la portería del Valencia. Si sale Mamardashvili, el club necesita un portero titular, pero también uno suplente que mejore a Jaume, aunque la lógica de Meriton y la economía dejarán otra vez al de Almenara con el rol de suplente. El drama será que el mercado se lleve a Giorgi a finales de agosto y que la dirección deportiva se quede sin los reemplazos elegidos porque estos se hayan cansado de esperar hasta última hora. En ese caso, sin tiempo para reaccionar, la responsabilidad de la portería descansaría en los guantes de Jaume. 

Otra lectura de la semana es que la confianza en Jaume, pese a sus defectos, deja entrever que no se confía en Cristián Rivero. El de Gandía acaba contrato en junio y tiene que replantearse su situación después de que las llaves de la portería sean, otra vez, para el 'Gat' . También me gustaría saber qué opinión tiene Ochotorena de esta situación.

Entiendo el valor de los intangibles que aporta Jaume. Cuando mucha gente los pondera serán ciertos, pero cuando escucho hablar del de Almenara me parece que estoy oyendo hablar de un tercer portero o de un futuro delegado de equipo, no de un suplente de garantías. Ese es el drama.