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VALENCIA (EP). El nombre de Felix Herngren no tiene demasiado eco en España, pero sí en Suecia, su país de origen, donde además de ser un conocido actor y cómico, también es el director de la película más taquillera de su país: El abuelo que saltó por la ventana y se largó. El filme, que llega a las pantallas españolas este viernes 11 de julio, está basado en el best seller homónimo y que ha logrado superar en asistencia a la adaptación de Stieg Larsson Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres, con más de 1,5 millones de espectadores y una recaudación de 16 millones de euros.

La clave probablemente está en el carácter agridulce de esta comedia, según ha destacado el director de la película durante una entrevista concedida a Europa Press. "Me gustan las escenas que no son solo divertidas o cariñosas, me gusta que sean un poco políticamente incorrectas, es más liberador", ha señalado.

Cuando Herngren se acercó a este proyecto, el libro aún no había vendido tantos ejemplares y, según cuenta, fue durante el rodaje cuando día a día vieron atónitos cómo las cifras subían como la espuma. Al tiempo que crecían los números, aumentaba también la "presión", en palabras del director.

En este filme, los aspectos más dramáticos se convierten en meras anécdotas que ayudan a construir la vida de Allan Karlsson, un anciano a punto de cumplir los 100 años que se ve inmerso en una trama criminal que lo anima aún más a disfrutar de su vida. En ella, Herngren repasa algunos de los acontecimientos más importantes del siglo XX, en los que el protagonista conoció a Einstein, Franco, Stalin, Reagan y Gorbachov, entre otros.

Para plasmar el paso de los años, desde que el protagonista nace hasta que cumple un siglo de vida, el director quiso recurrir a un único actor para interpretar el periodo de existencia desde los 25 hasta los 100 años: el cómico sueco Robert Gustafsson, conocido por muchos como el "hombre más divertido" del país.

"La película es una construcción de un mundo de fantasía, y si en su desarrollo se cambia al actor se rompe la magia. Lo perfecto era elegir a alguien que tuviera unos 50 años y que pudiera estar en estos grupos de edades", comenta.

En palabras de Herngren, este era un "papel muy difícil", que requiere "mucho talento" y que también "ha de ser muy cómico". "Gustafsson ha sabido aprovechar estos momentos. Además, fue un rodaje duro, muy difícil para una persona mayor, hubiera muerto con estrés y tensión", bromea el director.

Herngren opina que el apoyo del gobierno a la industria cinematográfica es importante y bueno para proyectar la imagen de Suecia y cree que su país debería involucrarse aún más. Sin embargo, ve también esencial el apoyo de los inversores privados, algo que resulta "complicado hoy en día".