VALÈNCIA. House of Chappaz se ha convertido en una mansión encantada, deambulan por la galería los fantasmas de Mit Borràs, que habitarán el espacio hasta el próximo 2 de febrero. Estos protagonistas llevan abrebocas, visten de rosa pastel y se mueven hacia un futuro distópico, que tal y como desvela el texto de sala -compuesto por Aurélien Le Genissel- se parece más bien a un territorio “liminal y fantaseado, fuera del tiempo y del espacio”, en el que hay una versión de lo que sería el limbo del capitalismo. En una videoinstalación que preside la galería la performer Rachel Lamont revela a través de sus movimientos una danza que habla sobre la fragilidad, la mortalidad y sobre una “fusión entre lo arcaico y lo ultra-tecnológico”, que se da la mano con el resto de piezas de la muestra, que van desde mesas de masaje hasta sillones ortopédicos, generando un paseo de lo más peculiar.
Desde el interior de la mansión encantada el galerista Ismael Chapaz contempla esta danza desde su perspectiva de simple mortal que se rinde a la las proyecciones Adaptasi Cycle del artista, que le hacen reflexionar sobre ese futuro imaginado: “Es una manera de crear su propia historia y mitología, que casa con las corrientes filosóficas más humanistas para hablar de determinadas prácticas más complejas. Los fantasmas hablan de un futuro que no ha llegado, con estéticas hiperfuturísticas que acaban siendo completamente contemporáneas y actuales”, explica.
Borràs se apoya en Matthew Barney como referente, en su trabajo también se analizan los entornos de esa “mitología del futuro” con personajes a los que el visitante querría espiar tras una mirilla. Tal y como lo define Le Genissel esto se da la mano con la ciudada “estética y sinestesia de sus instalaciones” generando un trabajo que se acerca más al diseño y la publicidad que al arte: “Su universo es una atrevida manera de sumergirse en las cuestiones metafísicas de siempre. Los dioses por venir tienen caras biónicas, máscaras antiarrugas y chándals de diseño”, añade sobre estos protagonistas fantasmagóricos.