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El muvim expone 100 falsificaciones

¡Manos arriba, esto no es Pinazo! Así funciona la 'policía del arte'

La Unidad de Patrimonio de la Policía de la Generalitat exhibe un centenar de obras falsas, mal atribuidas o copias no autorizadas

29/03/2023 - 

VALÈNCIA. Hace algunos días amanecíamos con varias fotografías distribuidas a través de las redes sociales que mostraban el arresto del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Las imágenes, sin embargo, habían sido creadas a través de herramientas de Inteligencia Artificial, un bulo que algunos dieron por cierto ante la aparente veracidad de las fotografías. Mucho más fácil de detectar fue el truco visual llevado a cabo por el youtuber iOA, que recreó cada detalle del Motomami Tour en la ciudad de Lima. Este imitador de Rosalía reunió a miles de espectadores en el anfiteatro del Parque de la Exposición de la capital peruana, un show que quiso contentar a los fans de la cantante, cuya gira –la real- no pasó por el país. Y si de engaños virales va la cosa, uno de los más populares fue la campaña publicitaria que ‘resucitó’ a Lola Flores para promocionar una marca de cerveza, un anuncio desarrollado con la técnica del deepfake.

En la era del engaño y del bulo se hace cada vez más necesario contar con fuentes de información fiables y contrastar, pero no se equivoquen: han cambiado las técnicas, pero eso de engañar no es cosa nueva, bien lo saben los expertos en arte. Nos ponemos en situación: ante nosotros, un cuadro. El manejo del trazo y el color nos indica rápidamente que estamos ante un Sorolla. La temática, una escena de costa, también. Está firmado, de hecho, por Joaquín Sorolla. Le acompaña, además, un certificado de autentificación que confirmaría que esa pieza, Las barcas, es real. Pese a todo, lo que tenemos frente a nuestros ojos no es un cuadro pintado por Joaquín Sorolla, sino una falsificación. Detectar las obras de arte falsas no siempre es sencillo, no todas son como el concierto de la ‘Rosalía peruana’, pero tampoco imposible.

Fue en el año 2014 cuando se creó la Unidad de Patrimonio de la Policía de la Generalitat, un grupo especializado en luchar contra este tipo de delitos… aunque la legislación no siempre les facilite el camino. “Lo que nos sorprendió en 2014 es que esas obras se devolvían a sus propietarios, esto no ocurre con un billete falso. Es el cuarto delito que más dinero ilegal genera [pero] no crea alarma social”, explica Antonio López, jefe de la unidad. Desde la Policía de la Generalitat subrayan que la normativa española sigue sin ser especialmente clara ni dura ante este tipo de delitos, aunque cada vez se concreten más, un freno que pasa forzosamente por el ámbito de la divulgación.

De Warhol a Sorolla

Y es ahí donde la Unidad de Patrimonio entra de lleno en el museo con la exposición Falso. El arte del engaño o el engaño del arte, que acoge el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM), una muestra que presenta más de un centenar de obras falsas, mal atribuidas o copias no autorizadas que han sido intervenidas por la unidad en los últimos años. Piezas que en su día se vendieron como originales de Sorolla, Eusebio Sempere o Juan Genovés comparten espacio con otras atribuidas a Andy Warhol o Banksy. Eso sí, algunas más conseguidas que otras. “Hablamos de falsificadores profesionales y de otros que no lo son tanto. Hay casos de falsificaciones groseras y fáciles de detectar, pero hay otros que requieren un análisis de pigmentos y otras técnicas especialmente sofisticadas”, explica López.

El policía señala ejemplos dispares como el caso de un jarrón íbero que para hacerse pasar como auténtico pasó un proceso de enterramiento, quemado y fracturación o la imitación del craquelado en una pintura con barniz y un soplete de cocina. También se ha confirmado el auténtico origen de algunas piezas gracias al análisis de los pigmentos, que han desvelado el uso de materiales comercializados tras la muerte del autor, mientras que otras eran más evidentes, pues apenas se incluía la nueva firma con un nuevo papel. Imaginación al poder. 

Pero, a todo esto, ¿qué pasa con el comprador? “Sabemos que hay falsificadores porque falsificando se gana dinero, pero lo que me costaba entender era la situación del comprador, ¿por qué hay personas dispuestas a gastar tanto dinero en algo que no conocen?”, reflexiona Carmen Gracia, comisaria de la exposición, catedrática de Historia del Arte de la Universitat de València y exdirectora del Museo de Bellas Artes de València. En este sentido, explica, entra en juego la “fascinación” por lo antiguo en el caso de piezas, por ejemplo, arqueológicas, un brillo en los ojos que aumenta ante la posibilidad de contar con una pintura o escultura creada por un “genio” de la Historia del Arte.

“Hay determinados seres ‘superiores’ capaces de una creatividad muy elevada, por encima de lo común. Cuando se presenta una obra supuestamente firmada por Goya o Velázquez se me ofrece la posibilidad de tener a un genio. Esta es la palabra que se compra, no la obra”, apunta. Esta fascinación hace que, en muchas ocasiones, “baje el nivel de exigencia” de un comprador cegado por contar con una ‘estrella’ en su colección, un listado que en el caso de València cuenta con Sorolla, Benlliure, Pinazo o Segrelles como algunos de los más falsificados, un grupo que se completa con otros nombres muy repetidos como Picasso, Goya o Modigliani.

6.105 obras intervenidas

Es precisamente el Modigliani una de las ‘joyas de la corona’ de la colección de falsificaciones de la Policía de la Generalitat, un cuadro que, de no haber sido interrumpida su comercialización, habría alcanzado un valor de mercado de en torno a los 50 millones de euros. Esta es una de tantas intervenciones que se han llevado a cabo en los últimos años, una década en la que la Policía de la Generalitat ha intervenido 6.105 obras, principalmente objetos arqueológicos así como 650 obras pictóricas y 155 esculturas, elementos valorados en total en 375 millones de euros. De entre ellas, más de un centenar se despliega ahora –y hasta el mes de septiembre- en la Sala Parpalló del MuVIM, un proyecto que quiere proponer un "paseo por el lado oscuro de la historia del arte", explicó Amadeu Griñó, jefe de exposiciones del museo, que presentó la muestra junto a la diputada Glòria Tello y al director Rafa Company

Si bien las investigaciones sobre la propia pieza dan en gran medida las respuestas sobre su origen, en el momento de la transacción uno pensaría que la documentación en torno a la misma es la clave para determinar su autenticidad, sin embargo desde la Policía de la Generalitat apuntan que no siempre es el caso. “La documentación que acompaña una obra es opcional, pero con ella se gana la confianza del comprador. El exceso de documentación no es garantía de originalidad, no es cuestión de cantidad sino de quién las emite y qué conocimientos le respaldan”, explica López. En este sentido, desde la Unidad se apunta a la conveniencia de acudir a un experto en el autor o época en cuestión y no a cualquier historiador, así como a las instituciones que puedan trabajar su obra y casas de subastas de renombre para así evitar que te den por Goya a Perico el de los palotes. 

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