VALÈNCIA. Jeff Mils declaró, el pasado mes de julio en una entrevista a France24, que la música techno se había aburguesado y lamentaba que fuera cómoda y apolítica. Los géneros, subgéneros y sonidos ya no son espacios estancos, evolucionan, se mezclan, derivan en algo nuevo, a veces mejor, a veces peor, o todo lo contrario. La música, además de escucharla, necesita que sea creada y reflexionada. En esta línea, Club Gordo y los Estudios Millenia han organizado una jornada entorno a este subgénero de la música electrónica, con una masterclass de producción de techno a cargo de uno de los nombres más sonados de la escena nacional, el madrileño Tadeo.
Durante tres horas, el músico hablará de composición, producción y otras cuestiones artísticas y técnicas que le han servido como herramienta en su propio proceso creativo. “La manera de hacer las cosas es intuitiva y no se puede enseñar. Las clases son aproximaciones, como aprender a dibujar: hay que entender ciertos conceptos y saber trasladarlos con tus propias ideas”, explica el productor. ¿Hacemos una burbuja los medios de comunicación cuando hablamos de que cualquier persona puede hacer música? “En mi opinión, no. Para hacer techno no hace falta controlar de armonías, simplemente se ha de tener la capacidad de crear música y las herramientas, los instrumentos. Realmente, cualquier persona puede hacer una buena canción de techno desde su casa”, comenta, y compara la música electrónica “con lo que antes podía haber sido el jazz, el blues o el flamenco, géneros con un fuerte componente de improvisación”.
València en general y Club Gordo en particular suenan a techno. Lo hace porque tal vez sea el subgénero musical más parecido con el “sonido Valencia”, en lo sonoro y en su propia filosofía: oscuridad y hedonismo, esas son las dos claves de una fiesta o una rave valenciana. ¿Cómo diferenciarse en un momento sonoramente líquido, dónde además no hay una pedagogía popular para diferenciar más allá de la etiqueta “música electrónica”? “Se trata principalmente de la filosofía sonora, de una intención diría: el techno busca ser una experiencia introspectiva, recogida, oscura, que huye de la multitud del otros subgéneros como el house”, explica Tadeo. “No hay una base concreta, pero a la vez, es un subgénero que te permite hace dos canciones con los mismos sonidos, si le cambias la cadencia o la sonoridad de estos”, añade.
El año pasado, el productor lanzó in[said], un release de 10 canciones hechas únicamente con un 303 Bassline, una batería y un Absynth: “al final, ni siquiera se trata de seguir un proceso, sino de seguir una idea o un concepto hasta traducirla en música”, comenta. Y añade: “no se trata de tener muchos instrumentos o pocos”.
Sobre el estado de salud del género, no se corta en decir que el techno “ahora mismo no la tiene”, pero asegura que la tendrá cuando la respuesta al futuro la den la próxima generación de productores: “hoy en día, no hay una persona con mucha experiencia que pueda proponer algo totalmente renovador y fresco, así que dentro de unos años sabremos si la gente que está empezando ahora le sabe dar una respuesta”, explica. Volviendo a Jeff Mills, Tadeo está de acuerdo con él, “pero no por eso verlo mal”: “todos los géneros y los estilos nacen de una necesidad, cuando esta se cubre, siempre acaban siendo algo diferente”.
ACTUALIZACIÓN: La masterclass se ha aplazado a causa del coronavirus.
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El trío alicantino, una referencia de culto imprescindible para los seguidores de la primera etapa de la música techno y synth wave en España, vuelve a la palestra con un EP que rescata material inédito. En él se incluyen además dos relecturas de canciones de Todo Todo a cargo de los djs Luis Costa y JuanPablo
