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VALENCIA."En mi juventud, nunca llamé a las puertas oficiales, sino a las de los talleres, y así aprendí a dominar los distintos materiales", Mariano Benlliure.

Cada Nou d'Octubre es especial para los ciudadanos de la Comunitat y es muy habitual que los periódicos amanezcan trasladando el sentir de numerosos valencianos y valencianas hablando del orgullo de serlo.

Hoy me dirijo a ustedes como uno más de esos valencianos para compartir con todos la celebración de nuestra fiesta cívica por antonomasia. Se trata de una fecha cargada de simbolismo, que siempre ha marcado hitos en la historia de nuestra Comunitat, desde la entrada del Rey Jaume I en Valencia hasta la aprobación de nuestro Estatut, hace ahora 30 años.

Quiero hablar con los ciudadanos de esta Comunitat de manera abierta, sin escudarme en eufemismos, sin usar paños calientes. El momento actual es, posiblemente, el más duro que nos ha tocado vivir como sociedad desde que la Comunitat es Comunitat.

Algunos han querido convertir la crisis económica, terrible, en una crisis del Estado de las Autonomías. Hoy quiero decirles que la Comunitat Valenciana ya es lo que es y no entra en debate. Que la historia de nuestro pueblo, que empezó a escribirse con letras de oro precisamente un Nou d'Octubre, no habla sólo del pasado. Es presente y es futuro. Somos valencianos y eso no tiene nada que ver con competencias o con crisis puntuales. Es un ser, no un estar que pueda ir cambiando según las circunstancias.

Es un ser emprendedor, constante, visionario, valiente. Como fue Mariano Benlliure, al que recordamos 150 años después de su nacimiento porque fue exponente de todas esas cualidades. He querido abrir este escrito con sus palabras porque él no hablaba de puertas abiertas o cerradas. Hablaba de puertas a las que llamar. Hablaba de las puertas a las que decidió llamar y de las oportunidades que encontró detrás.

Tres décadas después de aprobar nuestro Estatut, no hablamos ya de mayoría de edad. Hablamos de madurez. De saber lo que somos, lo que queremos y a dónde queremos llegar. Hablamos de una sociedad protagonista, que sabe escribir su futuro. Siempre he creído que la fuerza de la Comunitat es la fuerza de su gente. Que las instituciones tienen que acompañar, ayudar, facilitar... pero nunca ser el destino final, porque eso limita el potencial de este pueblo, le impide "llamar a las puertas de los talleres".

En el Día de la Comunitat Valenciana, apuesto por llamar a las puertas, por buscar las oportunidades como sólo los valencianos sabemos hacerlo. Para "dominar los materiales", como dijo Benlliure, para vencer a la crisis.

Feliz Nou d'Octubre.

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(*) Alberto Fabra Part. President de la Generalitat