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cuando había uhf

'Espacio 1999': Houston, tenemos muchos problemas

La serie fue pensada para marcar un antes y un después en la historia de la ciencia ficción televisiva pero se quedó en un quiero y no puedo

| 26/01/2019 | 5 min, 48 seg

VALÈNCIA.-En España fue estrenada como Espacio 1999 con grandes expectativas pues era considerada como la serie que revolucionaría la fantasía en televisión. Sin embargo, fue un experimento fallido que ni siquiera logró convertirse en serie de culto.

Estamos en el 13 de septiembre de 1999. La luna se ha convertido en un puesto de vigilancia ante posibles avanzadillas extraterrestres. Trescientas once personas habitan la base Alpha, capitaneadas por el comandante John Koenig y la doctora Helen Russell. Pero el lado oscuro del satélite ha sido utilizado también como vertedero de energía nuclear y, un buen día, explota. El impacto saca a la luna de su órbita, el satélite sale despedido y se pierde en la inmensidad del espacio. Los habitantes de Alpha no pueden regresar a la tierra y han de intentar establecerse en cualquier planeta con el que se crucen —objetivo que, por supuesto, nunca consiguen—. Con esta premisa argumental, el tándem formado por Gerry y Sylvia Anderson —a ellos les debemos series como Thunderbirds o Capitán Escarlata— se sacaron de la manga una serie hecha en Inglaterra pero pensada para el mercado estadounidense. Y así fue cómo nació una de las producciones más descabelladas de la televisión de los años setenta.

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Ojo, estamos ante la serie de ciencia ficción que hizo que Isaac Asimov se tirara de los pelos porque absolutamente ninguno de sus planteamientos se sostenía científicamente. El bueno de Asimov apuntaba, por ejemplo, que de haber ocurrido una explosión nuclear en la cara oscura de la luna, el satélite habría salido disparado en dirección a la tierra, y no al contrario. Pero la lógica era algo que a los Anderson no parecía importarles demasiado, y así les quedó el producto, que se estrenó en 1975 y duró dos tristes temporadas. La falta de seriedad que en otras series se transformaba en encanto —pongamos por ejemplo Perdidos en el espacio, de Irwin Allen—, aquí terminaba por resultar irritante. Porque al fin y al cabo, los Robinson eran una familia simpática. En cambio, el dúo protagonista de Espacio 1999 era lo contrario, la típica pareja que rezas para que no te toque jamás como vecinos. 

Pareja mal avenida

Martin Landau y Bárbara Bain venían de la exitosa Misión imposible. Cuando les ofrecieron protagonizar Espacio 1999 eran también pareja sentimental. La química que tan bien funcionó en la serie anterior se desvaneció completamente al llegar a la base Alpha. Koenig era pedante como él solo, pues tenía siempre respuesta a todos los misterios del universo. Dicen las malas lenguas que el vanidoso Landau ya se las arreglaba para quedarse con las mejores frases de los guiones. En cuanto a la doctora Russell, era un ser hierático. Su expresión era la misma tanto si les atacaban alienígenas como si se rompía una uña. Los personajes parecían hechos de cartón lunar y los guiones parecían escritos por aprendices pero, para compensar, la factura visual era impecable a todos los niveles. Las naves, miniaturas creadas a escala, eran ciertamente espectaculares. De hecho, el mismo equipo que las creó ganó un Oscar unos años después por los efectos especiales de Alien. Desde el principio, Espacio 1999 fue publicitada como la producción más cara de la televisión británica pero, sin embargo, no fue suficiente para atraer a los espectadores.

En medio de tantas caras serias, las estrellas invitadas se convirtieron en uno de sus mejores alicientes. Con la industria cinematográfica inglesa atravesando una crisis, no fue difícil contar con nombres como los Christopher Lee, Peter Cushing o Ian McShane. También hay una memorable intervención de Joan Collins en el capítulo La misión de los Darianos, en el cual aparecía ataviada con una peluca metálica que cualquiera podía confundir con un centro de mesa navideño. Y es que hay que subrayar que cada vez que los habitantes de la base Alpha se encontraban con formas de vida extraterrestre, todas ellas tenían una morfología descaradamente humana (y además hablaban un perfecto inglés).

Es el caso de Maya, una alienígena encarnada por Catherine Schell que se une a la colonia lunar en calidad de asistente científica. Maya tiene a gala ser el primer personaje femenino de la televisión que luce patillas. Pero sobre todo, posee el poder de metamorfosearse en cualquier animal terrestre. Teniendo en cuenta que en la base no hay ninguno y que están a años luz del planeta, es asombroso que conozca alguno. Vais entendiendo a Asimov, ¿verdad?

Landau declaró que para él Star Trek era una serie violenta porque las naves estaban llenas de armas. La base Alpha, en cambio, no lo estaba.

Toda la tripulación de la base iba vestida con uniforme unisex. El diseño fue obra del diseñador Rudi Gernreich, creador del monokini, traje de baño que dejaba al desnudo el pecho femenino. Sus diseños para el mundo de la moda fueron revolucionarios y su aportación a la serie fue de lo mejorcito de esta. Entre lo peorcito fueron, además de lo que ya se ha contado aquí, las constantes comparaciones con Star Trek. Espacio 1999 tenía inevitables paralelismos con la que fuera la gran madre de las series televisivas de sci-fi. Sin ir más lejos, el personaje de Maya fue rápidamente tachado de pobre intento de meter un Doctor Spock en la base Alpha.

Mientras que Star Trek derrochaba filosofía y así, los humanos nunca veían enemigos en otras especies y creían en la posibilidad de la convivencia, los protagonistas de Espacio 1999, monstruo que veían, monstruo que intentaban borrar de la faz del planeta en el que se encontraran. Los votantes de Vox les habrían hecho la ola. Landau declaró que para él Star Trek era una serie violenta porque las naves estaban llenas de armas. La base Alpha, en cambio, no lo estaba. Pero teniendo en cuenta que no sabemos de dónde sacaban la comida y que a pesar de estar a años luz de cualquier estrella siempre había luz en la superficie, lo de ir desarmados sería más por meninfots que por pacifistas. El excelente diseño de las naves no fue suficiente para Espacio 1999, que acabó antes de 1978. 

* Este artículo se publicó originalmente en número 51 de la revista Plaza

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