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finalmente, este verano habrá conciertos

La música en directo resucita en València

Tago Mago, Loco Club y La Marina de València anuncian su vuelta tras la crisis sanitaria

10/06/2020 - 

VALÈNCIA. Aunque ya se hacía tarde, todo ha vuelto antes de lo esperado. Hace unas semanas, el podcast Músicas Sonadas reunía a los responsables de tres de las principales salas de conciertos de la ciudad de València y sus previsiones de la reapertura no eran nada esperanzadoras: “con suerte, en septiembre/octubre”, apostaban. Pues bien, ayer, desde tres fuentes y proyectos diferentes, hay una buena noticia: la música en directo volverá a València este mismo verano. Lo hará -lógicamente- de manera diferente. No se permiten bailes ni pogos, en algunas ocasiones habrá que llevar mascarillas, y las distancias de seguridad se tendrán que respetar incluso con los y las acompañantes. Pero la música en directa vuelve.

Uno de los proyectos que se reactivan es el de la sala Loco Club, de la calle Erudit Orellana. El próximo 19 de junio reabrirán sus puertas es un ciclo dedicado íntegramente a bandas valencianas y con unas condiciones muy específicas. La banda encargada para la reapertura es Wild Ripple, que presentará su nuevo LP, Bien/Mal. Bob Lazy, Star Trip, o INC, son otras de las bandas que han llenado la agenda de la sala hasta el 31 de julio. “Cuando hemos colgado el cartel, ha habido un aluvión de felicitaciones y mucho entusiasmo por parte del público, de familiares y de amigos. Ha sido realmente emocionante”, explica Lorenzo Melero, responsable del Loco Club. “Estamos contentos a pesar de la situación. Supongo que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey”, resume.

El aforo de la sala se reducirá a un centenar de personas, que se tendrán que distribuir entre sofás, barras, y sobre todo, una pista de baile con mesas y sillas. Si la primera fila es la obsesión de alguien, será una ocasión de lujo para ir quitándosela. “No va a ser igual, obviamente, pero se trata de quitarse el gusanilla de la múisca en directo y apoyar a los grupos locales y a las salas que lo vamos a pasar muy mal todo este año”, afirma.  De hecho, preguntado sobre la rentabilidad de este ciclo, explica: “No podremos sobrevivir mucho tiempo así porque con un tercio del aforo, los gastos fijos y de personal son los mismos. Este es un primer paso, en el que tanto los grupos como nosotros nos hemos apretado el cinturón. Todos hacemos por sobrevivir y nada más. Julio no será un mes de ganancias, sino de menos pérdidas. Por eso no sería una buena noticia poder eternizar el tercio del aforo”, concluye.

En la ciudad se vivirá una situación insólita durante los últimos años: un verano sin festivales. Todos los macrofestivales han tenido que cancelar. La mayoría trasladando su fecha a 2021, y otros a otoño e invierno. En este contexto, las citas más pequeñas tienen ahora vía libre, y uno de los que han aprovechado esta situación es Tagomago, que se celebrará en La Mutant el 24 y 25 de julio. Antoni Aura, explica a este diario que el cartel y la dinámica se sigue diseñando a estas alturas: aunque ya se ha renunciado a todas las propuestas internacionales (que intentarán reubicar a lo largo de otoño e invierno), siguen mirando el equilibrio de bandas nacionales y sobre todo locales, que adquirirán un protagonismo muy especial. El festival tendrá que adoptar y adaptar el protocolo aprobado por La Mutant sobre las medidas de higiene y prevención de contagios, pero “es una gran idea poder celebrarlo en estas fechas”, tanto para la organización como para los grupos y el público. Aura, que ha sido padre recientemente, ha tenido que lidiar con una reprogramación que cambiaba casi diariamente, “ha sido complejo, pero ahí estaremos”. Ya han confirmado a Wind Atlas, Alfa Estilo, Mausoleo y Sistema y pronto harán público el cartel definitivo.

Por último, ayer La Marina de València hizo público su protocolo para su ya anunciada vuelta de sus conciertos en La Pérgola, que adelantó Culturplaza. Se trata de una quincena de medidas que se deberá tener en cuenta para poder ofrecer el concierto a 400 personas. Se hará en sillas agrupadas de dos en dos y manteniendo la distancia de seguridad con el resto.  El acceso al recinto se controlará y se hará de manera escalonada en función del número de localidad que se tenga. Asimismo, habrá marcas en el suelo con la distancia de seguridad para el acceso al recinto, el servicio de venta de bebidas y para los baños; cartelería informativa con las medidas higiénico-sanitarias; desinfección y limpieza de todo el recinto, los WC y el mobiliario, antes y después del evento; personal de limpieza durante todo el evento en los aseos; hidrogel, papel secamanos y lavamanos en los baños, así como dispensadores de hidrogel en distintos puntos del recinto. Todo el personal del evento llevará mascarilla y el que atienda a las barras y limpieza, mascarillas, guantes y equipo de protección necesario. Los trabajadores conocerán el plan de prevención y las especificaciones concretas de su puesto de trabajo. También se fomentará el pago con tarjeta o medios que reduzcan el contacto; se repartirán vasos desechables y ecológicos y los artistas dispondrán de un vestuario que cumpla las medidas preventivas y de limpieza higiénico-sanitaria.

“Psicológicamente estábamos tan hundidos que nos llegamos a plantear que no habría música en directo en todo el verano en València. La sensación de estar cerca de la reapertura y de notar que se van programando cosas en la ciudad es una inyección muy positiva de fuerza”, explica Quique Medina, programador del ciclo, que empezará con Is.Las y Mausoleo el próximo 16 de julio y se extenderá durante una parte importante del verano. “Sin duda, la experiencia va a ser diferente, pero una vez superado esto, ha sido una ejercicio de creatividad y un reto de adaptación. Nuestro cartel tiene desde punk hasta cumbia, que son géneros que tal vez no llamen mucho a estar sentado, pero no queríamos limitarlo. Creo que estas circunstancias tan extrañas también crearán un recuerdo muy concreto de cómo fue la música en directo en 2020”, concluye Medina.

En todo caso, este diseño irá mutando conforme la situación sanitaria vaya cambiando. Los responsables de estos tres proyectos coinciden en sus palabras con dos ideas: la primera, que la salud irá primero que la música siempre; y la segunda, que están preparados tanto para relajar sus condiciones como para volver a la casilla de salida. Por ahora, en todo caso, ya no hace falta soñar con la vuelta de la música porque ya está ahí, aunque el baile de celebración aún tenga que ir por dentro.

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