LOS COMPLEMENTOS DEL ESMORZAR

Y por esta razón te ponen cacaus en el almuerzo


Algún filósofo dijo que la sabiduría consiste en interrogarse por todo. Por ejemplo, sobre el gasto del esmorzar. Además, pedir más cacahuetes diciendo cacaus es puro domino de la oralidad

| 13/01/2023 | 5 min, 37 seg

Sobre mi piel hay una cicatriz entintada en la que se puede leer —con bastante buena caligrafía— «cacaus xfa». Por parte de los profesionales de la filología catalana, mi tatuaje taleguero ha sido clasificado dentro de la misma categoría que el «bocadill grand», esa oralidad sobre las costumbres gastronómicas y el idioma valenciano que recae en la peña ciclista de más de cincuenta años, o en los señores jubilados —o que bailan en el filo del retiro— para los que la liturgia del almuerzo es cuestión de tamaño y testosterona. 

Monserrat Roig en su libro Digues que m’estimes encara que sigui mentida habla de «una expressió verbal realment individual: heus aquí el somni de l’escriptora. Una expressió que s’alliberi de les reixes del patrons. L’escriptora sap que, malgrat els límits que imposa el llenguatge, pot transgredir la prohibició adulta, sigui pública o privada. Això no obstant, no ignora que el problema continua, ja no som nens i busquem la sensibilitat infantil perduda amb la ment de l’adult. Els escriptors no deixen de perseguir una fantasia, la de trobar un llenguatge nou, mai no escrit. (…) El poeta no és un científic de la llengua, li cal ser imprudent per avançar». Con esta cita quiero decir que la literatura es un trasvase sin fórmula ni norma. Préstamos que nunca se devuelven, como los tuppers buenos —los de cristal cuya tapa de pvc nunca ha pasado por el poder deformador de un lavavajillas— o las gomas de pelo favoritas de las hermanas Kardashian, esas que parecen cables de teléfono. 

Con los cacahuetes pasó algo parecido. 

La palabra ‘cacahuete’ proviene del náhuatl. Y el náhuatl es una macrolengua utoazteca que aún se conserva en México y Centroamérica. En este idioma, els cacaus son tlalcacahuati, “cacao de tierra”. Al igual que las patatas, las pommes de terre en francés, los cacahuetes (Arachis hypogaea) son frutos subterráneos, con la peculiaridad de que las primeras son solanáceas y los cacaus pertenecen a la familia de las leguminosas, y eso es menos frecuente (los cacahuetes son legumbres pero nutricionalmente, por desgracia, no pueden sustituir una ensalada de lentejas). 

Una ramificación más en este artículo: en la misma página que la cita anterior de Monserrat Roig, la autora catalana escribe «”Una literatura”, ha escrit Octavio Paz a propòsit de la poesía nàhualt, “no es defineix per la nació, concepte imprecís, tardà i més aviat modern, sinó per la llengua”». 


El estado de la cuestión: en València se comen cacahuetes porque un religioso vinculado al monasterio de Santa María de El Puig. Se llamaba Francisco Tabares de Ulloa, nacido en San Sebastián y capellán de honor de S. M. Canónigo de Valància y caballero de la Orden de Carlos III. El investigador Vicente León Navarro dice de él que fue «capellán de palacio en 1784, fue nombrado por el rey canónigo de València en 1789 donde vivió los azarosos momentos del arzobispado y los enfrentamientos entre el capitán general y el arzobispo. Destacó por su interés por el cultivo del cacahuete y sus diversas aplicaciones». Tabares de Ulloa publicó en 1800 Observaciones prácticas sobre el cacahuete, o maní de América : su producción en España, bondad de su fruto, y sus varios usos, particularmente para la extracción de aceite; modo de cultivarle y beneficiarle para bien de la nación. 

Cuando leo el adjetivo “azaroso” no puedo evitar cantar Noche de travesura de Héctor el Father: «Báilalo azaroso, quieta gata, que llegó el mamboso

Luny el de la torta, pero yo no vendo coso'

Porque tengo combo dicen que soy un mafioso

Como ellos no tienen, ya tú sabes, están celoso'

Tunes, repica el mambo que llego el más poderoso

Naldo, el saca monstruo que los tiene a to's furioso'

Si las gatas bailan en la pista, fabuloso

Tírenme, muchachos, que yo no soy rencoroso

Luny ¿y quién es más bachatero que nosotros?, jaja».

En el texto de  Francisco Tabares de Ulloa hay poética: «Quando en el año pasado dí al público (aunque sin mi nombre) una sencilla y sucinta relacion del nuevo descubrimiento de sacar el aceite del Cacahuete, ó Maní de América, con lo demas que hasta entoces habia experimentado de ese fruto, únicamente me propuse dar a conocer esta planta y sus utilidades, a fin de que llegando a noticia de todos pudiesen los que se interesan en el bien de la Nacion a contribuir con sus luces y nuevos ensayos a perfeccionar este ramo de industria. No me desdeñé el confesar de buena fe, que dicho descubrimiento habia sido oba de la casualidad,  no de mis luces ni profundos conocimientos en la materia. Expliqué con sencillez el resultado de mis ensayos, y procuré al mismo tiempo distribuir la simiente, que estaba casi toda en mi poder, a mas de trescientas personas de todo el Reyno, para que procurando aumentarla en distintas Provincias, pudiésemos quanto ántes disfrutar sus beneficios. Esto no obstante, no ha faltado quien con título de querer ilustrar mi memoria ó descubrimiento ha procurado obscurecerle, y aun ha intentado sepultarle; pero se ha cansado en vano, como se cansaria cualquiera, que intentase obscurecer la luz del Sol». Un grandísimo sic, que he copiado literalmente un ejemplar que se encuentra en la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu. 

Se intuye un buen beef respecto al motivo de la publicación de Observaciones prácticas sobre el cacahuete, o maní de América : su producción en España, bondad de su fruto, y sus varios usos, particularmente para la extracción de aceite; modo de cultivarle y beneficiarle para bien de la nación

El cacahuete entró a España por l’Horta Nord. Comarca en la que se encuentra el bar desde el que están escritas estas líneas. Que los cacahuetes hayan permanecido en nuestra dieta desde el año en el que Napoleón Bonaparte cruzó los Alpes e invadió Italia es una razón tan estúpida como otra cualquiera para llamarles cacaus. Y pedirle al camarero o camarera «més cacaus, per fa».    

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