VALENCIA. En 1996 Mercedes-Benz iba a revolucionar el segmento de los descapotables con el lanzamiento del SLK. Una nueva era que también se iniciaba con la aparición de su más directo y también exitoso rival, el Z3 de BMW, aunque la firma de la estrella aportaba un toque claramente diferenciador gracias a la introducción de su techo duro escamoteable.
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Con el permiso del Z3, se puede afirmar que la aparición del SLK supuso un antes y un después para un renacido sector como el de los roadsters. Ahora, veinte años después, Mercedes-Benz mantiene su apuesta por este exclusivo y diferenciador mercado con una nueva generación de su cabrio de dos plazas, bajo la denominación SLC.
(Lea el artículo completo en el número de mayo de Plaza)