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más de 13.000 menores se han acreditados al festival

¿Por qué los niños también son público en el Rototom?

Foto: CARLOS PASCUAL
19/08/2023 - 

CASTELLÓ. Imagina tener 6 años y entrar al Rototom por primera vez. Posiblemente sea lo más próximo a estar en un 'parque de atracciones cultural'. Está lleno de juegos, de espacios donde pintar o bailar, pueden verse espectáculos teatrales, acrobacias y conciertos... Y como plus, existen numerosas zonas en las que tumbarse y descansar. 

Son miles los estímulos que puede encontrar un menor en un festival y, sin embargo, a Maria [nombre ficticio] lo que más le ha llamado la atención del Rototom es "la actitud de la gente", como "cada uno puede hacer lo que quiera sin importar lo que digan". Aunque es lo que se espera de un festival, está hecho para el disfrute, cuando tienes 12 años es complicado encajar en cualquier parteEn este sentido, el Rototom ha logrado a lo largo de sus 30 ediciones que el público infantil no "incomode" al adulto y también encaje. Su presencia no es circunstancial: el primer día de festival había ya más de 13.000 menores acreditados. Y debe haber una razón más allá de la gratuidad de la entrada para los menores de 13 años.

"El Rototom es un espacio en sí familiar y de compartir. De poder estar juntas todas las generaciones", afirma Mari, coordinadora de la zona 'teen'. Si bien uno de los gruesos del festival es el público familiar, más de ocho mil mayores de 65 años estaban ya acreditados en el día de su inauguración, además de otras cuatro mil personas con movilidad reducida, demostrando así que, sin duda, este es un macrofestival para todos los públicos.

Pero, de vuelta a los pequeños de la casa, ¿cómo se organiza un festival que acoge cada día a miles de menores, en un entorno que también recibe a adultos con ganas de fiesta? Una de las claves está en concentrar su actividad durante el día, mientras que los conciertos no arrancan hasta entradas las ocho de la tarde. 

 

–Le preguntaba un usuario a una camarera- a eso de las 6 de la tarde- "¿pero no hay conciertos, cuándo empiezan?" Quien llegue por esas horas al Rototom podrá encontrar, principalmente, talleres, conferencias y todo tipo de actividades lúdicas. 

Por otra parte, al igual que sucede en los parques acuáticos- donde se separan los toboganes de mayores de los de niños y niñas-, en el Rototom existe 'Magicomundo', un proyecto tejido de la mano del Formiguer, el equipo del emblemático Formigues Festival, cuya ubicación, al igual que la de la Teen Yard, se aleja de los escenarios principales. 

–Cuenta uno los voluntarios de la zona que cada año tratan de agrandar un poco más la zona, porque "el crecimiento del público infantil es exagerado". "Incluso en el camping familiar este año han tenido que ampliar las parcelas. Es increíble", asegura. En su caso, esta es la sexta edición trabajando, con lo que ha podido observar de lleno la evolución: "Hay niños que han empezado como asistentes y han acabado dentro del espacio. Es bonito ver la evolución y crecimiento de las familias. Por lo general no es algo que suceda en otros festivales. En el Rototom esta parte sale cada vez más rodada porque los propios asistentes ya saben qué se hace aquí y aportan mucho para que siga funcionando". También el 'Mercado Artesano' está dedicado a este target.

No son pocas las familias, en efecto, que año tras año repiten y vuelven a Benicàssim.  La periodista que aquí escribe preguntó a un par de personas de manera aleatoria y topó, por un lado, con una familia con niños de 2, 6 y 12 años que llevaba entre ocho y nueve ediciones yendo al festival, y por otra, una pareja asidua al Rototom que ha decidido ir por primera vez con su bebé. 

Salto al público adolescente

"Hay muchos niños que prácticamente han nacido aquí", reitera Mari, del espacio 'Teen Yard'. Desde hace tres ediciones, el Rototom también incluye en su gigantesco recinto un espacio propio para los adolescentes. "Si querían jugar, les tocaba estar en 'Magicomundo' con los más pequeños y eso ya no tenía sentido. El público adolescente ha ido aumentando poco a poco y también está bien que pidan lo que quieran del Rototom".

Después de años observándolos, la profesional detectó que lo que más interesa a los adolescentes es la cultura urbana. Por ello, se ha hecho hincapié en los grafitis, el parkour, el skate o el baloncesto. "Ellos mismos se van gestionando las diferentes actividades. Es muy interesante ver cómo hacen sus cuadrillas, juegan y comparten. Es un espacio muy dinámico".

Foto: CARLOS PASCUAL

Pero no solo hay actividades, también cuentan con su propia programación. Así, este año se ha apostado por traer a Mini, campeón del mundo en 2019 de parkour y Aroom Boom, campeón de España en 2022. Y se han organizado talleres de introducción a la música urbana o otros de más impacto social como el taller de canciones para desactivar el racismo. "Hemos cogido referentes de edad para que puedan compartir el espacio con ellos, que no sea siempre verlos desde lejos". 

Por todo esto, en la última edición del Rototom pasaron más de 13.700 niños, niñas y adolescentes que se han convertido en público fijo del festival, igual que lo son quienes van a disfrutar de los grandes nombres de la música jamaicana, entre otros artistas. Como decía el lema de 2016: "Reggae for Freedom". 

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