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Patrícia Pardo da abrigo escénico al poemario musical de Rafa Xambó 'Cantata de València'

La relación de amor y odio de los artistas con València se hace poesía, teatro, danza, videoarte y acrobacia

14/12/2022 - 

VALÈNCIA. El cantautor y sociólogo Rafa Xambó ha recogido en su disco-libro Cantata de València un seguido de contradicciones para definir las emociones que le despierta el territorio. Su ciudad le inspira tanta estima como vergüenza, la maldice como la desea. En su viaje emocional por la historia cultural de la región desde los años cincuenta hay recuerdos de su bombardeo, su dolor, su devastación y su lascivia. La obra es, en suma, una constatación de los sentimientos de amor y odio que su tierra despierta a los artistas.

La dramaturga y directora Patrícia Pardo ha tomado ese compromiso político y estético en la propuesta de Xambó y le ha dado abrigo escénico en un montaje que verá la luz el próximo 22 de diciembre en el Teatre Principal. Los versos y la música del cantautor se dinamizan con videoproyección, danza contemporánea, teatro, acrobacias y artes plásticas.

Pardo adora València. Incluso bromea definiéndose como una de esas personas que aseguran vivir en la mejor ciudad del mundo. Pero eso no quita para que le asalten crisis. En concreto y en el presente le duele “el vacío de imaginario en las políticas culturales”. A la veterana creadora le causa especial desazón el empleo del término industria cultural por parte de Conselleria, “una nomenclatura acuñada por la derecha y contra la que nos resistimos desde el sector porque articula una forma de entender la cultura que no compartimos”.

Un recorrido emocional a través de seis poemas

El libro, como el espectáculo, recorre la historia de esta tierra en seis poemas: repressió, eufòria, amistat i memòria, amors impossibles, degradació i esperança. Las entregas sirven como recorrido cronológico desde la represión de posguerra a la actualidad.

Para aquellos desconfiados que al leer poesía y política sientan un pronto de rechazo, la dramaturga replica que Cantata en València es “como un café muy concentrado y explosivo, una cápsula conceptual que tiene sus partes más delicadas”.

Foto: KIKE TABERNER

La representación contará con cuatro intérpretes, dos del mundo de la danza y el movimiento, Natalia D’Annunzio y Paula Romero, y dos de la interpretación, Marina Mulet y Begoña Tena, que estarán acompañadas por Xambó y otra decena de músicos en escena: Karla Fos, Salva Vázquez, Lucia Zambudio, Laura Rausell, Maria López, Eva Català, Violeta Rosell, Carmen Maria Peris, Elisa Garcia y Maria Pons.

“El conjunto juega con la rapidez, no da tiempo a instalarse en nada”, avanza la tejedora de este envoltorio escénico que contrapone la música a otro tipo de expresiones artísticas.

Como Xambò, Pardo considera que este sentido y discordante elogio al País Valencià es extrapolable a otros rincones de España, “otros países minorados, con culturas minoradas, que representan otras maneras de relacionarse”. Lo pequeño aspira a ser universal en este espectáculo donde “cualquier relación de incomodidad, de represión e incomprensión en un entorno social y político es común a otros territorios”.

Elogio de los poetas y de las mujeres

Cantata en València propone una reflexión y abre el debate sobre el papel de la cultura en la sociedad, que para Pardo es el de “ofrecer un pequeño refugio tanto para aquellas personas que se sienten un poco perdidas como para las que necesiten un espacio donde compartir inquietudes y propuestas que les pongan en entredicho los propios dogmas”. A ese respecto, su pieza está planteada como “una guarida donde escuchar con tranquilidad poetas que desconocíamos y versos que de repente te sacuden”.

La obra primigenia es un homenaje a los creadores, en especial, a los poetas locales que escriben en valenciano. La responsable de su traducción a las tablas ha ampliado ese tributo a las mujeres. Pardo ha realizado un esfuerzo por devolver la paridad a la literatura regional. “He hecho una búsqueda de esas poetas que normalmente no aparecen en el imaginario y la camaradería de los cantautores, por muy progres que sean. Solo faltaba rascar un poquito para que los referentes femeninos estuvieran presentes”, explica.

En esa tentativa de destapar y reivindicar el trabajo de las mujeres artistas, el montaje redescubre a la escritora, periodista, historiadora y poeta Carmelina Sánchez-Cutillas y plantea un mano a mano con Joan Fuster. “Es muy bonito asistir a la obra de estas dos grandes figuras más allá de su género”.

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