Espumosos a camiones

Sin papeles y a gurbujas

Hoy llenamos este espacio de pompa, que la circunstancia lo sustenta, porque es viernes de fiesta hedonista. La que se llena de gurbujas con alegría, tía. Muchas, saltarinas y sin papeles

| 18/09/2020 | 5 min, 6 seg

Volvemos a Sanlúcar de Barrameda con Er Guerrita, en El Espejo y de la mano de Ferran Centelles, encargado de abrir unos cuantos espumosos a punto de estallar de alborozo. Por suerte Dom Perignon ruega por nosotros y no se rompe ni una. Así podemos comprobar que lo de menos, en la jornada que nos ocupa, son las etiquetas que ordenan denominaciones, pagos y cosas de nombres innombrables muchas veces. Que lo importante es lo que importa y lo interesante es el vino que hay detrás, tristrás. Ese que crece en todos los sentidos con un tiempo de reposo en la botella y con la nueva colegui de nombre autólisis. Señora científica y con gafas que ayudará a ver los residuos más bonitos para fermentarlos y convertirlos en textura, aromas y protección ante los malos.

Mientras aprendemos un poco y más, la efervescencia nos susurra al oído que cuando retrepa por el cáliz se libera sin complejos. Y hasta despierta el interés de un hombrecillo con tiempo suficiente para contar 110 millones de burbujis por ampolla. Pues oye, que bien nos parece si la copa está rellena de energía hormigueante para empezar a beber tan campante el Forlong Burbuja Blanco 2018 (Bodegas Forlong). Pet nat de palomino y tan fino el filipino. Fresqueo de manzanas verdes restallantes que crujen con suavidad. Peritas de árbol bien a mano que cogemos con soltura para llevárnoslo de aperitivo con unas huevas de choco aliñás.  

El Colet Navazos Reserva Extra Brut 2015 (Equipo Navazos) es fijo que nunca defrauda. Chardonnay que no chardonea y que se menea con una pizca de manzanilla. Salado y estiloso nos llena de jarana con chispa. Y antes de achisparnos ya nos damos cuenta de que será excelente con los años y una paella rica.   

La sorpresa aparece con el Izar Leku Brut Vintage 2016 (Artadi). Colaboraciones que funcionan entre familia Artadi y los sidrosos Zapiain. Hondarrabi zuri blanca con su pelo de tinta y 18 meses en rima, que dan lugar a un señorito tímido y elegante que a ratos muestra su nervio sin perder la sencillez. Y nos lleva a terraza con vistas  al mar y unas cocochas rebozadas.

Cuando la cosa se pone xal·lerosa

Volvemos a Cataluña con el Oriol Rossell Brut Nature Gran Reserva de la Propietat 2014 (Oriol Rosell). Clásico trío de xarel·lo, macabeo y parellada con su poquito de madera muy bien puesta. Dulcedumbres que, sin llegar a llevarnos de pastelerías, nos dicen que es golosete. Textura y su crema dando vueltas en esferas y otro que ganará con algo de temple. El que no tenemos al bebérnoslo con unas costillas de cabrito.

Juguetón y sin dobleces, el Júlia Bernet Brut Nature R-130 (Júlia Bernet) es xarel·lo de burbuja saltarina y simplicidad buscada con acierto. Entrada de gama que agrada de sobra porque no le sobra nada. Honestidad que satisface de largo, como los tiros con los que nos vestimos para disfrutarlo con unos escamarlans en piscina o donde sea.

Seguimos en modo monovarietal xarel·losa y salerosa con el Sicus Cru Blanc 2010 (Sicus). Hombretón con años y un poco entrado en carnes, con la complejidad y sapiencia de lo vivido. Potencia sin dulzores y amargor que nos ayuda a evolucionar hasta la siguiente parada, cualquier sitio donde nos pongan un calamar de potera a la brasa.

El Serral del Vell Brut Nature 2013 (Recaredo) combina xarel·lo y macabeo y no tiene nada de feo. Sobriedad contenida con un inmenso mundo en su interior. Elegancia que se reserva para los que tienen paciencia, que ya lo dicen, es la madre de la ciencia. Y a ciencia cierta, nos llena de certezas que nos susurran delicadas que pidamos un plato de coquinas.

Riqueces a pares

El baño de humildad nos lo da el Ars Collecta 457 Gran Reserva 2008 (Codorníu). Chardonnay, pinot noir y xarel·lo de frescor impoluto, acidez en su punto y cítricos de los ricos. Una dama con adornos que le sientan de auténtico lujo. Despojarse de complejos y a dosagear a medida, que a veces es lo justo. Profundidad y concentración mientras nos concentramos en dar cuenta de él con un rodaballo a la brasa.

El Juvé & Camps Millésime 2008 (Juvé & Camps) es profesor de los que demuestra la lección y nos enseña que es cierto, la autólisis antes nombrada ofrece unos tostados que engañan traviesos. Con volumen y amargosín nos enreda con su labia para que no queramos irnos. Porque es complejo y tan completo que lo tiene todo y nos lo da generoso con unas judías con butifarra de perol.

Vamos ahora de dos en dos, que es momento de jugar. Los Enoteca Brut Nature 2004 y Enoteca Brut 2004 (Gramona) son finura y elegancia con matices mil. El primero, más directo, nos enchufa con eléctrica valentía para dejar claro que el mundo es suyo. El segundo, redondito, ofrece conversación de la de pasar horas sin darte cuenta. Grandes ambos dos, con la fuerza para que los queramos siempre, y hoy con un par de lenguados: meunière y mantequilla negra.

Terminamos este recorrido sin documentos ni fronteras con los Mestres Mas Via Brut Nature 2000 y Mestres Mas Via Brut 2000 (Heretat Mestres). Gigante de las uvas que son tradición, las consabidas macabeo, parellada, xarel·lo. Seriedad y mucha clase en estilos tan diferentes como bonitos. Uno nos lleva a pasear por la viña mirando al preciado suelo con mil capas puestas. Mientras, su hermano nos acerca a la bodega exuberante de fuerza y emoción.  Y emocionados nos vamos, que tenemos suficiente hasta dentro de dos semanas con este final de tracatraca.


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