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El termómetro de la confianza
Frío y calor en torno a Alberto Fabra

X. AGUAR. 12/09/2013 El curso político se ha iniciado con sobresaltos para el PPCV. El presidente Fabra empieza a ver con quién puede contar y con quién no de cara al resto de legislatura

VALENCIA. El inicio de curso político no está siendo sencillo para el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra. Decepciones como el rechazo del PP nacional a aprobar la reforma estatutaria valenciana, han vuelto a poner en tela de juicio su capacidad de liderazgo. En la Comunitat, el partido sigue en estado de ebullición: los rumores sobre las dudas acerca de la futura candidatura de Fabra o las conspiraciones -meramente verbales- en determinados cuadros del partido, evidencian que el presidente tendrá que poner todo su empeño en unir a la formación en este algo más de año y medio que resta para las elecciones.

En este punto, y con más de dos años de mandato a sus espaldas, Fabra ya puede empezar a determinar quiénes son los que no confían en él, quiénes permanecerán a su lado dependiendo de lo que ocurra en los próximos meses y quiénes han unido su destino al líder del PPCV o se encuentran en su círculo más próximo de confianza. Según lo acontecido en los últimos meses y las reflexiones de diversas fuentes populares consultadas por este diario, ValenciaPlaza.com ha diseñado un 'termómetro de confianza' sobre el presidente en el ámbito interno: los dirigentes del PP que más interactúan con la Comunitat y su presidente y el grado de compromiso o respaldo hacia el jefe del Consell.

Cristóbal Montoro

-Cristóbal Montoro y José Manuel García Margallo. Los ministros helados. El titular de Hacienda ha ejercido ‘mano dura' desde el primer momento con la Comunitat Valenciana. Las concesiones han sido mínimas y prácticamente nulas en las grandes reivindicaciones: inversiones y financiación autonómica.

En cuanto a Margallo, no ha terminado de sintonizar con el presidente del PPCV. Diversas fuentes del partido señalan que el ministro de Exteriores no confía en las posibilidades de Fabra y ve con buenos ojos el ascenso de dirigentes como la consellera María José Catalá.

Camps y Cotino

-Francisco Camps y Juan Cotino. Frialdad compartida. La absolución por el caso de los trajes no implicó ninguna mejora política para el expresidente de la Generalitat, con quien Fabra ha mantenido una distancia constante e inamovible. Este hecho, ha molestado a los fieles a Camps, así como a varios de los dirigentes imputados.

Por su pado, el presidente de Les Corts, Juan Cotino, ha experimentado un descenso evidente de poder con la llegada de Fabra, quedando relegado a actor secundario en la cámara valenciana. No obstante, aún conserva contactos en Madrid como, precisamente, el ministro Margallo.

Castedo y Barberá

-Sonia Castedo y Rita Barberá. Las alcaldesas 'tocadas'. La primera edil alicantina, imputada en una rama del caso Brugal, ha perdido la conexión presidencial. Aunque de momento resiste, el mensaje que se desliza entre los populares es que, a día de hoy, no repetirá como candidata.

La alcaldesa de Valencia, desde el primer momento no ha mostrado feeling con el presidente Fabra. Ahora, se encuentra a la espera de conocer si la imputan o no en el caso Nóos: de no ser así, y con sus contactos en Madrid y cartel político, el liderazgo de la alcaldesa puede incomodar a Fabra.

-Alfonso Rus y González Pons. Cerca o lejos. El líder provincial y presidente de la Diputación de Valencia ha sido un activo discordante para Fabra buena parte de estos dos años. La elección de Serafín Castellano como secretario general del PPCV, causó fuerte malestar en el barón provincial. En los últimos meses, la relación entre Rus y Fabra ha mejorado, sobre todo con la perspectiva de que Castellano pudiera abandonar su cargo en el PPCV si resultaba imputado en el caso Taroncher. Tras el archivo de la querella, conocido este martes, los nervios pueden regresar a la dirección provincial.

Alfonso Rus y Esteban González Pons

Por su parte, el vicesecretario de Comunicación del PP y diputado nacional, Esteban González Pons, quien precisamente mantiene buena relación con Rus, es uno de los dirigentes ‘incógnita'. Fuentes populares señalan que sus aspiraciones van dirigidas, si Mariano Rajoy no le incluye en el Gobierno, a convertirse en el futuro relevo de Rita Barberá. Públicamente siempre ha respaldado a Fabra, aunque no son pocos los que desconfían de que maniobre internamente en Madrid para que no consolide su liderazgo.

María José Catalá

-María José Catalá y Javier Moliner. Jóvenes con Fabra... y con futuro. La consellera de Educación es una de las responsables políticas con mayor proyección del PP valenciano. Fuentes populares ya la señalan como posible candidata si fuera necesario relevar a Fabra, una posibilidad que muy pocos contemplan a corto plazo y que desde el entorno de la consellera se apresuran a rechazar.

En cualquier caso, Catalá no descuida en ningún momento las posibilidades de crecer o incrementar su influencia en el partido.

Por otro lado, y también por debajo de los 40 años, se encuentra el presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner. Próximo a Fabra, al que conoce desde sus primeros años en política, es uno de los puntos de apoyo en la provincia para el presidente, aunque diversas fuentes populares también apuntan al deseo de Moliner de ganar peso y controlar la provincia.

-Serafín Castellano y José Císcar. Los 'número dos', con el presidente aunque por separado. El secretario general del PPCV fue impuesto en su cargo por Fabra pese a la oposición de Rus o Barberá. Castellano, también conseller de Justicia, no ha logrado dominar la provincia de Valencia y tampoco ha sumado las simpatías del entorno del vicepresidente y líder provincial de Alicante, José Císcar.

Esto ha incrementado el aislamiento de Castellano, que aunque ha salvado su matchball en el caso Taroncher, sigue sin tener una posición de fuerza. Sus detractores recuerdan que estuvo con Eduardo Zaplana, después con Francisco Camps y, finalmente, con Alberto Fabra, por lo que auguran un reposicionamiento si el presidente cae en el ostracismo.

Serafín Castellano y José Císcar

En cuanto a Císcar, continúa siendo el escudo del jefe del Consell. El número dos del Ejecutivo sigue dando la cara en las cuestiones más espinosas con las que lidia el Gobierno valenciano. Aunque dentro del partido hay quien opina que el vicepresidente aprovecharía una oportunidad de ser el ‘número uno', desde su entorno afirman que Císcar mira en dirección a Alicante cuando habla de su futuro.

-Manuel Llombart y Máximo Buch. Los consellers de confianza. El titular de Sanidad y el de Economía se han convertido en los dos responsables de Gobierno que mejor trato tienen con el presidente. De hecho, según apuntan fuentes de la Generalitat, la sintonía de Fabra con estos dos consellers supera el ámbito de gestión y alcanza el plano personal. En este pequeño círculo también se encuentra la secretaria autonómica de Organización de Presidencia, Esther Pastor.

Alberto Fabra y Máximo Buch 

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