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VALENCIA. Quince días ha durado en Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) Sonia Miralles como jefa del gabinete de Rosa Vidal, la nueva directora general y presidenta del consejo de administración. Una suerte, dicho sea con todo respeto a los motivos personales, si los hubiera, para el futuro de la ¿nueva? Canal 9. Porque si le echara un vistazo al insigne curriculum profesional de la dimisionaria se echaría a temblar.

La hija de Vicente Miralles Troncho puede que sea una desconocida para muchos valencianos, pero los castellonenses la conocen bien. Quizá no tanto como a su padre, el mítico Troncho, un auténtico precursor de los telepredicadores de ultraderecha que tanto éxito cosechan en determinadas radios y televisiones basura que pueblan el espectro digital. Sonia heredó el espacio que su padre popularizó en Televisión de Castellón, más conocida como Tele Troncho, y ahondó en ese panorama televisivo indecente que da voz a auténticos iletrados con ganas de vociferar y dispuestos a solventar cualquier indicio de discrepancia con un buen golpe de estado. 

¿Exagerado? Juzgue por ustedes mismos. En el video que está a los pies de estas líneas, un reportaje de Info TV sobre Carlos Fabra, El país dels cecs, se recogen momentos impagables del modelo de televisión que promovía Sonia Miralles en Castellón. El reportaje vale la pena entero pero si quieren ir al grano vayan directamente al minuto 38: 

El nombramiento de Sonia Miralles como jefa de gabinete de Rosa Vidal ya fue polémico hace dos semanas por su marcado perfil político. ¿De quién fue la idea? Su hagiografía constante de Carlos Fabra, aquí hay una muestra, deja bien a las claras siu no idoneidad para una televisión pública que se pretende moderna y democrática, aunque gestionada desde o por el sector privado.

Lo que de verdad debería haber despertado las alarmas era su concepción del medio al que iba a trabajar. Porque si Canal 9 tiene muchos pecados del pasado que purgar, la mejor manera de empezar un nuevo camino de redención no era precisamente el de poner en el entorno de la máxima responsable a una persona dispuesta a hacer callar plumas o cerrar micrófonos (vean el vídeo del homenaje a Fabra, vean), o  convertir a la tele pública algo parecido a Tele Troncho (si no lo era bastante). Veremos quién la sustituye, pero ya se ha producido el primer traspiés.