MERCADO MUNICIPAL DE CASTILLA

Los 5000 metros cuadrados y un bar del Mercado de Castilla

En las inmediaciones de la Avenida del Cid, en Tres Forques, en un barrio tildado de popular, se encuentra el mercado municipal de Castilla, y tiene lo que debe tener

| 10/12/2021 | 4 min, 6 seg

En un artículo del 2018 de Carlos Aimeur, leemos que el Ayuntamiento de València se felicitaba por el “éxito” que había supuesto la subasta de puestos y almacenes del mercado municipal de Castilla. «Los datos facilitados por el consistorio hablan de que la subasta bordeó la perfección, ya que se vendieron el 95% de los puestos de mercado y almacenes. En concreto, explican desde el consistorio, salieron a la venta 29 puestos y 14 almacenes. Quedaron por vender sólo un almacén y dos puestos. En total, por todos los puestos y almacenes se consiguieron 16.294,41 euros, de los cuales 14.664 fueron por los puestos y 1.630,17 por los almacenes».

Números aparte, un paseo por los 5000 metros de este mercado inaugurado en los años 80, ubicado cerca de lo que era la antigua avenida de Castilla, actualmente avenida del Cid, ejerce del costumbrismo de las primeras páginas de Arroz y tartana, cuando Blasco Ibáñez define con precisión el sentir social y bullicioso de una zona tan definida de la ciudad. En este caso, el barrio es otro, y la condición social se transfiere en la edad media de la gente que compra, en los rostros y en los carteles con los precios.

Nuevas iniciativas en el mercado

El pasado mes de noviembre los proyectos culturales de La Mina y Barrejat pusieron en marcha la primera edición de Mercat2, una propuesta para comerciar con productos de diseño y artesanía de proximidad empleando los puestos sin ocupación del mercado. El encuentro fue mercadillo dentro de un mercado que acercó la producción independiente y local a Tres Forques, barrio en el que no es frecuente este tipo de eventos.

“Comerç 3F, la Asociación de Comerciantes del Mercado de Castilla, la Asociación Vecinal y Cultural Tres Forques y Junta de Distrito de Abastos le habían encargado a Sergio Mañez la coordinación de un evento cultural para dinamizar el Mercado Municipal de Castilla, para reactivar el barrio e impulsar el comercio en el mercado y eso era justo lo que Barrejat y La Mina necesitaban (…) Esta sinergia inesperada entre diferentes movimientos culturales locales es justo el eje central de toda la iniciativa”, cuentan desde La Mina.

Desde la asociación de comerciantes trabajan para impulsar distintas acciones de dinamización del mercado y de incentivación del consumo de comercio local. Si bien es cierto que el mercado tiene una clientela estable, es preocupante el envejecimiento de la misma. Si no se alcanzan las capas más jóvenes de consumidores este mercado de barrio —al igual que otros fuera de los casos puntuales del Mercat Central y el mercado de Ruzafa— corre el riesgo de no poder seguir con su actividad. ¿Es cuestión de comunicación, de adaptar horarios al ritmo laboral o es debido a los cambios de modelo de negocio en el sector de la alimentación? La reflexión da para un —extenso— artículo.

Almorzar en el Mercado de Castilla

Todo mercado tiene su bar de almuerzos. En las tripas del mercado de Castilla hay calamares, sepia, puntilla. También bocadillo de lomo de bacalao —que parece que cada vez se pide menos, cuando el abadetxo ha sido un plato tan de las comarcas en las que no llega el mar, tan un pescado para la época en la que las aguas reposan pero el frío aprieta— y brascada, chivito, lomo con ajos tiernos y “tortillas varias”. Blanc i negre, cremaet, ración de albóndigas, de bravas de boquerón. Todo sale rápido, y los comensales se apoyan en la barra con los pies cubiertos por las bolsas del género que acaban de comprar.



El ornamento del bar es el propio de estos lares: algún toque personal —fotografías, adornos caseros—, un mosaico de botellas de cristal que contienen todos los alcoholes posibles, sillas de plástico con el logo de una cervecera y algarabía sobre los platos y las servilletas manchadas de grasa.

Platos combinados. Los bares de mercado, que son el último refugio de la alimentación entendida desde la más absoluta necesidad de nutrición si pasar por casa, defienden el plato con de todo y no tanto el plato Harvard. Estos espacios son garantes de la pervivencia del plato combinado, de que un recipiente pueda albergar todos los reinos gastronómicos. En el Mercado de Castilla los platos combinados conviven con all i pebre los días señalados. Al final, un plato combinado es algo así como un pasillo de mercado: la cornucopia de lo que nos hace humildemente felices.


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